- Crees que me trague la historia de Mir? – le pregunté a Xander en nuestro camino a la escuela.
- ... no se – contesto con la vista clavada al frente.
- Ethan dijo: "te gustaría averiguarlo? Si alguno de ellos siente algo por ti." Antes de besarme. Es como si dijera que ustedes están enamorados de mí o algo así.
- Y que si lo estoy? – respondió en seco. Aun que lo que dijo me desconcertó un poco lo más probable es que no fuera en serio.
- Ja! Si claro, pero el que reaccionó fue Mir, pero... Mir es... Mir! No hay forma de que el este enamorado de mi! – mi rostro estaba muy caliente. Creo que Xander lo notó y de repente se paró frente a mí con una mirada que podría perforar a cualquiera.
- Helena, yo no soy Muller así que no te besare a la fuerza, pero tampoco pienso esperar por mucho tiempo. – habiendo dicho eso Alexander dio media vuelta y siguió caminando.
Que fue lo que acababa de suceder? Mi corazón se detuvo por un segundo y mi cuerpo se quedo inmóvil. De pronto comprendí que Alexander más que ser mi mejor amigo era un hombre.
- Vaya, vaya. Pero si es Helena – apareció Ethan detrás de mi e inmediatamente el recuerdo de la noche anterior cruzó por mi cabeza
- No te me acerques. – di media vuelta y empecé a caminar aceleradamente.
- Tranquila!– dijo en tono de burla, después me siguió. – lo de anoche fue para que te dieras cuenta de lo que sienten esos dos, nada mas, no te lo tomes personal, no hay sentimientos de por medio OK?
- Es obvio que ya lose! Tampoco te creas tan importante – contraataqué.
- Jajaja! Y bien obtuviste tu respuesta?
- No es de tu incumbencia. Mejor dime la información que obtuviste anoche.
- No has revisado tus mensajes?
- No tuve tiempo.
- Hmm, bueno mira – se detuvo y sacó su celular del bolsillo de su pantalón. Después me mostró las fotografías donde reconocí al sujeto regordete de cabello rojizo y bigote.– este sujeto es Thompson, estaba hablando con estos dos, los reconoces?.
- Thompson?! su nombre es Jack Adams! El era uno de los principales accionistas de la empresa, si no me equivoco aun sigue trabajando para el nuevo dueño.
- Estas segura que es el? – se alteró
- Si, el comenzó como un simple empleado de nivel medio, ya sabes como un vendedor de acciones pero se fue ganando la confianza de mi padre y obteniendo dinero de no se donde, hasta llegar a ser un accionista mayoritario.
- Y los otros?. –
- Hmm, no, no se me hacen conocidos. Bueno le pasare la información a Mir tal vez el los conozca.
- Por que a él? – frunció las cejas.
- Por que el tiene mas contactos que nosotros, yo ya no tengo familia y no creo que pueda confiar en la gente que solía trabajar en la empresa y tu... amm. – no quería decirle que el no podía hacer nada.
- Ok, ok lo entiendo, yo no puedo hacer nada... oye Helena, creo que ya van a cerrar el portón. Puedes correr?
- Obvio.
Después de correr unas dos calles llegamos inesperadamente temprano pero lo más sorprendente es que Alexander estaba en el portón con cara de pocos amigos viendo directamente hacia nosotros.
- Xander? No deberías estar en tu salón? – pregunté.
- Después de calmarme un poco recordé que te había dejado atrás y te estaba esperando pero ya veo que no tenia de que preocuparme – miro sarcásticamente a Ethan quien no hizo ninguna expresión.
- Me encontré a Ethan en el camino y... - intenté explicar.
- Si estabas tan preocupado por que no regresaste por ella? – una expresión de "touche" estaba dibujada en el rostro de ethan
- Helena no es tonta, de seguro sabría como llegar.
- Fácil podrían secuestrarla. El hecho de que ya no sea rica no quiere decir que no haya gente resentida con los Kostelic. – era casi como si estuviera diciendo que me tenia que cuidar de el.
- Tú eres tan malo como el algodón de azúcar, Muller – atacó Xander.
- Jajaja! – rió a carcajadas y después su rostro se endureció. – cuídala bien, o este algodón de azúcar podría ponerse serio.
- Hazte un favor y lárgate.
- Claro – contestó en un tono "cordial" – oh, cierto! Vamos juntos helena. – lanzó una miradita a Alexander lo cual me hizo enojar, no soy el juguete de nadie!
- No, me quedare con él un rato. – respondí
- Como gustes. – se marchó
- En serio que deberías de alejarte de el – me dijo el rubio mientras caminábamos hacia el edificio.
- Yo se lo que hago.
- A veces pienso que así es, pero hay otras que no te entiendo.
- Es como un beneficio mutuo yo lo ayudo a vengarse, y también a compensarlos (a el y a su mama) por lo que provocaron mis padres. Y de paso yo también obtengo venganza.
- Pero así no recuperaras la empresa de tus padres que ya tiene dueño.
- Eso viene después, ya se me ocurrirá algo.
- Esta bien, si necesitas ayuda cuenta conmigo. – sonrió por primera vez después de un rato.