—¿Dónde aprendiste a hacer eso de la muñeca?
Dick me lleva en su auto a casa. Debo confesar que no quiero llegar pronto. Agradezco por cada luz roja que nos encontramos.
—Mi primo Donny me enseñó. Lo aprendió en el ejército.
—Vaya. Será mejor no hacerte enfadar.
Vuelvo a sentirme apenada.
—Aunque, por otro lado, me gusta que sepas defenderte. Eres una chica inteligente, fuerte, independiente, linda ¡Cada vez me gustas más!
Me muero.
Quiero lanzarme sobre él y abrazarlo y besarlo y me alegro de tener el cinturón de seguridad puesto porque me mantiene en mi lugar. No debo apresurarme. Mantén la calma, Isabel, no lo dejes ver que te derrites de amor por él.
—Pues sí, usualmente soy una persona pacífica, pero si llega la ocasión, puedo defenderme. ¿Todavía te duele la muñeca?
Él niega y doy un suspiro de alivio.
—Ahora que te conozco más, podré elegir un lugar más adecuado para llevarte en nuestra cita. A menos que tú hayas pensado en algo.
Un lugar. No se me había ocurrido. Supuse que iríamos a comer o ver una película. Esto de no tener experiencias en citas es un problema. Debí hablarlo con Brenda o Jason.
Jason.
Él está teniendo su cita con Kory en este momento, aunque es bastante tarde, ya debe haber terminado. De pronto siento el impulso de mandarle un mensaje para saber cómo le fue.
Jason ¿Qué haría él en mi lugar?
Me quedo pensando en las cosas que él me ha dicho sobre Dick.
—¿Isabel?
—¡Al circo! Me gustaría ir a un circo.
Tal vez, el excelente equilibrio que mostró con las bandejas lo adquirió allí.
Dick me mira con curiosidad.
—¿Te gusta el circo? —pregunta con una sutil sonrisa.
Creo que acerté. Puede que incluso logre que me cuente sobre su infancia.
—Nunca he ido —admito. A decir verdad, nunca me han gustado mucho los payasos— ¿Y tú?
Espero ansiosa su respuesta.
—Yo tampoco.
Me quedo de piedra, mirándolo fijamente para saber si bromea o simplemente no quiere hablar del tema. Parece absolutamente tranquilo, como siempre.
—Pero si quieres podemos ir. Supongo que podemos buscar uno con contorsionistas o trapecistas, creo que sería divertido.
No lo entiendo. Jason dijo que él había vivido en un circo. ¿Era otra de sus ideas extrañas? Cuando me lo contó, él se veía bien, no parecía alterado.
Yo pensé que ya estaba bien, que de algún modo mi amistad lo mantenía tranquilo, pero sigue mal, sigue confundiendo la realidad y no sé cómo ayudarlo.
—¿Ocurre algo?
El auto se detiene y Dick acaricia mi rostro. Tengo los ojos llorosos y me ve con preocupación.
—No, es sólo que...
¿Debería decírselo?
Jason podría enfadarse. Si Dick lo cuestiona incluso podría sentirse acorralado y huir, ya lo hizo una vez y tuve suerte de encontrarlo.
—Isabel, confía en mí. Si algo malo pasa yo puedo ayudarte, yo quiero ayudarte. Déjame hacerlo, déjame ser parte de tu vida.
Hay tanto amor en sus ojos que mi corazón tiembla y las lágrimas luchan por salir. Estoy enamorada de él y creo que estoy empezando a amarlo, pero ¿por qué?
¿Por qué tengo que seguir pensando en Jason cuando estoy tan cerca de Dick?
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Editado: 27.10.2020