Singledolls: la pareja perfecta

7. En el restaurante

Pensé que no podría estar más incomoda que cuando salí del baño en toallas, justo ahora un chico de piel humedecida me tiene con la respiración cortita, cada vez que Chris me atrapa nerviosa insiste en convertirse en un SingleDolls seductor; comprendo que acepté practicar con él para mejorar mis habilidades románticas, pero se está pasando, es más, puedo captar puras ganas de fastidiar; ha posado sus refrescantes manos sobre mis desnudos hombros y, mientras se me queda viendo a través del espejo, espera a que le dé una respuesta.

—¿Que si estoy sintiendo cosas que no son normales entre nosotros? —bufo con descaro—. Sí, siento ganas de comerme un cable eléctrico para quemar todos los circuitos que no tengo, eso siento.

Me guiña un ojo a través del espejo y luego me sonríe de medio lado, toma distancia y va hacían donde está el closet, desde el reflejo del espejo puedo verle buscar entre la ropa.

—Sabes, creo que deberíamos llevar más ropa con nosotros.

—Supongo que tienes razón.

Chris, aun estando en toalla, empieza a lanzar varias piezas de ropa sobre la cama, y por lo que veo, todo es de color negro.

—Así que te gusta vestir de negro. —Giro sobre el banquito y me le quedo observando.

—Sí, nunca me vas a ver colorido.

—Pues no va con tu personalidad, digo, eres tan alegre como un payaso… ¡Un momento!… De seguro esa es una de tus cualidades, ser alegre.

—¿Eso crees? —Chris deja de buscar en el closet y voltea a verme con una expresión curiosa.

—Chris, tú siempre estás sonriente —«justo ahora me está sonriendo»—. Por más que te insulte o por más malhumorada que yo esté, tú siempre respondes de forma positiva, siempre estás feliz.

—¡Bien! Le atinaste a la primera. ¿Cuáles crees que sean mis otras cualidades?

Chris me da la espalda y continúa revisando dentro del closet, se levanta en puntillas y le veo sacar una mochila que estaba guardada en la parte más alta del mueble, la lanza sobre la cama y después regresa su atención a mí.

——Bueno… —respondo al conectar con sus ojos—, se me viene a la mente la palabra «bondad», eres bondadoso. Te has asegurado que me encuentre bien, me has orientado y ayudado; por ello puedo decir que eres alguien que es bueno y que le gusta hacer el bien.

—Veo que soy fácil de leer.

 

—Creo que tu otra cualidad es ser seductor… Sí, eso es.

Chris me interrumpe haciendo un sonido de alarma errónea y luego dice:

—¡Primer error!

—¡¿Qué?! No me mientas, sé que eres seductor, o tal vez coqueto.

—Nada de eso —dice y luego me regala una sonrisa suave y agradable.

—Realmente no sé qué más podría ser...

—Te lo dejo de tarea, falta una cualidad positiva y otra negativa.

—¿Entonces eres un SingleDolls de dos símbolos?

—Así es.

Chris agarra algunas prendas de ropa que están sobre la cama y luego se dirige hacia el baño y, mientras él se va vistiendo, aprovecho para ir guardando las ropas en la mochila. Él también ha sacado la ropa de su propietaria, creo que vamos a necesitar una mochila adicional.

—Listo, nos vamos —dicta al salir del baño. Lleva puesto unos jeans oscuros, zapatillas grises y un abrigo negro con capucha.

—¿Es necesario que lleves puesta la capucha?

—Es para pasar desapercibido, de seguro hoy entraremos en la lista de los SingleDolls fugitivos.

—¿Crees que puedas pasar desapercibido con ese look de ratero de minisúper? —le pregunto en tono burlesco.

—Eres una insensible… —responde sacándome la lengua.

No puedo aguantar las ganas de reír y termino soltando unas cuantas carcajadas, él igual me acompaña con una gran sonrisa mientras agarra y levanta la mochila que está sobre la cama.

—Veo que no cupo toda la ropa en la mochila —dice mientras observa la ropa regada sobre la cama.

—Es que eres malo para calcular el espacio.

—Ni que fuera físico astrónomo —dice mostrando un rostro chistoso, pero al notar mi seriedad aclara la garganta y se pone serio—… Bien. —Va hasta el closet y vuelve a abrirlo. Está sacado otra mochila—. Usa esta mochila para guardar la ropa y todo lo básico que puedas necesitar. —Extiende su brazo para entregármela.

—Ok. —Agarro la mochila y enseguida ambos empezamos a dividir y a guardar las ropas en ambas mochilas.

 

Ya estamos listos para iniciar nuestro viaje, ambos acomodamos nuestras mochilas tras la espalda y salimos de la habitación, caminamos en medio de la sala en dirección hacia la puerta principal de la casa, Chris la abre y, antes de salir, su rostro se torna algo nostálgico, se da media vuelta y le da un último vistazo a la sala.

—Hay muchos recuerdos en esta casa.

—Si no nos vamos ya, nos van a encontrar, nos desactivarán y no nos van a dejar ni el putrefacto cerebro para recordar —le recuerdo y jalo de su brazo—, así que vámonos de una maldita vez.

Salimos al pórtico, Chris cierra la puerta principal de la casa y luego nos vamos caminando a pasos rápidos por el sendero del jardín. La luna llena nos alumbra en un hermoso cielo lleno de estrellas, esta es una noche de verano: unas cuantas nubes en el cielo y una refrescante brisa levanta sutilmente mi cabello y refresca mi rostro acalorado.

—¿No tiene calor con ese abrigo puesto? —le pregunto mientras le veo caminar a mi lado.

—Aparte de que es mi camuflaje, también lo uso porque en las noticias dijeron que había probabilidades de lluvia.

—Probabilidades mis nalgas… No creo en esas cosas.

Seguimos caminando hasta salir por completo de la zona residencial. En las afueras hay varios locales comerciales y, frente a mis ojos, aquel restaurante que vimos hace un rato. La comida que sirven ahí debe ser muy buena, desde afuera se nota lo repleto que está en personas.

—Antes de tomar el autobús deberíamos ir a cenar algo —propongo mientras señalo el local que está a mi izquierda.




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