Me despierto llena de energía. Abro la cortina y la luz del amanecer entibia suavemente mi cuerpo adormilado. Es una mañana maravillosa.
—¡Vaya! Alguien parece feliz hoy —comenta mi tía mientras desayunamos—. Y sé muy bien cuál es la causa.
La miro con incredulidad. Quién sabe con qué cosa me va a salir.
—¿Ah sí?
Ella asiente con aires de grandeza.
—Ayer llegaste tarde y te quedaste conversando con Jason afuera ¿Ya son novios?
La tostada que estaba comiendo se me cae y por ley de Murphy, lo hace con la mermelada hacia abajo, embarrándose en el mantel.
—¡Qué locuras dices, tía! Jason es mi amigo —aseguro, limpiando el desastre que dejé.
—Así se empieza, primero como amigos, luego la amistad va creciendo, se va volviendo más íntima y ni cuenta te das cuando ya no puedes vivir sin tu "amigo".
—Sí, claro. Si así fuera, los hombres y las mujeres no podrían ser amigos ¡Nadie podría tener amigos! —bufo, lamentando una vez más esa visión estereotipada que mi tía tiene de la vida.
Ella se limita a encogerse de hombros.
—Además, a mí me gusta otro chico —le confieso y se levanta de la mesa con emoción, mirándome como si estuviera viendo lo más maravilloso del mundo.
Y yo me escapo después de soltar la bomba, dejándola con todas las pregutas que quería hacerme atoradas en la garganta. Se lo merece por andar de chismosa.
~🦇~
En algo no se equivoca mi tía. Me siento radiante y es debido al amor. Es un sentimiento tan noble y poderoso, que tiene la facultad de purificar a las personas y volverlas mejores. Después del cuasi beso que nos dimos con Dick, me siento renovada. Soy una Isabel 2.0.
No quiero imaginar cómo me sentiré luego de que nos besemos de verdad. Probablemente me saldrán alas.
Y volaré... ¡Hacia el infinito y más allá!
—¡Hey, cuidado!
Si hasta el mundo me parece un lugar más bonito.
—¡Mira por donde vas!
Los colores más opacos lucen brillantes y grandiosos, destacando la belleza de las cosas más simples que normalmente pasarían inadvertidas.
Las puertas de la percepción se han abierto y estoy encandilada.
—Te ves muy feliz esta mañana —me dice Jason en cuanto llego al salón.
—¿Y por qué no estarlo? El sol brilla, las aves cantan, la vida es maravillosa. Si aprender no fuera tan estimulante, consideraría el estar encerrada aquí ocho horas como una tortura.
—Si no te conociera, pensaría que estás drogada —se burla.
—Pues es algo bastante similar. Mi preciado cerebro está flotando plácidamente en una sopa de endorfinas.
—¿Qué son las endorfinas?
—Son neurotransmisores que... Son cosas químicas que te hacen sentir feliz. Tan feliz que incluso Gar podría parecerte hermoso.
—¿Yo qué?
—Y todo es a causa del amor. Estar enamorada y ser correspondida es una experiencia fascinante.
Definitivamente lo es.
—Grandioso. ¿Por qué no escribes un informe? —sugiere con sarcasmo.
—Tranquilo, Jason. Ya te pasará a ti. No con Kory porque ella no te merece, pero sí con una chica que...
Me quedo en blanco. No tengo idea cómo le gustan las chicas.
—Una chica que sea ruda y ande en motocicleta vestida de cuero. Y con un lindo trasero también —digo por fin.
Él empieza a reír.
—Gracias por tus buenos deseos.
~🦇~
—El DJ ya está confirmado al igual que el servicio de banquetería. Ahora sólo me queda relajarme y esperar que llegue el sábado.
Por fin. ¡Por fin, gracias al cielo!
—¿Y cómo van las cosas con Dick? ¿Has pensado en lo que hablamos?
Supongo que se refiere a sus consejos sobre mi apariencia.
—Pues sí. A Dick le gusto tal como soy, así que no creo que haya nada que cambiar y de todos modos, tampoco lo haría.
—¿Es definitivo?
—Completamente.
—Bien. Espero que después no te quejes. Mira allí. —Me indica un lugar del patio donde está Dick hablando con dos chicas.
Ellas son bastante lindas y están claramente coqueteándole, todas sonrisas juguetonas y miradas dulces. Él les sonríe con amabilidad.
—¿No sientes celos de verlo con otras chicas?
—Sólo está hablando con ellas. No hay nada de malo en ello.
Brenda suspira con cansancio.
—Si hablas así, necesitarás un cuello extra para sostener tu cabeza con todos los cuernos que te saldrán.
Ya está diciendo cosas horribles.
—No voy a montarle una escena de celos, mi dignidad me lo impide. Él puede tener amigas así como yo los tengo.
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Editado: 27.10.2020