♡CRISTALDO♡
La noche majestuosa disfrutando de una maravillosa vista nocturna en el restaurante junto a mi amada esposa, disfrutaba de una copa de champaña, aunque al ver a mi esposa parecía más seria de lo natural. O diría distraída, las veces que hemos salido a cenar puede verme y hablar de manera indiferente, pero ahora me habla con naturalidad, pero siento que esta distraída, como si pensara en otras cosas.
-qué te parece la cena mi rosa dorada
-ham… si, esta deliciosa
-bueno amor. Dime ¿de que hablaron en el club?
- ¿del club? _fruncí el ceño
-si amor, las esposas del club, donde estuviste toda la tarde amor
-ah, sí. Disculpa. Realmente nada fuera de lo común, no me quede mucho tiempo con las esposas. Fui a comer algo y disfrutar un poco de la tarde en una de las tumbonas
-entiendo, me pareció extraño que no pidieras la ayuda de bruno para llegar al club
-me gusta caminar algunas veces, no siempre usare el auto
-sabes que bruno trabaja para mí para ser eso. Es mi chofer y tiene que estar disponible para cuando lo necesitemos
-lo se cristaldo, pero… no siempre busco que bruno me lleve, puedo ir sola
-algo te hizo
-porque piensas eso
-me parece extraño
-dios, realmente eres muy posesivo que incluso sospechas de tu propio chofer
-alcina no he dicho eso, pero, aun así. Si necesito sospechar que bruno te esté haciendo algo por el cual estes negando ir con él, lo hare_ desvió la mirada pareciendo molesta, aunque solamente pude sonreír_ sabes amor_ tome su mano acariciándola con ternura_ estaba pensando que ahora que el idiota de ragnar y farid podría hablar con sus socios y representantes para ahora ser yo quien los guie
-de que hablas cristaldo, sabes que ragnar..._ miro a los damos_ vendía personas, y farid las esclavizaba
-no importa, lo que a mí me importa son los negocios que dejen grandes cantidades de dinero y si la venta de personas para esclavitud sexual o no me deja mucho dinero, lo hare
-cristaldo..._ antes de hablar su móvil sonó haciéndonos verlo, aunque lo tomo soltando mi mano que me hizo molestar verla sonreír. Pero no era la misma sonrisa que yo conocía, esta... era más enamorada, diría igual que cuando galluccio vivía aun... la misma sonrisa enamorada que le regalaba a ese idiota y que he deseado tener, eso me hizo cerrar mi mano en puño forzando una sonrisa, no quiero volver a dañarla como aquella vez
-amor ¿quién es? me miro para solo negar
-no es nadie
-si no es nadie, entonces me dejarías ver amor extendí mi mano hacia ella esperando que me diera su móvil, sin embargo, lo guardo en su bolso
-no es importante, iré al tocador_ se levantó para ir al tocador, aunque me levante para tomar su bolso y sustraer su móvil, aunque al encenderlo había cambiado su contraseña que solo golpee la mesa
-maldita sea_ deje su móvil dentro de su bolso viendo el tocador_ que estarás ocultando alcina_ murmure
Esa mañana estaba en el comedor con mi esposa y el bastardo de tesauro desayunando en silencio, aunque miraba a alcina en silencio quería descubrir que era lo que ocultaba, ha actuado más extraño, inclusive al despertar me saludo amablemente cuando siempre tenía que buscar su atención, que me mirara, que me regalara su sonrisa. Y ahora no entiendo que le pasa. Inclusive, ha dejado de ponerse sus bellos vestidos de rosas amarillas, vestidos dorados o con algunos tonos amarillos. Ahora sus vestidos son en tonos de color Salmon, ella ha cambiado mucho... no es mi alcina. No es mi linda rosa dorada.
-que tanto miras a mi mamá_ mire al bastardo molesto_ si quieres matar a alguien busca a alguien más, y deja de ver así a mi mamá
-cierra la boca bastardo_ mire a alcina_ amor, porque no vamos un momento al club_ me miro dudando
-no tienes trabajo
-puede esperar, lo que ahora deseo es solamente ir contigo al club y posiblemente ir a un lugar más cómodo_ acaricie su mejilla
-cristaldo...
-señora cannizzaro_ miramos a una de las sirvientas_ un presente ha llegado para usted
-un presente_ los tres dudamos para levantarnos e ir a la entrada de la mansión viendo en la mesa del centro un arreglo de rosas rojas... ¡rosas rojas! ¡quien mierda se atrevió a enviarle esto a mi esposa!
Alcina se acercó tomando la tarjeta para leerla sonriendo mostrando sus mejillas sonrojadas, aunque ignore el golpe del bastardo en mi hombro al pasar a mi lado leyendo la nota, solo podía sentir como mi cuerpo se tensaba, mi respiración se agitaba y mis manos se cerraban con fuerza marcándose las venas de la rabia...
-quien te envió esto_ no pude controlar mi voz, aunque pude mantenerla baja la rabia en ella no pude controlarla, el bastardo me miro molesto
-no te importa cristaldo_ le susurro algo a alcina quien asintió guardando la nota
-por favor, pueden traer mi bolso
-a donde iras_ me acerque a ella, aunque el bastardo de tesauro me detuvo haciendome verlo fijamente
-iré con tesauro a su carrera
-pero el desayuno...
-desayunaremos afuera, quiero pasar tiempo con mi hijo
-aquí tiene señora_ asintió para verla sonriendo
-por favor lleven las flores a mi habitación, vamos hijo_ tomo su brazo para salir los dos de la mansión al auto del bastardo, solo pude acercarme a la entrada viéndolos alejarse, pero era demasiada mi rabia de ver aquel ramo de flores
-señor..._ me acerque a arrancar una de las rosas rojas sintiendo las espinas enterrarse en mi mano haciéndola sangrar
-déjenme solo
-señor...
- ¡déjenme solo! _exclame al alejarme y azotar la puerta donde estaba mi santuario, baje encendiendo las velas viendo a mi deidad que solo puse la rosa con mi sangre en el suelo viéndolo_ quien es... quien se atreve a quitármela... dímelo miraba a mi deidad sintiendo las velas bajar el volumen de su luz o un frio envolverme quiero saberlo... dímelo_ tome una de las velas para encender la rosa la cual comenzó a soltar un vapor más oscuro que comenzó a dolerme la cabeza, solo me queje sintiendo mi vista borrosa y caer al suelo inconsciente.
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Editado: 24.03.2024