Sobre Notas.

Capítulo 1

Capítulo uno | ¿Perfección?

"Qué bella es una persona cuando se muestra imperfecta y sin ninguna intención de ser algo que no es". —Anónimo

Dieciséis de marzo, 2018.

Otro día más en el colegio, otra reputación buena que tenía que dar. Me observé una vez más en el espejo observándome por completo y como siempre, no estaba complacida por cómo se veía mi cuerpo. Llevaba un pantalón negro traído de Alemania por mi madre y una blusa Versace de mangas largas con patrones dorados que resaltaban su fondo blanco. Había decidido dejar mi pelo suelto, el cual tenía ondas perfectas en las puntas que hacían contemplar mi cabellera rojiza.

Maquillé los moretones que tenía en mi rostro y brazos, sin embargo, a pesar de que dolían no había nada que el cosmético no pudiera solucionar.

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—Buenos días, madre. —saludé con ilusión al observarla sentada desayunando. Algo que era nuevo porque casi no pasaba en casa.

—Buenos días, Hazen. —respondió con amargura, me observó por unos instantes juzgándome con cada una de sus facciones, sus ojos divagaban por todo mi cuerpo y el nerviosismo en mí aumentaba, porque eso era lo más difícil, tener su aprobación.

Ella, asintió con su cabeza y eso hizo que pudiera volver a respirar con naturalidad. No dijo nada más, así que me senté a esperar mi desayuno como de costumbre, mientras lo hacía revisé las notificaciones de mi celular observando los miles de seguidores nuevos acompañados de sus "me gustas". Pero todo no podía ser perfecto porque siempre estaban esos comentarios que aturdían mis pensamientos.

"¿Contemplan su cuerpo? Es toda una deforme."

"Estás muy gorda, mejor muérete.''

"Es horrible, solo porque sus padres tienen dinero es famosa, si no, no fuera nadie.''

"¿A caso no tiene algo mejor que hacer?''

Aunque trataba de que esos comentarios no me afectaran siempre lograban su objetivo. Estaba absorta en mis pensamientos ¿será que de verdad tengo que bajar de peso?, pregunte para mí misma.

Siempre te lo digo, no obstante, nunca me escuchas.

Respondió mi mente como respuesta lo cual únicamente hizo que mirara mi cuerpo con más inseguridad que antes.

—Tu figura está dañando nuestra reputación, te lo he manifestado muchas veces y tu doctor también. ''Debes bajar de peso'', pareces una ballena. Recuerda que somos una familia perfecta, no vengas con tus tonterías a dañarlo. —Sus palabras me herían haciéndome sentir peor, sin embargo, claro ella no se daba cuenta de eso.

—Madre estoy haciendo ejercicio y como menos, ¿Qué más puedo hacer?

—No sé, ese es tu deber. No me importa como intentes bajar de peso, solamente hazlo y ya —Respondió cortante.

—Bien. —Agache mi cabeza como era costumbre y callé. Me trajeron mi desayuno y dudé unos minutos sobre si debía comerlo o no. Me preguntaba a mí misma si era correcto.

—Si yo fuera tú no me comería nada de eso. —Habló mi madre señalando mi plato, que contenía dos tostadas con mantequilla junto a dos rodajas de queso y una leche. Al no ver respuesta de mi parte, únicamente negó con su cabeza y se levantó de su asiento: —No puedo seguir aquí, viéndote como dañas más tu figura. —Anunciando eso, tomo su libreta de trabajo y se fue, dejándome sola como era costumbre.

Miré mi desayuno con recelo por unos minutos. ¿Debería comerlo? ¿O tal vez no? Tras dudar unos segundos y tener esas pequeñas peleas con mi mente decidí comerlo.

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Había terminado absolutamente todo lo que había en mi plato y eso hizo que la culpa comenzara a llegar, cuando mis ojos vacilaron mi cuerpo, me arrepentí más de haber comido.

¿Es en serio? ¿Acaso no escuchaste lo que dijo tu madre? Eres tan estúpida... Si sigues así nadie te admirará como la niña perfecta. Ya sabes lo que tienes que hacer.

De manera autoexigente me dirigí al cuarto de baño y vomité todo lo que había comido e inmediatamente la culpa se fue.

Perfecto, de esta forma ya no tendremos miedo a subir de peso.

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Al llegar a la escuela di un largo suspiro y puse la mejor sonrisa fingida que tenía en ese momento, debía demostrar que venía de una familia perfecta y que seguía siendo la misma Hazen Stone la cual todos admiraban. Quité todos esos pensamientos negativos de mi cabeza y comencé a caminar por los pasillos dirigiéndome a mi salón. Siempre con el mentón en alto, espalda recta y saludando a cada persona que me encontraba.

Unas manos se posaron en mi cintura y sabía de quienes eran exactamente de este modo un gran temor se apresuró a llegar.

—Actúa normal y sigue caminando. —Verbalizó mi novio entre dientes y como de costumbre, asentí y fingí que no sucedía nada.

Llegamos a un pequeño pasillo donde no se encontraba ni una pequeña alma, solo éramos él y yo.

Por favor, que esta vez no me golpee.

Me di la vuelta, pero no pude reaccionar a tiempo, ya que me empujo con agresividad a la pared para luego colocar sus manos a mis costados.

—Se puede saber ¿por qué carajos no viniste a mi juego? —Pregunto con molestia, podía notarlo, estaba demasiado enojado y eso no era una buena señal.

No quiero un moretón más.

—Joel yo... yo tuve que ir a mis clases de violín. —Me excusé tartamudeando un poco porque sabía que mentía.

—Y crees que tus clases de violín ¿son más importantes que ir a mi juego? —Rio con burla. —Hazen eres mi novia, debes estar donde te digo, juntarte con quien te digo, debes hacer lo que a mí se me pegue la gana. —Golpeo la pared con fuerza, mientras que el miedo seguía recorriendo mi cuerpo.

Tomo mi mandíbula obligándome a verlo. —¿Entendiste? —Indago mirando mis iris mieles con superioridad. Asentí por temor y calle.

—Solo no me golpees. —Murmure con terror, cerrando mis ojos.




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