Sinfonía del amor.

Capítulo 13.- Un paso más.

✒️MADD*

Miré repetidas veces el teléfono, asegurándome de que no estaba alucinando. ¿Josh?, ¿Enviándome un mensaje?, ¿A mí? Me senté en la cama mientras abría la conversación.

< Hola Madd, sé que podría parecerte
extraño recibir un mensaje mío,
pero me gustaría hablar contigo >

Fruncí el ceño, pensando seriamente si debería responderle. Tampoco es como que fuera algo malo, pero el hecho de hablar con el chico que le gustaba a mi amiga a sus espaldas me hacía sentir, de alguna forma, traidora. Al final opté por responderle.

< ¿Sobre qué quieres hablar? >

< Me gusta una persona que tú
conoces muy bien, y me gustaría
ver si podríamos salir >

Abrí la boca, sorprendida. ¿Alguien que yo conocía muy bien? ¡Alice!, ¡Definitivamente Alice!... ¡No lo puedo creer!, ¡A Josh le gusta Alice! Empecé a dar pequeños brincos de emoción mientras chillaba internamente. Pensé en llamar a Alice en ese momento pero, como si me hubiera leído la mente, envió otro mensaje:

< Por favor no le digas nada ni a
Hannah y mucho menos a Alice,
quiero que por el momento sea secreto >

Sonreí emocionada. Si a Josh le gustaba Alice, y a Alice le gustaba Josh, significaba que estaban hechos para estar juntos... Si Josh me escribía era porque quería consejos y yo estaba dispuesta a dárselos, lo ayudaría en lo que fuera con tal de ver como Alice era feliz.

< No diré nada, pero creo
que por ahora no podré ayudarte con
esa persona, estoy de vacaciones en otra
ciudad >

<Oh, podemos hablar de ella por
mensaje y cuando nos veamos
en la escuela me ayudarás... ¿aceptas? >

<Por supuesto que sí >

Disculpa que interrumpa a pulmones, estómago y tú con su fiesta interna pero... ¿No te parece un poco raro que justo ahora empiece con esto?

¿A qué te refieres?

A que, justo después de encontrar a Alice con un chico en el centro comercial, Josh empieza a interesarse mágicamente por Alice.

Pues... seguro que le gustaba desde antes pero no se atrevía a decírselo porque le daba mucha pena. Eso explicaría el porqué me pidió que no dijera nada a mis amigas.

¿Y qué hay de lo de verla con Gabriel en el centro comercial?

Seguro se puso celoso porque creyó que se la iba a quitar.

Pues cree muy bien, porque Gabriel podrá parecer simpático e inocente, pero de que va por algo directo, va por algo directo.

Después de ese pequeño ataque de felicidad me arreglé para dormir, volví a la cama con la esperanza de recibir un mensaje de Leo... pero no había nada. Me tiré a la cama reprendiéndome por lo ilusa que era, aún seguía sin creer que esperaba por el mensaje de alguien que se había distanciado de mi solo por... Un beso.

Y ni siquiera fue un beso.

Yo también me sentía incómoda por eso, pero aún así sentía la necesidad punzante de hablar con él... Seguro que en estos momentos estaba descansando tranquilamente mientras yo me desvelaba esperando por su estúpida llamada... ¡Maldito Leo Mancini!

Me cubrí con la manta y apagué las luces, cayendo en un profundo sueño.

" — ¿La podrás ahí? —cuestionó.

— Por supuesto, siempre que despierte veré la foto y recordaré lo mucho que te amo.

Sus labios se unieron en un profundo beso que los hizo caer en la cama mientras ambos reían."

" — ¡Eres una novia de mierda! —gritó acercándose a ella.

— ¡Cálmate!, ¡No estoy haciendo nada!

— ¡Ese es el puto problema, que nunca haces nada por nosotros!, ¡Te importa una mierda lo que pase con nosotros con tal de que tú seas feliz!

— ¡No tienes derecho de hablarme así!

— ¡Claro que lo tengo!, ¡¿Creías que me iba a quedar callado sabiendo que estás saliendo con ese idiota de tu taller?!

— ¡No estamos saliendo!, ¡Solo somos amigos!

El chico, exasperado, lanzó un jarrón al suelo.

— ¡Cálmate!

El chico se aproximó peligrosamente a Madd con una mirada amenazante mientras ella cerraba los ojos"

Me senté en la cama de golpe, mi celular estaba sonando en la mesita de noche. No pude ni estirarme para tomarlo, pasé alrededor de cinco minutos tratando de controlar mi respiración. Había tenido una pesadilla, otra vez. Esos últimos dos meses había empezado a tenerlas, empezaban con cosas muy normales pero inexistentes. Al principio solo eran sueños con Leo en los que yo me veía reflejada junto con el castaño, en una ocasión estábamos en una heladería, o en un parque y culpé a mi curiosidad por aquello, pero después se fueron a cosas relacionadas con Jason, como momentos de nuestra relación y, al igual que con Leo, cosas que no pasaron... pero me dije a mi misma que solo sería el sentimiento de culpa al saber que ya empezaba a soltarlo. Era como si mi propia conciencia transformara los traumas en monstruos, como si todo aquello a lo que temía se transformara en un monstruo incontrolable. 

Volví a la realidad, donde mi teléfono volvía a vibrar, fruncí el ceño al pensar en lo loca que debía estar una persona para llamar a esa hora, pero lo fruncí aún más cuando me dí cuenta de quién se trataba.Leo... Traté de dejarlo sonar un rato para que supiera lo que era la desesperación de buscar a una persona y que no dé señales de vida, pero no pude resistirme a la tentación, así que terminé descolgando y colocando el celular en mi oído mientras me tiraba de nuevo en la cama.

— ¿Sí?

— Eider —pronunció con la voz ronca y cansada.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo entero mientras que, al mismo tiempo, empezaba a arder.

La noche pone a las personas hormonales, ¿no?



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En el texto hay: humor, musica, strangerstolovers

Editado: 16.11.2024

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