Capítulo 12. ¿Y el beso?
Me pongo un poco de rubor en las mejillas para quitarme esta palidez, en Boston no ha salido el sol y estoy más pálida que un muerto. El timbre de mi apartamento suena en mi oído. Debe ser Sophia, ya quiero contarle lo que paso con Josh.
Bajo las escaleras dando zancadas hasta la puerta y abro de un tiro. Pero no es Sophia quien está tras mi puerta sino... ─ ¿Ashley? ─ ¿Qué hace ella aquí?
— ¿Así recibes a una amiga? —dice. Su voz está en tono extraño.
— ¿Dónde está Josh? —pregunto mirando a través de su hombro.
— ¿Qué? No me digas que quieres volver a besarlo —Hace hincapié en la última palabra y me ve con furia.
¡¿Qué?! La veo boquiabierta y me extraño por lo que acaba de decir.
—Sabes las amigas no se roban a los novios —dice la rubia, recogiendo su cabello de sus hombros.
Mis ojos empiezan a cristalizarse pues no entiendo cómo es qué ella sabe.
—No sé de qué hablas ─bufe.
Ella sonrío y se incorporó tensando su cuerpo, —Pues Josh se sintió tan mal de haberte besado que decidió confesármelo —sopla su cara con un ventilador de mano —Lia, te contaré la historia —añade aún tensa —Te embarazaste de algún imbécil, luego no supiste que hacer y quisiste conquistar a Josh para que se enamorara de ti y luego que mantuviera a esa cosa que está en tu vientre —aprieta los labios.
Mis puños están por explotar en su cara, es una estúpida. No sabe absolutamente nada y yo también lo soy por haber besado a Josh. Empuño la mano tanto que siento lastimar mi palma con mis uñas.
—No sabes de qué hablas —debato.
—Oh, claro que lo sé. Pero para que veas que no me interesa te invité a mi boda —me da un tipo de carta —Josh y yo nos casaremos y un estúpido beso tuyo no podrá hacer nada —Sale de mi apartamento y entrecierra la puerta —Consíguete otro millonario, Josh ya es mío —termina azotándola en la pared. Acción que me hace entumirme ¿Por qué no la golpeé?
Me deslice apoyada en la puerta hasta llegar al suelo y hacerme una bolita. Qué estúpida soy. Pensé que él había sentido algo pero en realidad no le interesó lo que yo sentí en ese instante. Al ver la maldita invitación me estallo en lágrimas. Creo que tenía razón, ya es demasiado tarde no podré decirle a Josh que este bebé es de él. Lo odio y si no fuera el maldito que me dejo embarazada ya no le hablará.
(...)
—Yo diría que es mujer —dice el doctor, Aarón, quien está moviendo el monitor del ultrasonido en mi vientre.
— ¿Por qué lo cree? —pregunto.
—Sólo pienso... la mayoría de bebes en Boston son niñas.
Me carcajeo al escuchar lo que dijo.
— ¿Y el padre? —Pregunta aún concentrado en la pantalla.
—No... Bueno aún no sabe que este bebé es de su propiedad —digo apenada.
Dirige sus ojos azules a mí, — ¿Y porque no se lo dices?
—Es mi mejor amigo... o lo era, no lo sé en realidad —él cambia su rostro relajado por ojos de asombro.
— ¿Su mejor amigo? Se supone que tienen más confianza ¿No? Deberías de decirle antes que sea tarde. No me digas que es el tipo que estaba contigo la última vez.
—Ese mismo —dije poniendo los ojos en blanco.
—Yo le rompería la nariz si no se atreviera a aceptarlo. Además le pondría una demanda.
—No —río —No es porque lo vaya a rechazar.
— ¿Y cuál es el problema?
—Tengo miedo...
—Escucha eso... ¡Son los latido de tu bebé! —exclama entusiasmado.
— ¿En serio? —digo levantándome de la camilla con ayuda de mis codos.
Él asiente con la cabeza y yo logro escuchar las melodías de un ser viviente dentro mío. Es... ¡Tan genial!
No contengo las lágrimas de la emoción y logro imaginarme cómo será mi vida con este pequeño regalito. Imaginarme yendo a la escuela primaria con mi hijo o hija. Hablarle de los problemas de la vida. Haciendo una vida con mi pequeño o pequeña.
—Vamos a ser un gran dúo —susurro en mi vientre.
El doctor me ve con una sonrisa y al darse cuenta que lo estoy mirando devuelve sus ojos al monitor.
—Si su amigo no se pasa la vida con su bebé desperdiciará una de las etapas más bellas del mundo. Tener un bebé —dijo él.
—Gracias doctor...
—Es mi trabajo Lia, hacer sentir mejor a mis pacientes ¿No?
Sin Josh o con Josh, no me interesa viviré y criaré a este hermosa criaturita como sea. No necesito de un estúpido que corre a su novia para ponerle quejas de un beso. Un estúpido en el que confíe la mayor parte de mi vida...