Cuando despierto siento que todo es diferente, los sentimientos de nostalgia ahora son de alegría, los funerales son sólo un recuerdo, en el ambiente del cubículo se siente paz y armonía, y todo tiene una sola razón, mi padre está vivo.
Mis abuelos se levantan y su rostro es totalmente distinto al de días anteriores, una gran sonrisa en el rostro de mi abuela ilumina la mañana.
- Buenos días -nos dice a todos, seguido de un beso y un abrazo- cambiémonos para ir a desayunar y luego ir a hablar con José.
Mi abuelo y yo intercambiamos miradas, olvidé un pequeño detalle.
-Am... Abue, en realidad... Sólo se puede ir hasta que salgan todos de trabajar, recuerda que nadie debe enterarse.
Aunque su sonrisa desaparece por un momento no tarda en volver a hacer acto de presencia.
- Bueno,no importa, mi hijo está vivo y nadie me quitará la alegría el día de hoy, rápido, a desayunar, sólo quiero que este día pase rápido, llevo mucho tiempo sin escuchar su voz, hasta lloré su falsa muerte, no puedo esperar a hablar con él.
- En eso estoy de acuerdo -en mi abuelo la sonrisa también está presente- bueno, si ya todos estamos listos, vayámonos.
Salimos del cubículo con dirección al comedor, aún puedo ver a las demás familias destrozadas por su pérdida y recuerdo algo muy importante, Jessica, si mi padre está vivo ¿El de ella también? Me gustaría pensar que sí para ir con ella y contarle, pero no puedo, a pesar de que la vi llorar frente a mí no puedo desobedecer a mi papá, nadie puede saberlo. Está noche le preguntaré si toda su tropa está viva, y si puedo contarle a Jessica.
Terminamos de comer y Camila quiere ir a jugar, ahora que sabe que papá está vivo sus ánimos han vuelto, todos salimos y nos vamos a los cubículos infantiles, tan pronto llegamos mi hermana se va a los pequeños juegos que hay aquí.
- Javier, ¿Juegas conmigo? - hace mucho tiempo que no juego con mi hermana, desde antes que papá fuera a una nueva exploración.
- Ah... Sí
- ¡Que bien! Juguemos al castillo, yo seré la reina y tu serás un caballero, tienes que matar al dragón.
- ¡Claro que si mi reina! -exclamo con mi mejor voz masculina y corro por el cubículo como si tuviera una espada en mi mano, a veces escucho los gritos de "La reina Camila".
- ¡Está atrás de ti caballero Javier! ¡Vamos tu puedes no te rindas! ¡Ganale, ganale!
- ¡Ya casi lo logro reina Camila! Ya está herido, ahora le cortaré la cabeza.
Dicho eso hago un ademan de cortar algo y pongo un pie al frente como si me subiera en él.
- ¡Bien hecho! ¡Me salvaste del dragón! -los ojos de mi hermana se iluminan de emoción.
- Siempre voy a protegerte Cami -y la abrazo.
- ¡Ahora atrápame! Jajaja.
Mi hermana sale corriendo por todo el cubículo y yo atrás de ella, siempre dándole ventaja, tropieza con pequeño bloquesito de plástico y cae hacia enfrente, de inmediato comienza a llorar.
Cuando llego a su lado la levanto y veo que tiene unos cuantos raspones.
- No es nada, estás bien, son sólo unos pequeños rasponsitos.
Llega mi abuelo, la carga y me dice: - Javier ve a la enfermería, trae alcohol, algodón y tres curitas.
- Sí abuelo, ya vengo Camila, tranquila no te pasó nada.
Salgo de ahí y me voy a la enfermería, cuando llego pido lo que me encargaron y regreso corriendo a ayudar a mi hermana, ya no está llorando, le doy las cosas a mi abuela y con cuidado moja el algodón con alcohol y lo pone en las heridas de mi hermana en pequeños toquesitos, como le arde vuelve a llorar.
- Vamos, ya pasó, todo está bien -mi abuela la carga y le canta para tranquilizarla.
Decidimos volver, pues mi hermana se quedó dormida. Al llegar, la cuestan y decido ir a ver los otros pisos del edificio, en todo mi vida nunca se me ocurrió explorar más allá de mi piso y donde están el comedor y las regaderas, de ahí lo único que he visto ha sido el primer piso, y fue grandioso, quiero ver si los demás también están adornados, se supone que mi piso es de América pero nunca he visto ni el más mínimo adorno, ¿Hemos perdido nuestra cultura?
Subo las escaleras al cuarto piso y me doy cuenta que aquí hay más ductos de ventilación, supongo que debe ser porque aquí están más cerca de la superficie y el calor debe ser intenso. Esto lo reconozco de inmediato, Europa, en clases nos enseñan todo acerca del viejo mundo, hemos visto todos los edificios y construcciones que adornaban las ciudades y representaban a su país, torres Eiffel por todos los pasillos, sobre algunos cubículos el Coliseo Romano, maravillosas pinturas de templos griegos y romanos, y una Torre Inclinada de Pisa cerca de mí, no hay ningún foco diferente a los de mi piso como en el primero, pero esto es suficiente para embellecer este lugar, mientras camino por sus pasillos imagino que estoy paseando por aquellas ciudades donde lo antiguo convivía con lo nuevo. De pronto las personas comienzan a bajar y eso me extraña.