▲ capitulo 31 ▲

♡ TIZIO ♡

tres malditos días, tuvimos que esperar tres malditos días desde que el imbécil de Cannizzaro fue a decirnos sobre alcina, solamente hemos esperado alguna noticia de ella. tanto Luigi como yo nos hemos negado a asistir a las carreras sin antes saber que alcina esta fuera de peligro. esta fuera del alcance del maldito de Cannizzaro.

esa noche estaba esperando a que llegase mi hermana con alguno de los hombres de Cannizzaro o el mismo, al ver a un auto estacionarse frente al hotel solamente esperaba verla. que sentí un alivio al verla bajar de aquel auto. tenía otra ropa más cara, pero solamente pude verla correr a mi como yo corría hacia ella hasta poder rodearla con mis brazos con fuerza, podía sentir sus lágrimas mojar mi camiseta, su respiración agitada y sus manos apretar mi camiseta. solamente podía apretarla en pensar dos cosas; que finalmente mi hermanita está con nosotros y.… si ese infeliz de Cannizzaro se atrevió en hacerle algo... juro que lo mato

-alcina_ le hable_ alcina, hermanita ¿estas bien? _la separe haciéndola verme_ ¿te hizo algo? dímelo alcina y te juro que lo mato si te toco_ solamente me miraba llorando, no parecía poder decirme una sola palabra.

-tizio... quiero ir a ducharme... por favor

-de acuerdo, te llevare_ la tome entre mis brazos para poder ir a la habitación que comparte con Rebecca. en el elevador solamente se refugiaba en mi pecho ocultando su rostro.

su rostro no parecía tener alguna señal de maltrato o algo por el estilo, solamente parecía estar débil. al subir a nuestro piso camine a la habitación viendo a mis padres, Rebecca y Luigi esperándonos.

-alcina_ la baje quien se recargo en mi

-hija_ se acercó abrazándola_ hija de mi vida, estábamos demasiado preocupados por ti

-mamá. quiero... quiero ducharme

-claro hija

-déjame ayudarte alcina_ asintió para entrar con ella, pero me miro asintiendo a lo que asentí por si veía alguna marca de daño en su cuerpo, nos sentamos en la cama para esperar a que alcina regresara con Rebecca

-pobre de mi niña. esta aterrada

-no creo que sea conveniente que duerma sola_ negué

-Rebecca puede dormir en la habitación tizio_ mire a Luigi_ yo duermo en el suelo para que tu mamá se quede con ella

-por mí no hay problema

-tizio_ mire a mi mamá_ puedes quedarte con ella unas horas. tenemos llamadas que hacer, pondremos fin a esto

-si mamá. como ordenes

-entonces en lo que sale Rebecca con alcina, será mejor que salgamos_ asintieron

-te traeré tu pijama

-de acuerdo, aunque dudo poder dormir_ paso a mi lado golpeando mi hombro.

me quede en el balcón viendo la ciudad oscura fumando un poco tratando de controlar estos malditos instintos de matar a Cannizzaro si me entero que se atrevió a tocar a mi hermanita, Rebecca ya había salido con alcina para ayudarla a cambiarse, pero mi pierna no dejaba de moverse de tan solo pensar todo lo que tuvo que sufrir a merced de ese infeliz.

me levante casi saltando al verla salir al balcón.

- ¿cómo esta?

-al parecer no tiene nada_ me senté, igual ella se sentó a mi lado_ solamente parece tener una marca casi invisible en su tobillo. como si la hubiera encadenado

- ¿algún golpe?

-en el cuerpo no, todo está bien. pero al estarle enjabonando la cabeza parecía quejarse

- ¿qué supones?

-alguna caída o un fuerte golpe que recibió

-ese infeliz_ lance mi cigarrillo al suelo frustrado

-pero, parece que no hizo nada mas

- ¿ella te dijo algo? _negó

-no quiere hablar, está demasiado traumatizada para poder decir una sola palabra.

-carajo_ pase mi mano por mis ojos_ hoy dormirás en la habitación conmigo y Luigi, mi mamá dormirá con alcina. pero ahora la cuidare, ellos se están haciendo cargo de romper la sociedad con Cannizzaro

- de verdad

-supongo, dijeron que tienen llamadas que hacer y supongo que son con relación a Cannizzaro. ni siquiera quiero pensar en ese sujeto ahora sin tener los deseos de matarlo

-tizio_ tomo mi mano_ debemos pensar con la cabeza fría, por alcina_ entrelace sus dedos con los míos sonriéndole

-que haría sin ti Rebecca. tu eres la única que me reconforta

-por algo te escogí ¿no? _me reí en bajo_ te amo tizio y sabes que puedes contar conmigo_ la acerque a mi para abrazarla

-te amo Rebecca

-yo también te amo_ aunque Rebecca podía controlar mi rabia contra Cannizzaro no podía estar tranquilo.

el reloj marcaba las dos de la mañana, había acordado mejor con mi mamá en quedarme con alcina. ahora necesitaba vigilarla y verla en la cama dormida sintiéndome con la paz de que esta aquí. las anteriores noches no podía dormir de pensar primero ¿dónde estaría? o ¿quién la tendría? y después de la rabia de querer ir a la casa de Cannizzaro y sacarla teniendo en cuenta todas las secuelas que eso traería, pero con tener a mi hermanita frente a mi sana y salva me reconforta.

mis ojos ya se sentían pesados, aunque mi alma quisiera luchar en quedarse despierto y seguir vigilando a alcina mi alma estaba derrotándose del cansancio, sin darme cuenta el profundo sueño me venció en el sillón donde me encontraba sentado, pero me desperté por el grito de alcina. la mire abrazando las cobijas cubriendo su rostro agitada y llorando.

-alcina, alcina_ me acerque a ella

- ¡no! ¡no! ¡no! _manoteaba contra mi

-alcina, soy yo. tu hermano tizio_ se detuvo mirándome para abrazarme con fuerza

-no me dejes tizio, no me dejes sola_ la abrace sin tanta fuerza

-tranquila, no lo are hermanita, no te dejare sola_ hable en bajo dejando que ella llorara sobre mi camiseta de dormir.

el resto de la noche alcina me pidió, más bien diría. me suplico en quedarme a su lado para que me abrazara y se sintiera confiada. no podía dormir, a un solo ruido miraba a la puerta o el balcón. realmente no tenía sentido que viera el balcón, pero el miedo y el tenerme alerta me hacía verlo, mis ojos por momento se cerraban del cansancio, pero luchana por mantenerme despierto para cuidar a mi hermanita, la descuide aquella noche confiándome que estaría en el hotel segura, y por ello estuvo en las garras de Cannizzaro. no pienso que vuelva a pasar lo mismo. no de nuevo.