5

Sonrisa colgate

Luego de dejar a mi hermana durmiendo me levanto de la cama con cuidado para no despertarla. Me dirijo al baño para lavarme los dientes y al acabar me miro al espejo, mi cabello esta totalmente inflado, bufo con molestia y abro el grifo para mojar mis manos y pasarla por mi pelo y aplastarlo al menos un poco, no logro controlarlo casi nada pero al menos ya no parece que tengo una peluca de payaso rubia. Al salir nuevamente a la habitación me saco el pantalon corto de pijama y me coloco unos jeans que encuentro en el piso, parecen estar limpios, después busco unas medias y mis zapatillas. Como de costumbre no logro encontrar medias pares.

Abro la ventana de mi habitación y alcanzo, estirando mi brazo un poco, la escalera blanca que logre colocar hace mucho tiempo, saco una de mis piernas y luego la otra aún sosteniendo la escalera colgante de una mano y sosteniendo mi peso por el borde de la ventana con la otra al estar ya fuera logro pararme sobre la escalera y bajar sin problemas.

-Vaya, así que esta es tu forma de escapar -escucho que alguien me habla cuando estoy a punto de llegar al suelo. Ruedo mis ojos con molestia al identificar la voz del idiota de James.

-Si y si llegas a abrir la boca te juro que te arrepentirás Grinch -lo amenazo al pararme sobre el suelo y girarme en su dirección con mi peor mirada fulminante.

-Uy que miedo -se burla temblando teatralmente.

-Eres insoportable.

-Pero me besaste -me quedo quieta y mi rostro se enciende cuando lo escucho hablar sobre el tema del beso- y te encanto, no lo niegues.

-Fue como besar a una pared -digo con monotonía al reaccionar.

-Claro, ¿y por eso te pones toda roja? -sonríe con satisfacción y me maldigo internamente al volver a sentir mis mejillas calientes- Lo sabía.

-No sabías nada, no te hagas el niño listo que de listo no tienes ni un pelo -gruño en su dirección.

-Yo soy muy inteligente -se defiende con esa estúpida tranquilidad que lo define y sonríe con suficiencia- por cierto tienes un lindo trasero -sisea antes de guiñarme un ojo y darse la vuelta para empezar a caminar.

-¡Degenerado! -le grito comenzando a seguirlo.

-Degenerada tu que duermes en ropa interior en medio del living, yo solo observo lo que esta a la vista y digo la verdad -lo alcanzo y miro su perfil, una sombra de sonrisa se asoma por su rostro y yo estoy por propinarle una buena bofetada para quitarle su sonrisa.

-Eres un depravado, podrías haber desviado la mirada -mascullo con molestia y algo de vergüenza- de todos modos ¿Qué hacías en mi casa?

-¿Dónde esta la diversión en eso? -malditas hormonas que hacen que me sonroje como una cría- Mi madre es amiga de tu madrastra.

-¿Danna? -pregunto intentando recordar el nombre de la señora que nos vio en el suelo hace unas horas.

-Dinna -corrige sonriendo.

¿Es que no puede dejar de sonreír?

-Ah.

No se que más decir, supongo que el hecho de que mis nervios estén a flor de piel tiene algo que ver, ni siquiera se por qué estoy nerviosa. Es solo James ¡Por favor!

-¿Cómo casi sabes su nombre? -pregunta confundido haciendo que vuelva a la realidad.

Sacudo mi cabeza levemente antes de contestar.

-La vi cuando estaba con mi herm... mi madrastra en el living.

-¿Tienes una hermana? -cuestiona sin poder creérselo.

-¿Qué te importa? -contesto a la defensiva, intentando evadir el tema.

-¿Es linda? -esta vez tiene una sonrisa provocativa en sus labios.

-¡Tiene quince años depravado! -grito con furia, me dan ganas de golpearlo pero me contengo solo sigo caminando por el jardín junto a él.

-Entonces si tienes una hermana -su mueca de superioridad no se hace esperar.

Pero... ¿Qué?¿En realidad acaba de sacarme información tan fácilmente? Hijo de...

-y tranquila, yo solo tengo ojos para ti -dice interrumpiendo mis insultos mentales hacia su persona- no te pongas celosa Rubia -sonríe con los labios sellados con exagerada dulzura en su expresión y lleva una de sus manos a mi mejilla acariciando mi piel levemente.

Con un gruñido y una mirada fulminante le doy un golpe a su mano y luego una patada en su espinilla, por cabrón.

-Serás idiota -mascullo entre dientes.

-Yo también te quiero -dice entre risas pero a la vez sosteniendo su tobillo con una mano con una mueca de dolor en el rostro.

Gruño nuevamente y me exaspero por su risa, no puede estar tan feliz todo el tiempo ¡Eso no es normal! Y menos cuando acabo de golpearlo. Debe tener algún problema mental que le hace ver las cosas diferentes a como son en realidad.

Ruedo mis ojos volteando mi rostro al tiempo que llegamos a la entrada, las grandes rejas aparecen en mi campo visual, me dirijo al costado de esta y saco un pequeño broche con punta de mi sujetador ¿Qué? Para algo tienen que servir además de levantar mis pechos, que a mi pesar son bastante llamativos. Muevo la punta dentro de un pequeño agujero hasta que escucho un crack que me hace saber que ya esta listo, sin más rodeos empujo el metal y se abre una pequeña puertita de la gran reja, tiene ocho puertitas a lo largo de la parte inferior pero nadie las abre hace años, solían ser para que unos sirvientes entren o eso escuché, pero gracias a denuncias por parte de ex-personal de servicio de la casa porque esas puertas diminutas les hacían doler todo el cuerpo, más a las señoras voluptuosas o bastante mayores, la familia de Lilian tuvo que dejar que abran los grandes portones para dejar entrar a los empleados. Si, la casa era de la familia de Lilian hasta que consiguieron una mejor y más "espaciosa" y esta se la dejaron a su adorada y única hija que ya era mayor como para vivir sola. Ja. Todos aquí sabemos que le dieron la casa solo para deshacerse de la bruja maldita.

Salgo a la calle y antes de poder cerrarla James sale, lo miro con el ceño fruncido y pregunto- ¿Qué crees que haces?