Capítulo 17. Amor y Odio.
Sólo Dame Nueve Meses – Capítulo Especial.
Llego a mi casa y azoté la puerta, no me interesa si Ashley se asusta, estoy enfadado con Lia ¿Qué se cree? No puede besarme y al siguiente día tratarme como amigo, luego pegarme y besarme ¿¡Qué le pasa!?
— ¿Estás bien? —Ashley se asoma por la puerta de nuestro cuarto.
Restriego mi rostro —Si lo estoy —resopló.
—No. No lo estas Josh —se acerca y se sienta al lado mío en el sillón — ¿Es Lia?
La veo fijamente y respondo con tranquilidad, — No, no es Lia.
—Claro que lo es, siempre que discutes con ella te quitas esa ridícula pulsera negra —señala la tonta pulsera de plástico que me regaló Lia.
—No. Bueno... sí, un poco es por ella —pongo mi mano en sus delicadas y perfectas piernas —No tienes por qué preocuparte. Tienes que descansar, la boda será en unas semanas.
— ¿Sabes el porqué de mi preocupación? —añade con rechazo.
La veo y niego con la cabeza.
—Porque sé que ella intenta separarnos. Sé que ella intenta echar todo esto por la borda.
—Ella no haría eso —debato tensando la mandíbula. No quiero discutir con Ashely, suficiente con los gritos de Lia.
—Oh, sí que lo haría. Sólo quiere buscar a alguien que mantenga a su criatura.
—Tal vez —fijo mi vista en el televisor para no ponerle tanta atención.
—Josh —jala mi camiseta y coloca un beso en mis labios — ¿La besaste?
—Ashley —la fulminó —sabes que eres la única que amo y a la única que besaría.
Pues no miento, Lia fue la que me besó, luego yo y después ella... Pero no es el punto porque a la que amo es a Ashley. Es que la tentación es muy apetitosa, esos labios rosados frente a mí me hacen querer comerlos.
—Bien, ven a la cama cuando quieras —añadió seria.
Desearía que Lia supiera cuanto la amé y ella nunca se fijó en ello, desearía que supiera que sólo quiero verla feliz, siempre la he querido ver feliz.
(...)
Cinco de la mañana y el maldito despertador suena como lora en mi tímpano. Le doy dos golpes al aparato para que se calle, pero nada — ¡Mierda! ¡Cállate! —exclamé en la cama. Ashley pega un chillido y cae al suelo. Volteo rápidamente y la veo perplejo, buscando señales de vida.
— ¿Qué demonios te sucede? —Sus ojos azules y fulminantes son tan peligrosos.
—Lo siento estoy estresado —Froto mis ojos con mis dedos.
—Pues quita ese estrés, hoy iremos de compras.
¿Compras? ¿En serio? Es lo que menos quiero ahora. Con Lia es más divertido pues ella es algo indecisa y torpe eligiendo ropa, al final término eligiéndosela yo ¡No! No hablaré de Lia, no quiero estresarme más.
Me adentro en la fría ducha y por alguna razón el nombre de Lia resuena en mi cabeza. En estos momentos era cuando ella venía a mi casa y traía una pizza para ver una película en netflix. Tiempos aquellos cuándo no tenía novia. Pero como dice mamá, debo empezar una vida y dejarme de rabietas inmaduras.
Bajo de mi cuarto con una toalla en mi cintura y pongo un poco de música country para relajar este puto estrés, todo es culpa de Lia, o sólo es culpa mía por querer desaparecer las malditas sensaciones que sentí por ella.
No sé si realmente sigo sintiendo algo, pero el día que la mire hablar con Zack recordé al estúpido adolescente de quince años que intentó conquistar a su supuesta mejor amiga en vano, la niña de catorce años vivía en otro mundo, un mundo donde no había lugar para un corazón enamorado. Tal vez nunca notó cuanto intenté hacer que su corazón latiera diferente, fui demasiado cobarde y esto me llevo a lo que soy ahora, creo que el peor error que puedes hacer es intentar borrar el sentimiento hacia una persona pues muy pronto llegará a aparecer de nuevo.
Entonces la canción Couting Stars desaparece, busco a mí alrededor para ver qué demonios pasó.
—Lo siento Josh, esa canción me aturde y no estoy para estresarme el día de hoy —Era Ashley quien había apagado mi reproductor.
La veo, la veo y trato de no estallar pues le había dicho que yo estaba estresado, supongo que no a todos nos gusta el country.
Pero no hay nada que pueda hacer ahora, estoy a punto de casarme con una mujer hermosa pero arrogante, Ashley Button, una australiana que aspira a ser modelo profesional ¿Qué más quiero? —"Amor, tal vez quieres amor de verdad" —Frunzo el ceño al escuchar la voz de Lia, diciéndome lo que necesito. En realidad ella me ayuda mucho en mis momentos de crisis existenciales.
Ashley ya no estaba en casa, tal vez salió con su amiga que será su dama de honor, me hubiera gustado que Lia fuer... ¡Basta! No hables de Lia o te partirás el alma.