Solo basto una mordida

Capítulo 3

ETHAN

Mire a mi alrededor y no podía ver nada más que árboles y los rayos del sol que se colaban por estos. La cabeza me explotaba, como si me hubiera dado la borrachera del siglo, haciendo que mi mente estuviera algo borrosa, por lo que no podía recordar claramente lo que había pasado la noche anterior.

Pero poco a poco las imágenes comenzaban a aclararse y comenzaba a recordar de a poco, todo lo que había pasado. 

Desde la muerte de Henry, hasta Marcelo y yo corriendo por el bosque, tratando de salvar nuestras vidas. 

En ese momento recordé todo en un 100%, y los dolores en mi cuerpo comenzaron a aparecer, me mire el el costado donde me había lastimado primero y mi herida continuaba ahí sangrando un poco, luego mire mi brazo donde aquel animal me había mordido, el cual aun me dolía, pero no había nada, no tenía absolutamente nada más que el dolor. Me mire el brazo más detenidamente por ambos lados pero solo tenía la sangre que estaba pegada, me comencé a desesperar y me comencé a mirar el brazo como buscando una explicación, pero continuaba igual. Sin ninguna herida, sin ninguna mordida, solo había dolor y sangre, que ya estaba seca.

Tal vez si no hubiera sido por la sangre que había en este y el dolor que sentía, habría jurado que esto solo habría sido una pesadilla. 

Me puse de pie con gran dificultad, por el dolor de cabeza que sentía, que de seguro era por el golpe que había hecho que quedara inconsciente, y comencé a buscar alguna salida a mi alrededor.

Note que esa noche no había caído por un precipicio, sino que era una pendiente, la cual comencé a subir sin dudarlo.

El día era claro y me permitía ver con más claridad, por donde ir, pero no sabía exactamente donde estaba, así que comencé a caminar sin rumbo, esperando dar con la cabaña en donde habíamos hecho la fiesta o con la carretera.

El día estaba algo fresco, lo que hizo que comenzara a sentir frío, por lo que decía abrochar mi poleron.

Caminaba con gran dificultad debido a que el costado aún me dolía y sangraba un poco, lo que hacía que me confundiera aún más haciendo que infinidades de preguntas aparecieran.

¿Por qué no sano esta herida también?¿Por que solo la mordida sano?¿Por que todas las heridas que me hice al caer siguen igual?¿Como es posible que solo una herida haya sanado?¿No debería también sanar las otras igual? ¿No debería ahora estar débil o delirando con fiebre, por la pérdida de sangre?¿No debería estar muerto tal vez? Realmente tenía un lío en mi cabeza.

No di en ningún momento con la cabaña, pero si di con la carretera, corrí como un loco, cuando comencé a oír el sonido de los motores de los autos cuando pasaban y algunas bocinas.

Iba corriendo tan fuerte, que salí como una bala del bosque, un auto casi me atropella, pero sus reflejos no le fallaron y freno a tiempo.

—¿Que te pasa imbécil?— me grito, no podía hablar así que solo le hice una señal de disculpas con las manos.

El hombre negó con la cabeza, estabilizó su vehículo y siguió su camino, sin siquiera prestarme ayuda.

Comencé a caminar por la orilla de la carretera, tratando de de tener algún vehículo, que iba con dirección a la ciudad, para que me llevará, pero ninguno se detuvo, todos pasaban como si nada, así que me di por vencido y preferí seguir caminando, hasta llegar a mi casa.

 

*****

Al llegar a mi casa sentía que mi cuerpo ya no daba más, estaba fatigado y mi herida no dejaba de sangrar por nada, traía toda la ropa sucia, rota y manchada con sangre, no me había fijado en aquellos detalles hasta ahora.

Llamé a la puerta y mi madre no tardó en abrir.

—Perdi las llaves— le dije con una débil sonrisa.

—Oh, por Dios— fue todo lo que dijo y me abrazo, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

—Mamá estoy todo molido— dije en un gruñido, ella se apartó.

Comenzó a acariciar mi rostro y a besarme en la cara, la mire a los ojos y pude notar que estaban rojos e hinchados, de seguro había estado llorando, al igual como lo estaba haciendo ahora.

—No sabes lo feliz que estoy de que estés con vida— lloró— tenía miedo de perderte para siempre.

—Y yo de no volver a casa una vez más, para estar contigo— la abrace.

—Hay que avisar a la policía que regresaste— se apartó de mi.

—No sabes el gusto que me da el volverte a ver—lloro mi padre, que estaba detrás de mi madre, paso por el lado de ella y me abrazo también.

Mi mamá se hizo a un lado y se dirigió hacia la cocina para llamar.

—Papá Henry esta muerto— le confesé al llorar— él está muerto y tengo miedo de que Marcelo también lo este.

—Tranquilo, Marcelo está bien— me calmo— y creeme estamos informados de lo que sucedió.

—¿Como?—quise saber, él me hizo entrar, ya que aún estaba de pie en la entrada.

—Un grupo de chicos que estaba en la fiesta lo encontró y llamaron a la policía para reportar todo— me comenzó a contar— ellos encontraron el cuerpo de Henry y te reportaron a Marcelo y a ti como persona desaparecidas, pero a Marcelo lo encontraron con vida está mañana y lo llevaron al hospital, por lo que solo tú continuaba desaparecido, hasta ahora que llegaste a casa.




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