Sola en el Mundo

DIECISIETE: Los sentimentales.

D A N N I E L.

Me arrepiento profundamente de haber accedido a jugar, ¿es que acaso no había aprendido nada de mis experiencias anteriores? Nunca nada bueno salía de jugar Verdad o Reto, nunca. Pero claro, el tonto creyó que esta sería la excepción, pero ¿qué creen? ¡No lo fue! Y ahora estoy encerrado en un maldito armario diminuto con Cara, luego de haberla visto besar a otro chico. Eso fue un poco masoquista de mi parte, pero debía hacerlo, si la veía con otro chico confirmaría que debo dejar ir estos sentimientos por ella. Y acerté, ver su reacción luego del beso me dejó en claro lo que debía hacer, fue tan diferente a como reaccionó cuando yo la besé… Debo dejarla ir, es lo mejor para ella y lo sé. Igual, si lo hago podremos retomar nuestra amistad igual que antes, como debe ser.

La verdad, no quise responder a esa pregunta porque Harry estaba ahí, lo último que quiero es convertirme en un motivo de pelea para ellos, aunque seguro ya lo fui. Respeto el hecho de que ellos estén juntos… tarde, pero lo hago. Mis actitudes últimamente solo me dan vergüenza, me comporté como crío malcriado. Dios, merezco un golpe enorme en la cabeza. Ahora mi verdadera pregunta es, ¿de dónde sacó Cara que terminé con Artemis por ella? Nunca le dije nada de eso, y no recuerdo haberlas oído hablar de eso… ¿o sí? Argh, mierda. ¿Cómo le hacen los Roth para enterarse de todo? Son peores que el gobierno.

¿Cuánto tiempo llevamos aquí? No tengo idea, pero espero que hayan pasado más de seis minutos. En cuanto salga de aquí iré directamente a hablar con Harry y aclararle todo, no pienso ganarme a ese ser de enemigo, no, no. Las peleas no son lo mío, no me gustan y jamás me gustarán, si puedo las evito.

―¿Por qué no respondiste? ―pregunta Cara de pronto, sacándome de mis pensamientos pacifistas.

―Pues, ¿no crees que eso es algo muy personal como para decirlo frente a todos ellos? ―inquiero, intentando no mirarla ni chocar con ella en lo más mínimo.

―Sí, tienes razón ―se limita a responder.

Nos quedamos en silencio nuevamente, y la verdad lo prefiero, mejor así. Por el momento solo estoy centrado en alejarme lo más posible y no tocarla, no quiero incomodarla, eso y… por otras razones.

―¿Me responderás ahora? ―pregunta de nuevo―. ¿Terminaste con Artemis por mí?

La miro, dudando en si hablar o no, pero creo que no puedo seguir evitando esa pregunta.

―Es cierto, pero hay más que solo tú, que no se te suba a la cabeza.

Ella se ríe, y siento que con eso el ambiente se relaja, no me había dado cuenta de lo tenso que estaba.

―¿Cómo te enteraste de eso? ―pregunto.

―Artemis me lo dijo anoche, luego de una pequeña discusión que tuvimos.

―¿Discutieron? ¿Sobre qué?

―Sobre ti.

Joder, estoy seguro de que mi corazón está muy acelerado justo ahora. Okey, sé que dije que sepultaría mis sentimientos por ella, pero aún están presentes y esa confesión no ayuda al proceso.

―¿Sobre mí?

―Sí, muchas cosas, pero creo que mejor lo hablas con ella, la verdad no recuerdo demasiado ―miente.

Sé que miente, porque evita mi mirada y comenzó a rascarse el brazo. Es algo que siempre hace cuando miente, no sé por qué, pero lo hace.

―Mmm… Bueno, quizá le pregunte ―digo.

―Genial.

Luego de eso volvemos al mismo silencio, por suerte no dura mucho cuando la puerta se abre y uno de los chicos de la banda aparece, Oliver. Como olvidar ese cabello, es idéntico al de su hermana. Salimos del armario sin decir palabra, mientras que los demás estaban hablando acerca de no sé qué. La verdad no tenía mi mente en ellos. Estaba más centrado en ignorar la mirada punzante de Harry. ¿No podía mirar a otro lado? Estoy seguro de que yo no soy lo más interesante del lugar.

Volvemos a nuestros puestos, yo junto a Josh y a Sam, y ella entre Sam y Harry. Ahora la atención de Harry está puesta en la castaña, este le dice algo, pero su conversación no dura mucho.

―Muy bien, es mi turno ―habla George, tomando el bol y sacando un papelillo doblado―. ¡OLIVER!

―Joder, no ―dice el pelirrojo, poniendo una verdadera cara de sufrimiento.

―Te reto a… ―comienza el castaño, pero es interrumpido por Cara.

―¿No deberías preguntar primero que escoge? ―pregunta.

―No, tenemos un trato. Conmigo él siempre hará un reto y con él yo siempre diré una verdad.

―Suena algo injusto ―comento.

―La verdad no, ese enano nunca se abre con nosotros ―dice Shayfer.

Curioso, se ve bastante abierto. Jum, las apariencias engañan.

―Como decía. Te reto a… ―se queda pensando un rato, mirando a todos lados, pensativo. De pronto su mirada parece brillar, y reconozco ese mismo brillo de los ojos de Sam cuando va a hacerme una maldad―. Te reto a besar al chico simpático junto a Sam.

Oh, hablaba de Josh. La cara de Oliver se volvió roja de vergüenza, parece que se intenta camuflar con su cabello. Josh, por su parte, se ve tranquilo, no es la primera vez que termina involucrado en este tipo de retos, sin importar el género ―o eso es lo que ellos me han contado―.

―Vamos, ¿o quieres estar conmigo en ese armario por seis minutos? ―incita George, inclinando su cabeza hacia Oliver, quien no es capaz de decir palabra alguno―. ¡Oh! ¿Sí quieres? Que pillo eres, Oli.

―Cállate, idiota ―dice Oliver, totalmente abochornado.

―Pues anda, está ahí mismo.

Oliver duda un poco, pero con un poco de torpeza se levanta y queda de rodillas frente a Josh, su cara totalmente roja. Se quedan así, uno frente al otro, y diría que Josh está neutral… pero se ve bastante interesado en ese beso, lo he visto bajar la vista hacia los labios del pelirrojo varias veces. Oliver se acerca lentamente a su rostro, pero aún sin tocarlo, y sé que si lo empujara un poco ya lo besaría.




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