Solaris

Capítulo 11 "Una nueva lucha inicia"

Capítulo 11 "Una nueva lucha inicia"

Luego del sacrificio del gran rey Milo, aunque corrupto en los inicios de su mandato, decidió dar vuelta a su vida, empezar a tener hijos, obedecer a su Dios, poner orden en su reino, que desgraciadamente fue destruido, sufrió aflicciones, engaños, duras pruebas, traiciones y muertes importantes en su vida. Salvando a su gente de que el mundo cayera totalmente en la oscuridad y que fuera destruido por ese malévolo ser que sólo quería ver sangre correr por sus tierras, puso en contra a su gente, aun así buscó los medios para salvar a los suyos, todo esto le bastó para ganarse la confianza de los habitantes de la gran ciudad de Foluke... por causa de esto Lucius fue coronado como el primer rey de Foluke y su hermano Audard fue consagrado como nuevo capitán real, aunque desgraciadamente Hartem se sacrificó para salvar a la gente de Foluke, así como lo hizo su padre.

Lucius se sienta en su trono en la mañana siguiente luego de ser coronado, entran los tres jueces de la orden de la luz, exigiendo que la corte que apoya el rey debería ser regida por ellos. La reina Zaira sólo se mofó de lo dicho y dijo:

– Si en verdad quieren algo de poder en este reino, tendrán que ganarse al pueblo, porque ellos son los que deciden, nosotros sólo dirigimos y cubrimos sus necesidades e implantamos mejorías para un mejor progreso.

Jina molesta, aceptó que el pueblo fuera quien decidiera quien debería ser parte de la suprema corte de Foluke. Talisca y Argelia también accedieron a la propuesta del rey Lucius.

Lucius, estaba preocupado por la petición de los jueces de la orden de la luzde ellos tomar el poder de la suprema corte de Foluke, ya que es una de las más poderosas entre todos los reinos y países. Zaira, abraza a su esposo y le dice con mucho amor:

– Mientras tengamos un cielo que nos cobije, un Dios que nos proteja y un amor que nos exalte, no hay nada que debamos preocuparnos, somos los dirigentes de pueblo, seguro no ganaran, tranquilo mi rey.

Lucius la empezó a besar, cuando de momento Audard entró corriendo al salón real, dando el aviso que se acercaban muchos hombres de la orden de la luz, así que mandó a cerrar las puertas de la gran ciudad. Estableciendo que les armaran un campamento a las afuera del reino y que sólo los jueces tendrían acceso al reino.

La preocupación de los ciudadanos de Foluke crecía porque sabían que querían arrebatarle el poder a su rey, entrando desde la suprema corte y trajeron muchos soldados para algún propósito nada pacífico. Los habitantes de Foluke empezaron a clamar que se solucionara esta situación, ya que habían llegado quejas de comerciantes de ser persuadidos para que apoyaran a la orden de la luz, Lucius dijo:

– Es el momento de reconstruir al reino de Egipto, Audard llévate a cincuenta mujeres jóvenes y cincuenta hombres jóvenes junto con ocho familias para que levantes a Egipto de las ruinas y sea una nueva civilización, por lo tanto conviértete en su rey y que los hijos de tus hijos sean los futuros gobernantes...

Audard no quería salir de Foluke e insistió en no irse, por la simple excusa de no tener esposa, ni mucho menos heredero. Dado esto Zaira le presentó a su más fiel sierva, Jessenia quien desde su nacimiento fue tratada como una hija, nunca puesta a la sombra de nadie, Audard feliz de casarse con una mujer tan hermosa, sus ojos quedaban asombrado con la perfección física de esta niña de tan sólo catorce años, el capitán real sonreía cada vez que ella lo miraba y movía su cabello rizado... Jessenia responde a la petición de la siguiente manera:

– Gran capitán Audard, descendiente del rey Ramadán y Milo, que son un orgullo entre los reyes por seguir a nuestro Dios, te antemano te aviso gran hombre, no soy una mujer común, soy una gran guerrera entrenada por mi abuelo de crianza el comandante Boe, dado esto me caso contigo con la condición de no ser una mujer que esté encerrada en el palacio las veinticuatro horas al día, quiero ir a la batallas contigo, quiero conocer el mundo a tu lado, sólo si tu accedes a éstas peticiones, nos casamos hoy mismo.

Para Audar era difícil comprender que su esposa quería hacer cosas que por lo regular los hombres hacen, pero dejó a un lado su ego y aceptó las condiciones, porque sabía que si tenía a su mujer a su lado, sin importar a donde fuera, las fuerzas nunca le faltarían. Lucius y Zaira empezaron los preparativos para que la ceremonia empezara al caer el sol.

Al terminar los preparativos, Audard vestido de collares de oro, con una corona hecha con oro con un decorado de corales rojos y una manta blanca que lo cubría desde el cuello hasta los tobillos, esperaba a su amada en lo alto de uno de los riscos de la gran ciudad, empezó a notar que una persona salía del sol, volando sobre el mar acercándose a donde ellos se encontraban, no podían identificar a este personaje porque tenía una máscara negra.



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En el texto hay: demonios y angeles, reyes, guerras

Editado: 18.08.2018

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