Capitulo 4 : El trabajo.
Mike.
A pesar de vivir "relativamente" cerca de la mansión Sullivan, porque eso es lo que es, a pesar de que mamá diga que es una casa. Llevamos veinte minutos de camino a nuestra casa, no sé si se me ha pasado lento el tiempo debido a el silencio inusual que envuelve el ambiente en el carro o porque de verdad la vivienda de los Sullivan queda apartada de la ciudad.
Ese cuento de que mamá casualmente le comentó al señor Sullivan, que yo estaba sin empleo, no me lo creo. Es obvio que mamá quiere mantenerme cerca de ella, ya que yo me niego a quedarme en casa y ser un mantenido.
Ella no ha dejado de mirarme de reojo en todo lo que llevamos de camino, y como la conozco perfectamente, sé que se muere de hablar sobre la oferta que su jefe me ha hecho minutos atrás. Pero sinceramente, no tengo muchas ganas de hablar del tema en estos momentos.
— ¿Estarás callado hasta llegar a casa? —mamá no aguanta y rompe el silencio.
Me limito a mirarla de reojo, como ella lo ha hecho todo el camino, pero en mi defensa es porque no puedo quitarle el ojo de encima a la carretera.
— ¿De qué quieres hablar, mamá? —le pregunto, bajando el volumen de la radio.
Voltea a verme, por primera vez en lo que llevamos de camino, y me regala una sonrisa característica de ella, esas que te recargan la vida.
—Podríamos hablar sobre la oferta del señor David—propone.
La conozco perfectamente y sabía que me iba a preguntar sobre eso, por eso trate de mantenerme en silencio la mayoría del camino, trabajar con el jefe de mis padres sería un martirio, por la simple razón de que se creen superiores a nosotros por tener una gran fortuna.
Me encojo de hombros, dando por finalizada la conversación y dándole entender que ya no quiero seguir hablando del tema, vuelvo a subirle el volumen a la radio. El locutor se ha puesto hablar de nada más y nada menos sobre la demanda laboral que hay hoy en día.
— ¿Una señal? —pregunta mamá con diversión.
Resoplo, es verdad que en esta época es difícil encontrar trabajo y debería aceptar la oferta que me han ofrecido, pero mi orgullo no me deja aceptarlo así como así. ¿Qué se cree ese señor? Y no es solo él, sino que su familia entera, esa muchacha se pasea como si fuera la reina del universo.
Me desagrada toda esa familia, nos ven como si fuéramos caridad, hace poco nos regalaron una secadora. Que me reusaba a usar pero lo tuve que hacer luego de la fiesta donde la pequeña Sullivan me manchó mi camisa.
—Ni que señal, ni que nada—digo de mala gana.
Apago la radio con rapidez y mamá suelta una sonora carcajada al ver mi evidente molestia y al fin desiste y se queda callada en los minutos que faltan para llegar a nuestra casa.
Minutos más tardes, estaciono el auto y mamá baja rápidamente. Matt abre la puerta y grita hacia el interior anunciando que ya llegamos. Bajo del auto, le coloco el seguro, lo rodeo y camino hacia la entrada de la casa, entro y dejo las llaves del auto sobre un mueble que se encuentra junto a la puerta.
Camino para adentrarme a la sala y veo a los mellizos conversando sobre un video que se hizo viral.
—Hola enanos—los saludo.
Levantan la cabeza, me sonríen y siguen conversando sobre ese tal video, prácticamente ignorándome. Volteo a ver al resto de la familia, que se encuentran ordenando la mesa para almorzar.
— ¿Y Phillip? —le pregunto a papá.
Papá levanta la cabeza y sonríe.
—Ya viene, Jackie estaba terminando de preparar las ensaladas—me dice.
Jackie, mi cuñada, es un amor de persona. Al saber que mi hermano no quería separarse de nosotros, pero que también quería su privacidad luego de casarse, le propuso que compraran la casa de al lado, la más encantada de todo esto fue mamá, que no se quería separar de su primogénito.
Vuelvo a mirar a Valeria y Valerio, que ahora ríen a carcajadas, me acerco a ellos con los brazos en forma de jarra.
— ¿Ustedes no van a ayudar? —les pregunto.
Mamá, que estaba peinando a Alison, se acerca a nosotros y les da una mirada, que nosotros le llamamos, la mirada mortal. Mis hermanos se levantan del sofá a la velocidad de la luz y caminan a paso apresurado hacia la cocina, para ayudar a colocar la mesa.
Phillip entra en la casa, sin necesidad de tocar la puerta, ya que tiene las llaves de la casa, deja las fuentes con ensaladas en el centro de la mesa y saluda a las pequeñas del hogar.
Saco los cubiertos y con la ayuda de Valerio los ponemos en la mesa, en el orden que siempre nos sentamos, al ser domingo se encuentra toda la familia reunida, este día es intocable para todos nosotros.
Cuando está todo listo, nos sentamos en la mesa y rápidamente encontramos un tema de conversación, el cual comienza con mis padres pidiéndole un nieto a Jackie y a Phillip. Con Matt bromeamos sobre eso y entre risas llegamos seguimos comiendo hasta llegar al postre, hecho por mamá.
💙💚
Luego de dos noches de dar vueltas en mi cama, pensando los pros y contras de aceptar el trabajo temporal que me ha ofrecido el señor Sullivan, he tomado una decisión. Por lo que la mañana del martes, luego de que mis padres se fueran, llamo al número que sale en la tarjeta que me dio el jefe de mis padres.
Aceptar no fue fácil, principalmente porque no me agrada esa familia y también porque no tengo idea en qué consistirá el trabajo que me ofrecen.
Marco al número y al tercer timbre, alguien contesta.
— ¿Hola? —habla al otro lado del teléfono.
—Hola, señor David, habla Mike—le saludo.
Escucho murmullos en la otra línea, de repente se escucha el sonido de una puerta y los murmullos desaparecen.
—Mike, me alegra que me llamaras —dice, finalmente.