La cabaña estaba sumida en un silencio tenso mientras evaluábamos la información que habíamos obtenido de los prisioneros. Mark y yo intercambiábamos miradas de preocupación y determinación, conscientes de que nuestra próxima jugada debía ser calculada y efectiva. Sabíamos que la confrontación con Marcus Blackwood y su grupo era inminente, y necesitábamos aprovechar cada ventaja que pudiéramos obtener.
—Tenemos que mantenernos un paso adelante de ellos. Si sabemos que están buscando algo valioso en estos túneles, podríamos utilizar eso en nuestra contra —propuso Mark, su voz calmada pero firme.
Asentí, pensando en las posibilidades. Si podíamos manipular la información o crear distracciones efectivas, podríamos desviar su atención o incluso enfrentarlos en términos más favorables para nosotros.
—¿Qué tal si hacemos parecer que encontramos lo que están buscando? Podríamos usar eso como cebo y tenderles una trampa —sugerí, mi mente trabajando rápidamente en los detalles.
Mark reflexionó por un momento antes de asentir.
—Podría funcionar. Necesitaríamos preparar algo convincente y asegurarnos de que estén lo suficientemente cerca como para atraparlos —respondió, comenzando a trazar el esquema en su mente.
Decidimos actuar rápido. Utilizando los conocimientos de Rick y la información que habíamos recopilado, preparamos un montaje cuidadoso en una parte del túnel que sabíamos que Blackwood y sus hombres explorarían. Colocamos objetos estratégicamente para que parecieran ser lo que estaban buscando, cuidando cada detalle para que pareciera auténtico.
Mientras tanto, continuamos fortificando nuestras defensas y mejorando las trampas alrededor de la cabaña y el túnel. Cada movimiento estaba calculado para maximizar nuestras posibilidades de éxito y minimizar el riesgo para nosotros mismos.
La noche antes de ejecutar nuestro plan, la tensión en la cabaña era palpable. Rick había estado cooperando, proporcionando detalles adicionales sobre las habilidades y debilidades de cada miembro del grupo de Blackwood. Mark y yo revisábamos nuestros equipos y armamento, asegurándonos de que todo estuviera listo para el enfrentamiento que se avecinaba.
—Esto no será fácil, pero debemos hacerlo. Mantén la calma y sigue el plan. Nosotros podemos hacerlo —dije, mirando a Mark con determinación.
Él asintió, su expresión reflejando la misma resolución.
—Estamos en esto juntos. Vamos a mostrarles que no pueden jugar con nosotros —respondió, su voz firme y decidida.
Esa noche, mientras la nieve caía suavemente fuera de la cabaña, nos preparamos para el enfrentamiento final con Marcus Blackwood y su equipo. Sabíamos que este sería un punto de inflexión, un momento en el que todo lo que habíamos planeado y preparado se pondría a prueba.
Al amanecer, nos movimos con cautela hacia la ubicación donde habíamos preparado nuestro montaje. La luz del sol apenas comenzaba a filtrarse a través de los árboles cuando vimos movimientos en la distancia. Marcus Blackwood y sus hombres estaban avanzando hacia el lugar que habíamos señalado como el descubrimiento.
—Es ahora o nunca. Mantén la posición y espera mi señal —dijo Mark en voz baja, su mano descansando sobre su rifle.
Asentí y me posicioné, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Observamos en silencio mientras los hombres de Blackwood se acercaban al montaje. Estaban alertas pero parecían convencidos de que habían encontrado lo que buscaban.
Marcus Blackwood se detuvo frente al montaje, examinando los objetos con atención. Podíamos ver la emoción y la anticipación en su rostro mientras sus hombres lo rodeaban, vigilando el perímetro con precaución.
Entonces, sin previo aviso, Mark levantó su mano y dio la señal convenida. Desde nuestra posición oculta, activamos las trampas preparadas estratégicamente alrededor de ellos. El sonido de explosiones y el caos se desató mientras los hombres de Blackwood caían en nuestras trampas.
El plan funcionaba. Aprovechamos el caos y la confusión para desarmar a los hombres de Blackwood y reducir su número. Mark y yo nos movimos rápidamente, neutralizando a los que quedaban con precisión y eficacia.
Marcus Blackwood, atrapado en la trampa, miraba furioso a su alrededor mientras intentaba recuperar el control de la situación. Pero ya era demasiado tarde. Habíamos dado un golpe contundente y estábamos en posición de ventaja.
—¡Ríndete, Blackwood! No tienes escapatoria —grité, manteniendo mi arma apuntada hacia él.
Marcus Blackwood apretó los dientes, su mirada llena de rabia y frustración.
—Esto no ha terminado. Aún me las arreglaré para encontrar lo que busco —dijo con voz ronca.
Mark y yo nos miramos, sabiendo que esto era solo el principio de nuestra lucha contra Marcus Blackwood y sus ambiciones oscuras. Mientras lo asegurábamos junto con sus hombres capturados, nos dimos cuenta de que habíamos ganado esta batalla, pero la guerra estaba lejos de terminar.
La sombra en la nieve se disipaba lentamente mientras la luz del sol brillaba sobre las montañas. Estábamos cansados pero satisfechos, sabiendo que habíamos protegido nuestro refugio y detenido a Blackwood, al menos por ahora.
Esa noche, mientras celebrábamos nuestra victoria con cautela, sabíamos que nuevas amenazas podrían surgir en el horizonte. Pero estábamos listos, unidos en nuestra determinación de enfrentar lo que sea que el futuro nos deparara.