Solamente tú #2

32

Visitas 
 

(JAMES)

Días atras...

Entro a casa con una sonrisa en el rostro por la corta conversación con Sam pero rápidamente esa sonrisa decae al ver a mi padre junto a las escaleras y a mi madre a su lado, parecen estar discutiendo algo aunque cuando notan mi presencia ambos callan. Mamá sonríe en mi dirección y yo le devuelvo la sonrisa con algo de esfuerzo. Miro a mi padre y él desvía la mirada hacia el suelo apretando la mandíbula.

—James ¿En dónde te metiste toda la noche? —dice con voz autoritaria.

—Oh déjalo Dean, es grande sabe lo que hace —replica mi madre, y me soprende realmente que le lleve la contraria a mi padre, pero hace que me sienta mejor.

—Tiene diecisiete años mujer, no es mayor de edad aún...

—No seré mayor de edad pero se lo que hago —lo corto, hablando por primera vez desde que entre.

Sin mediar más palabras paso por su lado y subo las escaleras en dirección a mi cuarto, al llegar a él cierro la puerta con fuerza y le pongo seguro, no quiero hablar con nadie y se que Audrey debe querer darme un gran discurso, busco mi teléfono en los bolsillos de mi pantalón y al no encontrarlo me pongo en alerta, palpo distintas áreas de mi cuerpo en busca del aparato pero no hay caso, comienzo a revisar mi habitación por si la dejé aquí pero pierdo las esperanzas al recordar que lo utilicé en casa de Jane, probablemente lo dejé en allí. 

Toc, toc.

Aprieto mis dientes con molestia y decido ignorar a quien sea que este llamando a la puerta, camino hacia mi cama y me dejo caer sin ni un poco de delicadeza.

Toc, toc.

Coloco una almohada sobre mi cabeza.

Toc, toc.

Bufo con frustración lanzando la almohada a un lado y levantándome para abrir la puerta.

Toc...

Abro la puerta encontrándome con mi madre con el puño levantado, me siento algo avergonzado al darme cuenta de que se trata de ella.

—Lo siento mamá —susurro rascándome la cabeza con nerviosismo.

—Esta bien, solo me gustaría... ¿Puedo pasar? —pregunta haciendo un ademán con su cabeza hacia mi habitación.

—Claro —respondo de inmediato haciéndome a un lado para dejarla pasar, una vez que esta dentro cierro la puerta y la observo.

—¿Dónde estabas James? 

Al notarla tan, demasiado, calmada se que le sucede algo pero simplemente lo dejo pasar, debe ser por mi reciente ausencia.

—Estaba en la casa de una amiga —contesto con algo de nervios.

—Oh, Jane, ¿Cómo te va con ella hijo?

—Si, Jane, me va... —hago una pausa mientras una sonrisa se extiende por mi rostro— bien, realmente bien.

La veo hacer un intento de sonrisa pero no lo logra del todo.

—¿Qué sucede mamá? —pregunto con precaución tomándola de los hombros y guiándola hacia la cama, la incito a sentarse sobre el colchón y ella lo hace sin chistar. Yo me siento a su lado.

—Bueno James, voy a contarte algo que quizá no vayas a tomártelo muy bien —hace una pausa y yo asiento esperando a que continúe—, tu padre y yo decidimos divorciarnos.

En el momento que la escucho decir esas palabras me siento mal por alegrarme tanto.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto rápidamente.

—Tu padre es un gran abogado cariño y lamentablemente ser abogado no siempre significa ser sincero, él no fue sincero conmigo en un tema y tu sabes que yo estoy a favor de la honestidad.

—¿En qué tema mamá? —estoy pareciendo un insensible pero no puedo evitar sentirme tan ansioso por esto.

—Él me engañó con una convicta hijo, fue hace mucho tiempo pero... no quiso admitirlo hasta ayer.

—Oh.

Por fin sucedió, mamá sabe la verdad.

Era verano, papá nos había llevado a mi hermana y a mí a uno de sus viajes de negocio, Audrey se había hecho amiga de una niña hacía unos días y se encontraba en casa de esta "tomando el té", yo había preferido quedarme en casa a pesar de que papá insistía en que vaya junto a las chicas, no quería pasar un día rodeado de niñas gritonas. Entonces papá me ofreció ir junto a él a visitar a uno de sus clientes, sabía que eso significaba tener que entrar a una prisión y al ser casi un adolescente eso era algo que realmente me emocionaba, resultó ser que solo me dejó en la sala de espera mientras él visitaba a su cliente, en ese entonces me aburría con facilidad por lo tanto al cabo de unos minutos decidí que quería tener la experiencia completa y me escabullí hasta la puerta donde había visto a mi padre entrar, mi sorpresa fue grande cuando al entrar él tenía a una mujer entre sus brazos sobre un escritorio de madera besándola como si no hubiera un mañana. No pude contenerme y grité, él se alejó de la mujer de un salto y entonces vi su rostro, era morena tenía muchos tatuajes en el cuello y supongo que antes de estar en prisión solía tener muchos piercings.  

—Crees... —comienza a hablar pero se detiene.

—Dime —la aliento, saliendo de mis pensamientos.

—No se si sea lo que quiero hijo, yo amo mucho a tu padre.

—Pero te engañó —comento con brusquedad, me arrepiento al instante al ver sus ojos llenarse de lágrimas de un momento a otro.

—Lo se —murmura en un hilo de voz.

Sin querer embarrarla más lo único que hago es abrazarla y contenerla.

—Hay algo más —susurra alejándose después de un rato.

—¿Qué mamá?

—Tienes que acompañar a tu padre a uno de sus viajes...

—No.

—Si James, necesito que lo hagas, tu padre me engañó a mi no a ustedes, tu eres su hijo y desde hace mucho tiempo no pasan tiempo juntos.

—¿Audrey también irá?

—No, ella se quedará.

—Mamá... —comienzo a protestar pero ella no me deja continuar.

—No James Green, harás lo que yo te ordeno.

—Iré, si prometes que vas a dejarlo —condiciono.

—Lo dejaré, solo dame tiempo cariño, solo... no quiero que los demás piensen mal de mi familia, mis amigas suelen ser algo estresante cuando se trata de estas cosas.



#4478 en Novela romántica
#1718 en Otros
#460 en Humor

En el texto hay: amorodio, delincuente, chica ruda

Editado: 24.07.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.