Sólo Déjame Amarte

Capítulo 19. Mostrándote como soy

Nessie

Estoy acostada. Es viernes así que solo tenemos que entrenar y hacer los estudios. Mi estado de ánimo es excelente ya que han sido buenos días con Sergey, hemos estado cada vez más cercanos y eso me alegra, Mel está cada vez más cansada, está entrenando más de lo normal porque las misiones que tiene que llevar a cabo con Theo lesionado están cada vez más complicadas, tiene que salir mucho a campo últimamente.

Le pongo al oído una canción de la vaca Lola (canción infantil para niños, de Colombia, creo)

— La Vaca Lola, La Vaca Lola — canto junto al sonido de la canción

— ¡Puta vida, Venecia! ¡Déjame dormir, carajo! — grita enojada, yo solo me río

— Me voy a bañar, teñida, levántate de una vez por todas y estira ese kilómetro de patas que tenés — sonrío con emoción, la verdad que desde que hablamos con Sergey, me quité un gran peso de encima

— Che, vos estas más feliz de lo normal, la droga es Sergey al parecer, dame un poco, necesito animo en mi vida — pide mientras se arrastra de la cama hacia el piso, me meto a la ducha y canto inclusive, estoy feliz.

Estoy ya desayunando, en un momento siento un beso en mi mejilla

— Buenos días, pequeña — saluda Sergey con un bostezo y luego me sonríe

— ¿Cómo amaneces? — pregunto mientras le sonrió

— Jmmm no dormí mucho realmente, hay cosas que no me dejan hacerlo — responde y le da un mordisco a mi manzana, ¿qué tienen estos chicos con mis manzanas?

— ¿Y eso? ¿Tan alegre te dejé al perdonarte? — mi pregunta sale con burla y sigue sonriendo

— Y creo que al yo pedirte perdón, te he subido el ego — deja de sonreír, para ponerse algo sombrío

— Hey, ¿estás bien? — pregunto y le agarro la mano, al tocarla, sentí la descarga eléctrica de la que tanto hablan los libros y las novelas, al parecer él también la sintió, iba a retirar mi mano pero no dejó y atrapó la mía con la otra

— No te preocupes, Nessie, no pasará lo mismo que pasó aquel día en el hotel, en ese momento yo era diferente, no te conocía, ahora que lo hago, bueno pues no me incomoda — traza círculos en mi mano — ¿quieres saber que me pasa? ¿Realmente quieres saberlo? — pregunta mirándome fijamente

— Claro que quiero saberlo, me interesa saber qué te pasa, aunque no lo creas — sale de mi toda la honestidad posible, realmente me interesa saberlo

— Bueno pues te contaré mi historia, lo haremos después de estudiar los archivos que conseguiste de los rusos, ¿te parece? — responde y luego me pregunta, le asiento con la cabeza y le sonrió

— Síp, no hay problema, más bien vamos y entrenemos un rato, aunque por favor ya que no me odias, ¡Ten piedad por esta alma caritativa y no descargues tu ira contra mí! — pido mientras nos levantamos

— Primero, nunca te odié, Nessie, si te soy sincero, cuando pasó lo de Natasha, siempre buscaba algo para justificarte — admitió encogiéndose de hombros

— Lo sé, escuché alguna vez una conversación entre tú y ella, en cierto modo me defendiste, no entendí por qué — miré hacia abajo mientras caminábamos — en serio eras frustrante — admití negando la cabeza, haciéndome la indignada

— Quería creer que todo lo que habíamos hablado y lo que me habías mostrado era verdad, aunque también me lo quería negar, Nessie en serio he tenido una vida de mierda, donde todo es solo mierda, he sufrido demasiado por gente que se mostraba de una forma y terminaba siendo de otra forma, solo quería asegurarme que no eras así, pero terminé fallando y te decepcionaste de mí — su tono era nostálgico, quería abrazarlo, pero solo le agarré el hombro haciendo que me mirara

— Está bien, en serio está todo bien y no me decepcioné, no te digo que te entiendo porque no vivo o he vivido eso, pero hago el intento y por eso fui capaz de perdonarte sin rencores, no puedo ser tan egoísta y pensar solo el mí, así que dejá de tener esa cara de perrito mojado y vamos a entrenar — lo agarré del cuello y salí corriendo, hasta que nos caímos, él cayendo encima mío

— Nessie, si querías estar en esa posición conmigo, solo tenías que pedirlo — susurró, haciendo de su voz algo sexy. Después de unos segundos en esa posición, guiñó el ojo pícaramente y yo solté una carcajada que me salió del alma

— Vasiliev, ya quisieras vos que pasara eso — lo empujé hacia mi lado

— Caerás, Venecia, caerás — se levanta y me ayuda a levantarme a mí.

Estamos los dos entrenando, él me está enseñando técnicas de defensa personal, la verdad que cambiamos un poco el entrenamiento ya que Sergey prefería que me enfocará más a defenderme en vez de atacar, ya que al fin entendió que no me gusta agredir a alguien más. Nos paramos a hidratarnos y le hice una pregunta que me rondaba en la cabeza




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