Sin tu amor

Capitulo 2. Alan.

Al abrir los ojos veo como entran los esplendorosos rayos del sol por mi ventana e iluminan la habitación, siendo el cálido viento de la tierra de Bolívar, estado muy peculiar y acogedor, con tierras hermosas y paisajes maravillosos que anhelaba conocer.

-Alístate rápido para que desayunes y partamos hacia el destino al cual nos llevara tu padre-

Dice mi mama que se asoma por un instante en la puerta, la verdad, yo no quería levantarme de la cama, mis sueños estuvieron algo lindos, sobretodo porque soñé con aquel joven que me cautivo desde que lo vi, y lo peor es que ni se como se llama. Pero la emoción me envolvió y de un salto me puse de pie, y comencé a arreglarme, me he puesto un pantaloncillo, y una camisa a cuadros que traje, me peine el cabello de lado y me lo recogí en una trenza.

Desayune lo más rápido que pude, y después salí al patio, donde estaba la camioneta, subí mi bolso, y tome un momento para inhalar el aire que me rodeaba, ese aire fresco de sabana. Subimos todos a la camioneta y comenzamos a rodar. Se escuchaba una buena canción en la radio, mis padres iban charlando, mientras mi hermano escuchaba música con su teléfono. Sinceramente no tenía ni la más mínima idea de a dónde íbamos, hasta que mi papa dijo, -espero que no les importe mojarse- y allí me dio una pista, pensé en qué lugar de allá probablemente que pudiera mojarme al yo visitarlo, pero mi mente quedo en cero.

-anda papá, dime a donde vamos, poorrr favoorrr- suplique yo

Y él me contesto –no, es una sorpresa-. Paso más o menos una hora y aun no llegábamos, me quede dormida y escucho que dicen, Ema, Ema, baja ya llegamos. Desperté abrí la puerta de la camioneta para al final poder admirar tal belleza de paisaje que se encontraba en frente de mis ojos.

Era una gran corriente de agua con un camino que iba por el medio de ella, con bases de forma de un hexágono, semi sumergidas en el agua cristalina que las rodeaba, agua que venía desde un pequeño salto que estaba más adelante. –Se llama La Llovizna- dijo al final mi papá.

 

Nos quedamos allí un rato, tomamos muchas fotos, comimos, mi hermano y yo jugamos a mojarnos un poco, cuando ya se estaba haciendo tarde, recogimos las cosas y regresamos a la casa. Al día siguiente, no teníamos un destino en concreto, mi padre no había dicho nada, así que en cuanto me pare y desayune, Salí de la casa a revisar los alrededores, para ver que había, y pues... a ver si me volvía a encontrar con él. Camine hasta aquel establo abandonado, que por lo que vi utilizaban como depósito, entre cuidadosamente, me dedique a observar. –Hola- escuche, de un salto voltee, era él.

-Holaa, estoy aquí porque bueno...-respondí yo hasta que el me interrumpió –no tiene que dar explicaciones, al final, estos terrenos son suyos- soltó una particular sonrisa.

-Disculpa, ¿Cuál es tu nombre?- pregunte

- Alan, Alan Hernández, para servirle, ¿y usted?-

- Primero deja de tratarme de usted, porque no soy nadie importante, segundo tengo son 17 años, y no creo ser mayor que tu, y por ultimo mi nombre es Ema-

- Ema, un lindo nombre, para una linda chica-

Sentí que me sonroje, pero ¿qué más da?, yo quería saber más sobre él, así que pregunte - ¿Cuántos años tienes tu?-

-19 años tengo- dijo él. Agregando – ¿Qué propósitos tiene tu visita aquí en la Hacienda?-

- bueno acabo de graduarme en educación media, y antes de empezar los estudios superiores, vine aquí a refrescar mi mente- expuse yo.

- ¿Quieres refrescar tu mente de verdad?- dijo con tono emocionado

- ¿Qué propones?- respondí yo con más emoción

-Te espero aquí mismo a las 10am, te digo a esa hora porque para llegar a donde te voy a llevar hay que tomar carretera un rato, pero corto, la idea es que vayamos y volvamos sin que se den cuenta, puedes decir que iras a caminar un rato, claro si tu quieres- explico él

Obviamente yo quería ir, pero me daba miedo de que mi padre se enterara, ya que a él no le gustaba esa relación entre empleados y dueños, y menos que su única hija menor de edad se montara en el carro de un hombre que tiene 19 años a ir a un lugar que no conoce, corriendo el riesgo de ser hasta violada, secuestrada o que se yo. Cuando deje de pensar en eso y caí en cuenta que no le había respondido nada aun, me dije a mi misma, ¿por qué no tomar algún riesgo en esta vida?, sinceramente era joven, y tenía que ganar experiencias – está bien, ya que son las 8 iré a alistarme rápido- afirme

-Aquí te estaré esperando- dijo mientras sonrió

 

Corrí a la casa, prepare un pequeño bolsito, que deje en la puerta que da hacia el jardín que hay en mi habitación, para que no lo vieran cuando saliera por la cocina, fui a la habitación de mi mamá y le dije que iría a ver los alrededores, que no se preocupara que de que no llegara temprano, y que iba a estar bien, mi mamá me quiso decir algo, pero salí tan rápido de la habitación que no le di tiempo de hablar. Ahora baje y le dije lo mismo a mi papá pero este si protesto.




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