Uno tras otro llegan a la mente de Douglas los recuerdos, buscando la manera de no sentirse culpable e intentando desafiar al destino incierto de aquella incomoda situación; de pronto llega la pregunta poco esperada.
- ¿Y tú de dónde eres?- Douglas traga saliva y trata de encontrar la manera para no hacer notar su acento obviamente ruso-.
- So... so... soy de Michigan- tartamudea Douglas.
- le parecerá extraño que siendo de Nueva York le hable en español, es que mi esposa era Latina y pues me acostumbré a hablar en ese idioma- dice Richard.
Esa fue la oportunidad perfecta de Douglas para camuflar su acento respondiendo en inglés: - I'm sorry Mr. My spanish isn't so good, but I can be better if you help me - (Lo siento señor, mi español no están bueno, pero puedo mejorar si usted me ayuda)
Richard, algo sorprendido accede, - antes que todo ¿Cómo es que entiende y conoce algo del idioma?-
Douglas piensa en como responder a eso sin que aquel personaje note que realmente lo domina mejor de lo que cree, al fin encuentra la excusa necesaria; - en el ejército tuve que aprender algo de ese idioma para una misión de Intelligence (inteligencia)-.
Todo esto con el fin de que ni una sola palabra distinta con referencia a el pasado de Douglas lograse interponerse a la conversación ya antes entablada, - Sobre la mesa le he dejado algo de ropa limpia y un calzado nuevo - dice Richard, - thank you- responde Douglas.
Ese día en la noche una de esas no esperadas ni deseadas lagunas mentales comenzaba a presentarse y rondar la cabeza de Douglas, él sólo oraba porque al día siguiente lograra recordar lo que le había dicho al señor Richard; una vez más los turbios, tristes y oscuros recuerdos pasaban por su cabeza, él, en su vago intento trataba de recordar algo que le pudiera ayudar y descubrir porqué tenía ese sentimiento de culpa y desolación, frustrantemente no logró encontrar nada que lo ayudase, golpea la pared con tanta rabia y dolor al mismo tiempo, que no alcanza a sentir siquiera la magnitud del puño infligido a aquella fea y desgastada pared.
Richard, desde la habitación contigua logra escuchar aquel dolorido soyoso de su invitado, en el transcurso de la noche sólo se escucha lamentos y algunos gritos de las pesadillas de Douglas, Richard algo preocupado sólo le restaba desde su cama escuchar lo que pasaba en el aposento aledaño.
Las horas transcurrían unas tras otras, la noche se hacía más larga de lo habitual, el sonar del agua cuando golpeaba las piedras de aquel gran lago hablando de los recuerdos que nunca nadie quiso escuchar, de las historias que el viento solía llevar de un lado a otro y que sólo aquellos oídos sensibles lograban entender. Eran tan cortos los minutos, pero tan largas las horas de Richard, escuchando y pensando lo que podría pasarle a aquella persona que lo acompañaba en esa pequeña y tranquila casita.
Casi llegando el alba Richard, logra conciliar algo sueño, era ya más o menos mediodía cuando escucha a lo lejos un golpeteo entre los árboles, - ¿Qué será?-, se levanta con gran premura preocupado de que fuese Douglas, su invitado y que estuviese haciendo algo estúpido que le causara daño alguno. Se asoma a la habitación de él, no lo ve, rápidamente sale en busca de Douglas, emprendió hacia el bosque; cada vez los golpes se escuchaban más cerca, al fin llega y ve que su visitante estaba cortando algo de leña.
- ¿Qué haces? - pregunta Richard, -aún estás débil y tus fuerzas no están totalmente restauradas-.
- Don't worry, I'm fine- Dice Douglas.
- ¿Cómo dices que no me preocupe y que estás bien, si anoche logré escuchar lo que hacias?-
Al oír eso se detiene, mira a Richard y con voz tranquila y segura dice: -¿Eso?, tranquilo no fue nada, únicamente vagos recuerdos que me persiguen-.