Mientras veía como las gotas de lluvia chocaban con la ventana me pregunte si existía la felicidad permanente, vivo en la ciudad de Mount Vernon, ase unos meses me diagnosticaron trastorno bipolar de tipo 1 y obviamente tenia que recibir estrictas dosis de medicamentos, además de que tenia que seguir una rutina que no es del todo genial, primero debía despertar a las 6:00am para tomar las píldoras que me recetaron, luego alistarme para ir al colegio, una vez terminado las clases debía ir con una psicóloga que yo consideraba mi única amiga en este mundo, talvez por que me trataba de una manera en la que me hacia sentir cómoda, además de que no la llamaba doctora y aun menos psicóloga al contrario, la llamaba por su nombre, que era Rut, después de la sesión, que calculo que duraba alrededor de una hora y media debía volver a mi casa y tomar otro tipo de píldoras que eran mucho mas grandes que las que ingería en la mañana, luego debía hacer mis tareas escolares y finalmente tomar píldoras para el sueño ya que sin ellas era imposible dormir.
Las noches tampoco solían ser muy buenas ya que abecés despertaba en la madrugada alrededor de las 3:00 gritando y llorando, la verdad es que no sabría decir el porque, pero era una sensación horrible, bueno, después mi madre venia a mi habitación abrazándome y diciéndome que todo estaba bien, ella se quedaba en mi habitación hasta que yo termine dormida, supongo que mi madre debe estar cansada de la situación al igual que yo después de todo, ella tiene que llevarme al colegio, luego pasar a su trabajo, a mediodía recogerme del colegio para ir al psicólogo, a medio camino íbamos a un restaurante llamado the tree brothers, llegando a casa ella iba comprar comida de algún restaurante, talvez del mismo al que vamos a mediodía, quien sabe.
Creo que si mi padre estaría vivo las cosas serian mas fáciles, lamentablemente murió en un accidente de tránsito, los testigos aseguraban de que fue por culpa del clima, ya que en la ciudad donde vivo tiende a llover con frecuencia, fue difícil aceptar que mi padre murió, no podía creer que una persona que paso conmigo gran parte de mi infancia ya no lo volvería a ver jamás, que había desaparecido de la faz del universo para siempre, un día antes de su muerte el tuvo una personalidad muy diferente a la que solía tener, creo que es un día que jamás olvidare, paso absolutamente todo el día conmigo, creo que fue porque le dieron vacaciones o algo así (o sea un descanso).
La razón por la que escribo todo esto es porque Rut (la psicóloga) dijo que seria recomendable escribir todos los sucesos de mi vida en un diario y luego presentárselo, siento que no ayuda en nada pero al final de cuentas me entretiene bastante y no solo eso también me gusta que Rut tenga que leer todo lo que pienso acerca de la vida y también intentar que de alguna manera pueda reducir la dosis de las medicinas.
LUNES 20 DE ABRIL
Desperté a las 6:00am para tomar mis píldoras, mientras tragaba las capsulas al mismo tiempo que ingería agua comencé a ver mi rostro en el espejo del baño y vi el deterioro de mi salud, lo mas notorio eran las ojeras que tenia que eran sumamente grandes, era un efecto de no tener noches normales como las tenían otros, comencé a cepillar mi cabello mientras tarareaba una melodía amarga.
Una vez que me aliste y tome mi desayuno decidí ir de camino al colegio sin mi madre, ya que ella estaba muy ocupada y además era hora de ir sola al colegio, no podía ser dependiente de mi madre toda la vida, antes de salir me puse una capucha ya que como era de esperarse comenzó a llover levemente.
De camino al colegio las personas comenzaron a abrir sus puestos de venta, otros iban colegio al igual que yo, mas adelante observe como un hombre le robo su cartera a una señora, no me impresione tanto ya que eso era el pan de cada día, además el ladrón estaba muy lejos de mi, creo que en parte la señora tuvo la culpa por distraída.
Una vez que llegue al colegio e ingrese en mi salón de clases vi como todos mis compañeros hablaban entre si, mirándome de una forma extraña, bueno era de esperarse, siempre fui considerado como la rara de mi clase, a la que nadie debía hablar, talvez por los cambios bipolares que solía tener, la verdad es que yo odio a todos los de mi salón, especialmente a una pinche fresa llamada Dana, que se podría decir que es la mas popular de la clase, pero eso no la justifica a tener que molestarme toda la maldita clase, admito que en ocasiones e tenido los deseos de agarrar un martillo y aplastar los dedos de sus pies hasta que queden completamente deformes y desfigurarle el rostro con un cúter para que ya nadie la vea como la hermosa del salón, es placentero pensar en ello, pero intento evitar tener esos pensamientos, ya que me ocasiona una carcajada incontrolable, lo mejor es mantenerme tranquila y vagar en mis pensamientos, ignorando la realidad en le que estoy, estar en la secundaria es realmente difícil.
Finalmente toco el timbre de salida y comencé a esperar a mi madre, ya que debía llevarme con Rut, pero como siempre llego muy tardé y no la culpo entiendo que tiene mucho trabajo que hacer, pero estaría bien que llegara mas temprano, de pronto vi a Dana acercándose, apuesto que va hacer sus bromas estúpidas e infantiles, empecé a pensar en que le haría si se acercaba a mi, si no soy capaz de controlarme es posible que termine acabando con su miserable vida y luego acabar con sus amigas, ¡no! Es posible que me meta en problemas y aun mas en este lugar, que es publico, creo que lo mejor es no dejarme vencerme por mis emociones. Mientras se acercaba cada vez mas a mi, junto con sus amigas, pensé si podía ser capaz de contener mis inmensas ganas de quitarle los ojos. Finalmente estaba en frete mío, creo que no seré capaz de controlar mi instio asesino.