—¿Qué te parece éste?
Brenda modela un pequeño vestido frente a mí. Es el quinto que se prueba.
—El color combina bien con tu tono de piel, pero me parece un poco corto.
Me mira con espanto.
—No seas pacata, Isabel. La belleza hay que mostrarla.
—Sólo pienso que eres perfectamente capaz de encantar con tu personalidad, no necesitas andarte exhibiendo como mercancía puesta a la venta.
Abuchea, rodando los ojos.
—Te hace falta azúcar. Cuando terminemos de comprar, iremos por helados. —Vuelve a entrar al vestidor, donde veo la pila de ropa que le queda por probarse.
Al menos tengo un asiento, pienso cuando me llega un mensaje.
Jason: Hola ¿No estás en tu casa? Llamo a la puerta, pero nadie abre.
Eso le pasa por no avisar que iría.
Yo: No, salí de compras con Brenda.
Jason: 😱 Te compadezco 😂😂😂
Yo: ¡Que pesado! 😠
Jason: Tienes mis respetos, santa Isabel 😇 😂😂😂
Yo: ¿Para qué fuiste a mi casa?
Jason: por no estar, te lo perdiste 😏
Idiota intrigante.
—Y éste ¿Qué te parece?
Alzo la vista y me encuentro con Brenda enfundada en un vestido de un rojo intenso, ajustado en exceso y con un escote hasta la cintura. Sus pálidos pechos se asoman por el centro casi hasta llegar al pezón.
Ni hablar de la apertura para la pierna. Este vestido no está hecho para usar ropa interior.
—¡Es horroroso! Ese vestido es para una mujer adulta, no para una niña de quince años como tú ¡Quítatelo antes de que alguien te vea!
—El sábado cumplo dieciséis, Isabel, no lo olvides.
La tapo con mi chaleco y la empujo de regreso a los vestidores, justo cuando unos tipos se habían quedado mirándola.
—¡Qué tanto ven, pervertidos!
Ellos se alejan y Brenda me reclama desde dentro. No la dejaré salir hasta que se cambie.
~🦇~
—Tú también deberías comprar algo, para tu cita con Dick.
Ni siquiera se me había ocurrido.
—Dick sólo me ha visto con el uniforme, si le gusto con él no creo que sea problema la ropa casual que usualmente uso.
—Supongo que tienes razón, esa falda te queda horrible. Si te cubrieras el cabello, pasarías por una novicia. Tal vez Dick tenga fetiches con la religión.
¿Qué?
Sé que no tengo un cuerpo espectacular como ella, que no uso maquillaje y que mi falda es bastante larga, pero de ahí a parecer monja.
Tomo una falda y simulando un velo me miro al espejo.
—¡Ay por Dios, es cierto!
Mi teléfono vuelve a sonar. Jason me ha enviado unas fotos de crucifijos. Esto ya parece una conspiración.
Brenda tiene razón, pero esta tienda es demasiado cara para mí, así que le digo que busquemos otra.
—Yo te regalo un vestido de aquí, pero para que lo uses en mi fiesta —ofrece y termino aceptando.
Y me arrepiento en cuanto veo la pila de vestidos que me trae en cuestión de segundos. Ni loca me los probaré todos. Escojo dos que me parecen lindos y me los pruebo.
—Necesitarás ropa interior sexy también ¿Cuál es el color favorito de Dick? —me dice desde fuera y me sobresalto.
Los recuerdos de aquel pasillo en la biblioteca vienen a mi mente y un repentino calor me sofoca. Ignoro los comentarios de Brenda, escojo el vestido, busco una blusa sencilla en otra tienda y vamos por esos helados.
Lo necesito más que nunca.
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Editado: 27.10.2020