Sobre PornografÍa ExtorsiÓn Y Cigarros

HOTELES, AMIGAS, ALCOHOL Y MÚSICA

Toco batería desde los 16 años, en el segundo semestre en la universidad aprendí a hacerlo porque siempre me había gustado la música y porque era el único grupo en donde sentía que encajaba: El grupo de los que oían Rock. Eso de encajar en algún grupo es de verdad un problema a los 16 años.

Formamos una banda de rock con compañeros del salón que se llamó "Helena", tocamos en la universidad y en el aniversario de algún distrito de mi ciudad. La primera vez que toqué moría de miedo y nervios, justo antes de empezar decidí que no podía hacerlo, que iba a equivocarme y que era mejor bajarse del escenario. Pero lo hicimos y salió bien, había gente que saltaba en medio de los covers (canciones de bandas famosas tocadas por nosotros) eso me daba confianza a continuar.

La mejor tocada con Helena fue en un estadio donde le abrimos el concierto a Ramiro Saavedra (Kurt Cobain), él era el artista de moda en el país, pues ganó la primera temporada del programa YO SOY y de milagro todo mi país se volvió rockero. 

Unos 3 años después, terminé una relación amorosa larga de casi dos años. EL problema de tener una relación larga es la costumbre, normalmente el amor, los detalles y la frecuencia de los besos decae de una manera estrepitosa y solo te queda el consuelo de la costumbre y la compañía mutua. Pero ella decidió dejarme tras múltiples discusiones a pesar de mis argumentos en pro de la relación. (era demasiado tonto e inmaduro... aún lo soy pero ya no tanto)

Volví a escuchar esa música adolescente llena de odio, rencor y desamor. Asistí al concierto de Panda (uno de los mayores exponentes del género) y tiempo después unos chicos del club de fans me invitaron a ser quien toque la batería en una banda tributo.

Para mí era perfecto porque todas las canciones que tocábamos me hacían gritarle por medio de la batería que la extrañaba pero que también la odiaba con amor. Al inicio, en la banda que se llamó Sangre Fría (en honor al título de un álbum de Panda), todos poníamos mucho empeño. Teníamos muchas presentaciones y siempre había un grupo de chicos con pasado emo-antisocial que gritaba las canciones con fervor.

Luego de las presentaciones por lo general nos íbamos a libar. El bajista tenía un departamento y el guitarrista un hotel así que era cuestión de comprar vodka barato e invitar a los chicos del público a beber con nosotros. Tomábamos hasta el amanecer, cantando y conversando de todos esos enormes temas que el alcohol te permite: Política, religión, ciencia, vida extraterrestre ¿debe legalizarse el aborto? ¿La marihuana? ¿Nuestra selección por fin llegará a un mundial? ¿Nos haremos famosos alguna vez? Conocí muchas chicas, amores pasajeros, besos fugaces y pasiones de algunas horas.

Todo era divertido, todo el tiempo era música, los fines de semana eran largos, mareados, con dolores de cabeza y resacas (pedas), hasta que todo eso empezó a pasarnos factura. Yo había dejado de ir a mis clases en la universidad, ya había superado a esa novia por la que entré a tocar pero ahora me había enamorado de esa vida bohemia y vacía; los demás integrantes de la banda tenían problemas similares con sus estudios y problemas peores con sus novias. Mi vida era leer, escribir y tocar. El beber ayudaba a todo eso.

Mamá renegaba en casa por mí, a veces lloraba, yo me disculpa prometiendo que no estaba excediéndome solo eran los gajes del oficio de ser músico que yo estaba bien. Ella oraba para que yo madurara de una maldita vez y me deje de niñadas, amanecidas y sueños estúpidos.

De pronto tendríamos unos de los conciertos más importantes. tocariamos en uno de los centros comerciales más exclusivos de la ciudad. Preparamos un set list de música un poco más conocida: Soda Stereo, Enanitos Verdes, Los Prisioneros, Maná, La Ley, algo de Pignoise los Bunkers, Don Tetto, etc... porque es más que sabido que no a todo el mundo le gusta Panda.

Íbamos a ensayar con mucha antelación, íbamos a tomarnos en serio esa presentación... Íbamos... pero no lo hicimos, continuamos con el afán de beber con amigos teniendo la confianza de que todo saldría bien. Todo salió mal. No nos aprendimos bien ningún tema y terminamos tocando toda la música de Panda.

El vocalista discutió con el guitarrista antes de empezar. Mientras tanto los otros tres compramos Pisco, lo mezclamos con Sprite, y lo llenamos en pequeñas botellas vacías que encontramos por ahí, para que cada uno pueda beber cómodo en el escenario. Al terminar de tocar el vocalista nos dijo: - Chicos yo me retiro de la banda, lo siento pero ya no puedo seguir- a lo que el guitarrista le respondió: - no te vas, nosotros te botamos - , nos pagaron con unos vales de Pizzas. Pizzas que nos comimos sin el vocalista por puro rencor y venganza.

Luego la banda se disolvió, regresé a clases luego de haber perdido casi dos semestres en la universidad, lo que hasta hace poco me costó mucho. Dejé de buscar el amor casual y pasajero, dejé de buscar al amor. Dejé de beber tan seguido, conseguí trabajo. Y lo mismo les pasó a los demás. A veces nos encontramos todos en el hotel del viejo guitarrista o en el departamento del bajista, escuchamos música y bebemos con la promesa de algún día volver a tocar juntos pero está vez hacerlo bien.



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Editado: 17.02.2018

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