Tarde, hermosa tarde.
De esas en las que te sientas afuera con un buen libro, o simplemente te dejas llevar, por esa brisa refrescante.
Pero también corres el riesgo de pensar demasiado en todo, en cada cosa.
En ese pasado que no puedes cambiar, pero que te agobia en momentos como este.
Es en ese momento en que recuerdo mi humanidad y lo sola que me siento.
Pero recuerdo lo afortunada que soy al estar aquí, de pie, tal vez rota, tal vez vacía. Pero sigo aquí.
Y hoy me tocó disfrutar ese momento en mi vida.