Sobreviviendo a la tentación [2.3]

Capítulo 24| Sr. Vainilla

A Z U L🌟🌟🌟

A Z U L
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—Tenemos que hablar —ordena Calí, apenas me ve entrar en la sala de entrenamiento, pasamos delante de Red y Oliver que estaban entrenando pelea cuerpo a cuerpo y Red parecía ir ganando. Pero dejo de verlos cuando mi amiga frena delante de las gemelas Chastain y Blake que estaban muy a gusto hablando y al verme guardaron silencio. —Díganle lo que me dijeron a mí —habla Calí viendo a las hermanas.

—Las hechiceras por medio de rituales antiguos pueden hacer que las estrellas caigan del cielo, se utiliza magia pura para enlazar a una estrella y atraerá hacia la tierra. Es impredecible calcular dónde puede caer, pero si se la puede ocultar mientras cae el tiempo suficiente para descubrir dónde hallarla y atraparlas antes de que Nyx o alguna de sus ayudantes lo haga —responde Alcíone apartado uno de sus mechones púrpuras hacia atrás de su oreja, miró a su hermana permaneció en silencio esperando a mi respuesta.

—¿Quieres decir que posiblemente una hechicera usó magia para hacerme caer? ¿Por qué harían algo así? —interrogó más para caer en cuenta de una vez en mis palabras.

—Sí, lo hacen por dinero Azul, pero no podemos asegurar que este sea tu caso, existe la posibilidad de que tus emociones hayan sido tan fuertes que por ti misma cayeras a la tierra, ya había pasado antes con Electra, una de las hermanas pléyades —hablo Eirene, dejándome de nuevo en la nada, no estaban seguras de cómo caí en la tierra, pero teníamos dos grandes posibilidades y una de las dos me atemorizaba más que la otra.

—No es momento de hacer especulaciones, dejemos que Nyx se encargue de esto —interrumpe Blake viendo que yo comenzaba a sentirme mal, un enorme nudo se estaba formando en mi estómago y sentía que mi cuerpo no respondía a lo que mi cerebro estaba pidiendo. —Azul, siéntate luces muy pálida, ¿quieres agua? —preguntó con amabilidad el semidiós, me sentó en una de las bancas y ordenó a una de las gemelas que me trajera agua. En realidad no necesitaba nada de eso, solo estaba algo aturdida por la cantidad de información, tampoco terminaba de entender como por un poco de dinero eran capaces de hacer caer a mis hermanas y asesinarlas sin piedad.

—No quiero nada, ne... necesito irme a casa —susurró posando mis manos sobre mis hombros, las heridas de mi espalda me estaban doliendo y no tenía fuerzas para ponerme en pie. —Llamen a Anker o a Mar, Hades se fue con Mel al olimpo, regresan tarde —murmuró cerrando los ojos, el dolor en mi espalda se estaba haciendo peor y un par de lágrimas rodaron por mis mejillas. Eirene se sienta a mi lado y pasa sus manos encima de mi espalda sin tocarme y un tenue alivio me hizo sentirme un poquito mejor.

—Azul, te prometí que no te pasaría nada y cumpliré con mi palabra, no tienes nada que temer —enuncia la platinada arrodillándose frente a mí, acarició mi rostro limpiando con su pulgar los rastros de mis lágrimas y sus palabras me reconfortaron, pero seguía sintiendo miedo y tristeza por mis hermanas.

—Anker está en camino y Mar llegará en cualquier momento —informa Blake.

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Mar sostenía mi mano en la entrada de la mansión de Styx, hace diez minutos que me había aplicado un ungüento en la espalda para calmar mis dolores y solo estábamos esperando a Anker. Me pegué a Mar desde que llegó, las gemelas le contaron lo que sabían y la rubia aseguró que su abuela ya lo sabía, que hace mucho viene trabajando para cambiar esa situación y que logró frenar eso desde hace algunos años. Que mi caída en verdad es un misterio para ella y lo de Zay no podría decir que es una coincidencia o algo planeado. No estoy segura de que Zay sea una mala persona, siempre trata de hablarme con buenas intenciones y en ocasiones se ofrece a acompañarme a mis clases cuando Calí no puede o Anker está ocupado con sus propias clases. Algo que al descendiente del inframundo no le agrada, dice que Zay no le cae bien y que debo tener cuidado.

—Anker ya llegó, ¿quieres que vaya contigo? —preguntó Mar al ver acercarse el auto del susodicho, freno en la entrada y de bajo del coche para venir en nuestra dirección.

—No, estaré bien y perdón por haberte molestado por esto —respondo apenada, no me gusta sentir que estoy siendo una carga para todos y mucho menos para mi princesa que desde que llegó no se despegó de mi lado.

—Para nada me molestas Azul, somos amigas y siempre vendré en tu ayuda cuando me necesites —aseguró la rubia liberando mi mano —Encárgate de ella Anker, si le duele mucho la espalda llámame estaré en casa de Colín con Bianca por si quieren ir luego. Nos vemos chicos —saludando a ambos con un beso en la mejilla, la princesa se fue envuelta en agua, dejándonos a ambos solos caminamos hacia el auto del príncipe.

En cuanto nos alejamos de la mansión Anker carraspeo bajando el volumen de la radio, estaba claro que quería hablar, pero no sabía por dónde comenzar y no dudaba que ya le hubieran dicho lo que pasó mientras venía de camino hacia aquí.

—Mis padres salieron con Nina para ir a ver una obra de teatro de una de sus series animadas favoritas, me salvaste de una tortura de dos horas y media —interrumpe el silencio con una pequeña risa, lo miré con una sonrisa de labios sellados y asentí sin decir nada, no tenía tantos ánimos para volver a hablar de lo mismo. Anker mejor que nadie sabe cuánto extraño a mis hermanas, mi hogar y no quería volver a traer de nuevo ese tema. Ya estaba cansada de eso y siempre recibía la misma respuesta, “pronto regresarás a casa” y ni siquiera estamos seguros de que eso pase.




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