Capítulo 14. Para siempre te amaría.
Sólo Dame Nueve Meses – Capítulo Especial
Habría tomado algunos redbull pero mi madre dijo que eran malos para el bebé. Así que aquí voy en el auto de Sophia, conduciendo a la velocidad máxima, ok exagero.
Me dirijo a la despedida de soltera de Ashley, la rabia que llevo es impresionante, la adrenalina sube hasta mi pecho.
Pienso en llegar darle una cachetada a Josh y decirle lo irresponsable que es y lo mucho que he sufrido estos últimos días.
Estoy frente al lugar donde se supone que están celebrando la despedida de soltera de Ashley. Es algo así como una granja fina propiedad de los Bianchis.
Tomo una botella y le doy un largo sorbo de agua, inhalo y exhalo, las manos me sudan del nervio y la ansiedad que tengo por decirle todo lo que me he estado guardando.
Arreglo mi cabello y me colocó unos lentes oscuros. Salgo del auto llamando la atención de algunas personas que estaban afuera.
—Permiso —arrastro las palabras ante las "finas personas" que están alrededor.
Hay demasiadas personas y me siento mareada, creo que no debería darle estas emociones a mi bebé, pero no me queda de otra.
Y ahí estaba Josh, el padre de mi hijo riendo a carcajadas con otro hombre. Mientras me aproximo a él pienso en como actuaré ¡Quiero golpearlo! Necesito tomarlo del cuello y mandarlo al carajo, necesito un sartén, darle en las pelotas. Lo odio, te odio Josh, te odio, oh Josh cuánto te odi...
— ¿Lia? —sus ojos caen en mí y se quedan fijos. Quedó tullida frente a él, mi boca queda abierta. Me retracto de lo que estaba a punto de decir es que... Carajo, no puedo contra esos fulminantes ojos. Pero aun así lo odio.
Relamí mis labios al ver su camisa que enmarcaba sus muy trabajados brazos, sus dos botones estaban desabrochados por lo que me hacía pensar millones de cosas.
—Josh —resople al fin.
—Pensé que no vendrías—dice tomando una cerveza, sin quitar sus ojos de mí me ve de pies a cabeza.
Tragó saliva y quito mi mirada de sus ojos para poder concentrarme ¡Joder!
—Si... —afiné mi voz —en realidad no estoy aquí para celebrar. Hay algo que debo decirte —terminé con voz baja.
Él me sigue viendo fijamente, en serio no puedo conseguir enfadarme con esos ojos de cachorro moribundo.
—Dime... Pero ¿No quieres una bebida o algo? —añade sin despegar esos malditos ojos.
¡Oh dioses de todos los ojos bonitos! Manden un rayo para este hombre.
—No yo... —lo pienso un momento —Esto es muy importante.
Asiente y me ve alzando las cejas. Debe estar nervioso, sé muy bien cuando lo está.
Trago saliva...
— ¿Lia? —La chillona voz de Ashley hace presencia. Yo me echó hacia atrás insatisfecha.
Volteo y la fulmino.
—Ash...
—Me alegra que hayas venido —dice con una sonrisa de mejilla a mejilla.
Le devuelvo la falsa sonrisa.
—Me alegra tu compromiso—añado.
Ella frunce la nariz y ladea la cabeza. Sé que está siendo hipócrita y ella sabe que yo también lo estoy siendo.
—Ya sabes... Dos personas enamoradas deben unirse para toda la vida.
Volteo y miro a Josh, quien aún sigue con sus ojos de perrito, está viéndonos confundido.
—Hay algo que debía decirle a Josh... —mojo mis labios y me retracto— es decir... Quiero darte algunos datos que quizás no sabías de él. Es mi regalo.
—Está bien —La rubia encoge los hombros —Escucho.
El hombre que charlaba con Josh se retira dejándonos a los tres solos.
Suspiro y escupo lo que debo decir:
—Bien. Espero que la pases de maravilla con él. Apuesto a que ya te acostúmbrate a todos sus malos hábitos —río un poco — y claro a sus buenos, que de hecho son muchos. He aquí algunos datos de Josh. Es lindo saber que... Odia la fresa, pero ama el helado de fresa. Ama la música country, pero nunca se lo dice a nadie porque cree que lo juzgarán, cosa que odiaras de él. Tendrás que acostumbrarte a verlo bailar como un chango, pero nunca te avergonzará porque amas verlo ser él mismo, ya que a veces no lo es. Que sus chistes son tontos, pero te ríes porque es amas verlo sonreír, esa sonrisa que podría matar a alguien a cincuenta kilómetros —. Trago ese nudo que llevo en la garganta, trato de no llorar pero me es imposible, las lágrimas ya están cayendo por mis mejillas — Espero que lo soportes cuando se tire un pedo y dirá que eres tú —él se carcajea con los ojos vidriosos —Pero —veo fijamente a Josh —Hay algo en él que nadie más tiene, siempre hará todo lo posible para que te sientas mejor, absolutamente todo, eso será siempre. Amaras verlo llorar, esas lágrimas que parecen ser cristales. Que es muy cursi, llora demasiado, pero nunca aceptará que lo hace. Es un caballero, y sobretodo es un gran amigo —suelto las últimas lágrimas.
Dicho esto veo a Ashley, quien está viéndome con desprecio.