Solamente una Vez

CAPITULO 25 MIRANDA

-Hace un día que estoy consciente y no he visto a JB –dijo Miranda al doctor que la atendía –eso de que sigo delicada y que solo me traen a mi hija para darle de comer es una patraña. Exijo ver a mi marido!! –grito desesperada.

Desde que desperté sentí que algo estaba mal. No sabía qué, pero luego de 24 horas sin que nadie responda mis preguntas sobre JB estaba segura que había pasado algo malo. El doctor me dijo que estoy evolucionando muy bien, ya pude cargar a mi niña y he intentado amamantarla. Gracias a Dios mis senos ya tienen algo de leche. Me preocupaba mucho no poder alimentarla con leche materna.

-Sigo esperando por una explicación ¿quién me dirá lo que pasa con JB? –en este punto ya siento miedo de lo que me puedan decir. Debe haber pasado algo muy malo para que mi amor no esté junto a mí y a su hija. Sé cuanto nos ama, por eso algo grave debe haberle sucedido. Tengo que aparentar que estoy fuerte y que podré resistir cualquier noticia, pero en el fondo estoy muriendo del miedo.

-Hija –dice mi padre – te voy a contar lo que pasa, pero tienes que prometer que me dejarás contarte todo sin interrupciones, luego Carlos podrá responder tus preguntas –esto me asusta cada vez más. Porqué Carlos responderá mis preguntas? Qué es lo que realmente pasa? De cualquier manera asiento para que mi padre hable.

En la habitación nos encontramos mi padre, Carlos, Paola y yo. Mi padre me narra todo lo sucedido desde el momento en que planificaron ir a la guarida de los delincuentes que nos persiguen hasta el momento en que hirieron a JB.

Mi corazón brincó literalmente. Cómo que lo hirieron? Cómo está? Dónde está?... por Diosss!!! Esto no puede estar pasando. Mi padre prosigue con el relato y yo estoy pasmada escuchando todo lo que dice.

-De acuerdo a lo narrado por Carlos, uno de los tipos que estaba en la casa arrastró a JB y lo subió a una camioneta. Se fue a toda velocidad por lo que fue imposible alcanzarlo, ya que los chicos habían dejado sus vehículos retirados de la casa donde ellos se encontraban para no alertar a los rufianes, desde esa noche no hemos tenido noticias de Jackson –no aguanto más y un sollozo sale del fondo de mi alma.

-Mi amor, tienes que ser fuerte por mi nieta y por ti –dice mi padre mientras trata de consolarme – No  hemos parado de buscarlo, hemos contratado un ejército. La buena noticia es que no hemos encontrado su cuerpo, eso nos da la esperanza de que siga con vida. No sabemos dónde todavía, pero debe seguir con vida.

-Nooooooo!!! –Estoy llorando desconsoladamente –no puede ser!!!! tiene que estar en algún lugar!!! Carlos dime que lo encontraras –ruego llorando como una niña –tienes que jurarme que lo van a buscar y lo traerás con vida. Es mi amor, mi único amor!!!

No me había dado cuenta que estoy de pie agarrando a Carlos por un brazo. Siento un fuerte dolor en la herida de la cesárea y un mareo hace que casi caiga al suelo, pero Carlos me sostiene y me coloca en la cama. Mi prima está llorando también al verme tan desesperada. Llega el doctor y la enfermera y me colocan una inyección en el suero. Mi llanto continua, no puede ser que ahora que estamos juntos lo pierda de nuevo. La vida no puede ser tan cruel. Paola se acerca y toma mi mano, me dice palabras de consuelo y seca mis lágrimas.

-Lo encontrarán Miranda, el resistirá y volverá a ti. Si vieras como estaba con la pequeña Laura –dice Pao mientras sonríe como recordando ese momento –él volverá a ustedes, las ama demasiado. Tienes que ponerte bien.

Siento como mis ojos se cierran, pero el dolor que tengo en el corazón sigue intacto. No puede ser que mi felicidad duró tan poco tiempo.

 

***

Un mes después…

-Papi estaré en la habitación de Laura, tengo que ordenar su ropa. La señora L te puede preparar algo de cenar si quieres –le digo a mi padre que ahora vive conmigo en el departamento de JB. Porque esta es mi casa. Aquí sigo esperando a mi amor. Porque sé que regresará, siento que está vivo, lo nuestro no puede terminar así.

En cuanto supe que ya no tenía la amenazada de ser secuestrada decidí regresar a mi casa. El plan de JB dio resultado; los mercenarios que habían sido contratados fueron apresados. Cuando interrogaron a los que el equipo de seguridad embosco junto a JB, hablaron hasta por los codos y ahora están todos apresados y esperando por un juicio. Mi padre ha contratado a los mejores abogados para asegurarse de que se imponga la pena máxima a esos desgraciados.

-De acuerdo mi niña, pero sería bueno que tú también comas algo, la señora L ya me dijo que solo comes lo necesario –dice mi padre.

-Papi estoy bien, te prometo que comeré algo más tarde –salgo rumbo a la habitación de mi princesa y luego de arreglar sus cosas y cerciorarme que sigue dormida me fui a mi habitación.

Cada vez que entro a este espacio en donde fui tan feliz con mi amor me invade la nostalgia, tenemos tantos recuerdos en estas cuatro paredes. A veces me quedo mirando y tocando sus cosas. Me siento desecha, tengo que tragar este amargo trago. Tomo su fotografía, la aprieto a mi pecho…lo hecho tanto de menos. Mientras los días pasan me inunda la nostalgia, la soledad. Sin él nada es igual, es como si me faltara el aire para respirar. Las lágrimas se hacen presente como tantas veces y en mi mente ruego que regrese, ya no soporto este destierro, esto ha sido un duro golpe, es como si me quemara a fuego lento. Su ausencia es muy dura. Yo lo necesito y mi hija también. Quiero que crezca con su padre, sé que él nos ama.

Quiero que mi amor regrese…pero no sé si será posible.

 




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