Solamente una Vez

CAPITULO 24 JB

Es hora de llevar a mi hija a la casa, los médicos consideran que es mejor tenerla fuera del hospital por la condición de la madre. Mientras tanto Miranda continúa en esa situación, la niña se quedará en la villa bajo el cuidado de Paola y su madre y con la vigilancia de Cassie y otros guardias que han sido designados para cuidarla. Mi hija no estará en la línea de fuego, esos imbéciles nunca podrán acercarse a ella o a Miranda.

Paola viene saliendo con mi niña en ese momento, parece un angelito así dormida.

-Ya estamos listas Jackson –dice Paola.

-Ok, ya nos vamos entonces. ¿Cassie, quién se queda haciendo la guardia para Miranda? –pregunto para confirmar que mi mujer queda protegida.

-Ortega y Colins quedan al mando, hay otros cuatro en lugares estratégicos. Todo está controlado –asiento, pero no puedo dejar de pensar que es la primera vez que dejaré a Miranda sola. Desde que la trasladaron al hospital no me he despegado de ella y la niña.

-Perfecto. Vamos entonces, antes que se haga más tarde –me acerco a Paola para tomar a mi bebé en brazos y salir del hospital. No confío en nadie más sacando a mi hija en medio de tanto peligro.

Se siente como una pluma en mis brazos, es tan hermosa como su madre. Si tan solo ella pudiera ver a la niña, siento que mi corazón se enternece al tenerla en mis brazos. No sabía que se podía querer tanto a otra persona.

Salimos con todas las medidas de seguridad, cercados por guardaespaldas y llegamos a la villa donde nos esperaban los demás. Fui a dejar a mi pequeña Laura a su cuna para despedirme de ella, porque ya tenía decidido lo que haría para alejar el peligro de mi familia. Besé su diminuta frente y absorbí su dulce olor a bebé.

-Espero verte pronto hija mía. Nunca olvides que te amo, eres parte de mí. Eres lo más hermoso que tu madre y yo tenemos –beso su frente de nuevo y la dejo con delicadeza en la cuna. Cassie y Paola están paradas en la puerta.

-Les estoy confiando mi vida, necesito que me prometan que harán todo para proteger a mi hija.

-Lo haremos Jackson –dice Cassie solemnemente –esa pequeña también es importante para nosotras. Yo daría mi vida por ella.

-Yo soy su tía y la amo también, así que haz lo que tengas que hacer que la niña estará segura con nosotras.

-No tengo dudas de que la cuidaran muy bien –le digo a ambas –estoy muy agradecido por todo lo que están haciendo.

-Todo saldrá bien, cuídate mucho por favor –me dice Paola mientras me da un abrazo de despedida.

Me siento complacido de la respuesta que me dan y salgo de la habitación a prepararme para lo que viene. Me duché y me reuní con Carlos y los demás que nos acompañarían. Todo estaba planeado, llegaríamos al lugar y finalizaríamos con toda esta mierda.

Antes de salir hacia la guarida donde confirmamos se encuentran los delincuentes, paso por el hospital para ver a mi hermosa chica. Sigue igual, su condición no ha cambiado. El doctor dice que en cualquier momento puede despertar, que la buena noticia es que sus signos vitales han mejorado. Yo sueño con el momento en que despierte y podamos estar nuevamente juntos. Yo ya me acostumbre a estar con ella, luego de que las cosas finalmente se dieran entre nosotros no puedo imaginar mi vida si ella. Parece que tenemos toda la vida juntos, cuando la vi por primera vez sentí algo raro por dentro, desde ese momento estoy perdido. Fue muy fácil aprender a quererla, es como un rayo de luz en mi vida.

-Ya me voy amor –susurro para ella –pero  regresaré en cuanto pueda. No olvides que te amo. Eres mi vida hermosa! –la beso nuevamente en la frente y salgo para reunirme con el equipo.

Ya tenemos todo listo, ahora vamos eliminar lo que nos estorba. En principio les haríamos creer que seguimos ocultos, pero realmente llegaríamos a su guarida y los apresaríamos de una vez y por todas. Haríamos público todo el acoso al que hemos estado expuestos y acusaríamos directamente a los responsables. Es un plan arriesgado, pero es la única solución rápida que tenemos. No podemos seguir en la incertidumbre.

La estrategia era sorprender a los delincuentes en horas de la noche, todos usábamos ropa negra y estábamos armados. Unos diez hombres en total eran parte del operativo. Nuestro blanco se encontraba en una casa ubicada en un lugar apartado, tuvimos que caminar un trayecto para no llegar en los vehículos y así alertarlos. Cuando estuvieron ubicados cada uno en su lugar, entramos de repente e inmediatamente inmovilizamos a tres de los cinco que ocupaban la casa en ese momento. Un par de los rufianes lograron tomar sus armas y abrieron fuego. Fue muy confuso al principio, ya teníamos bajo control y amarrados a tres de ellos, cuando dos de los que estaban libres y armados abrieron fuego indiscriminadamente.

Salí corriendo tras uno de ellos y logré derribarlo, le pegue en el rostro con todas mis fuerzas y con toda la rabia que he tenido contenida todo este tiempo; en un momento sentí un golpe en el pecho, fue como una descarga contra el corazón. Mi visión se volvió borrosa, escuche que me llamaban y sentí que arrastraban mi cuerpo por el suelo. Luego de eso perdí el sentido y todo fue oscuridad.




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