--Nuevamente me vuelves a hablar con acertijos. Exclamé sin poder entender en ese momento lo que me quería decir Gaia con sus palabras, abrí la puerta de cristal y salí de la tienda con mi mente más confundido que cuando entre.
--Afuera, en la calle el viento soplaba más fuerte, mire hacia arriba los rayos partían el cielo, brisas heladas que iban y venían abrazaban el entorno. Comencé a caminar sin mirar atrás, al doblar en una de las calles; esta estaba solitaria y silenciosa, callejones oscuros, no podía explicarlo pero ahí estaba de nuevo ese tipo de percepción sobre natural que yo ahora podía sentir. Y me decía que algo me observaba desde las sombras de los callejones.
--Podía sentir esa sensación de acecho, trate de no prestar atención a mis sentidos, pero fue inútil, pronto comencé a ver como las paredes se humedecían y se congelaban rápidamente, La temperatura empezó a descender más rápido de lo normal, todo comenzó a helarse, acelere mis pasos, pero el frío era insoportable. De repente una fuerza invisible arremetió contra mi violentamente, estrellándome contra una de las paredes de ladrillos de un edificio. "Ohh! Maldición que está pasando"? A pesar del fuerte impacto que recibió mi cuerpo, no se rompió ni un hueso. Trataba de levantarme cuando nuevamente volví hacer investido por la extraña fuerza, pero esta vez con mayor violencia, debido al fuerte impacto la pared se agrieta, el estuche de guitarra se abrió y la funda con la espada habían caído a unos metros de mí.
--Pequeñas gotas rojas y cálidas brotan de mi cabeza. Lleve mi mano derecha a mi cabeza y me di cuenta de que estaba sangrando, no podía creerlo a pesar del impacto mi herida no era de gravedad, mire la pared estaba destrozada no podía dar crédito a lo que veían mis ojos, tampoco encontraba explicación, debía de estar muerto, pero todavía, aún me encontraba de pie.
--¡¿Quién rayos eres?! ¿Por qué me atacas? --Entrégame la espada por tu propia voluntad y te voy a matar rápido y no sufrirás... --respondió una voz tenebrosa perdiéndose en el vacío. Mis ojos buscaron afanosamente, pero no encontraron al emisor de la voz, entonces corrí hacia la espada y la saque de su funda, pero no pude levantarla, la espada se había hecho muy pesada, no podía sostenerla, trataba de levantarla, pero nuevamente fui atacado, rodé por el hielo hasta estrellarme contra un vehículo que quedó destrozado.
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--No podía creer lo que estaba sucediendo todo mi entorno estaba cubierto por mantos de hielo, aturdido y con mi cuerpo a dolorido, comencé a levantarme tratando de apoyarme en los restos del vehículo. En ese momento lianas de hielo enredaron mis piernas impidiéndole levantarme, trate de arrastrarme pero me era imposible, el hielo empezó a congelar parte de mi cuerpo. No podía entender qué estaba pasando, pero algo si era seguro no se trataba de un mal sueño de esos en los que despiertas cuando las cosas se ponen mal. Comencé a pensar que ya nada más podría ser peor, pero estaba equivocado porque mire hacia el hielo y este comenzó a agrietarse en tres pedazos como si algo lo rasgara brutalmente. Y estas grietas se dirigen hacia mí. Empecé a agitarme de un lado a otro, pero era inútil por más que me movía no lograba liberarme, jamás pensé que, mi vida pudiera terminar así de esta manera tan extraña. No había nada que yo pudiera hacer para evitarlo.
--En ese momento se vinieron a mis pensamientos todas las cosas que Gaia me había dicho acerca de la espada y su poder. Que tonto sabía que todo eso no podía ser verdad, pedazos y fragmentos de hielo seguían levantándose desde las grietas, que se acercaban cada vez más a mí, mire por última vez la espada guardando una leve esperanza, está comenzó a brillar, el hielo de mis piernas se derrite, salte girando en el aire, las grietas pasan dividiendo en tres pedazos lo que quedaba del vehículo. Corrí y tomé la espada después de eso mi mente se comenzó a nublarse al igual que mis sentidos, quede sumido en un lapso de estado catatónico, físicamente era yo, pero interiormente era otro. Me sentía más fuerte, como si un gran poder corriera por mi cuerpo. --Dame la espada o prepárate para morir. --Creo que no has entendido lo que sucede, engendro inmundo, soy Siskan y he vuelto para mandarte de regreso a donde perteneces, a los confines del reino de las sombras. --Que tonto eres, ni siquiera puedes verme como podrás vencerme...
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Editado: 28.06.2022