2007
Pronto cumpliría doce años, lo más doloroso era que mi abuela hacía unos meses había partido, dejando un gran vacío en mi vida para empeorar todo mi madre estaba totalmente fuera de si, me dejó a un lado por un hombre que no valía nada y todo por que ella se sentía sola en lugar de darme atención, salía a fiestas viajaba y me dejaba totalmente a mi suerte.
Gracias al cielo tenía a las hermanas de mi madre se preocupaban por mí y me vigilaban cada que podían.
Mantenía calificaciones promedio, prefería estar sola aunque Damián mi único persistente amigo. Nada era igual pero tenía la esperanza de que todo cambiase en algún momento, no iba a estar excluida de la sociedad por mucho que quiciera estar así.
— Sabes, aún no entiendo el por qué de las chicas de la última fila en ponerse esas dimutas faldas con esas piernas tan feas ?.— Mi único y persistente amigo, quien para su mala suerte yo no quería entablar charla con nadie del alumnado, el seguía ahí aún así con mis silencios y todo.
Yo solo podía reírme de sus ocurrencias, a veces decía cosas que nadie más se atrevía en voz alta.
— Eso es por que quieren atraer la atención de Richard.— Era el chico t más apuesto según la página del colegio, pues para mí también lo era y era algo que me reservaba y no lo comentaba con nadie.
— Maldito y sensual Richard, odio su bello trasero y ese cabello risado. Pero yo veo una chica y mi instinto de hombre resurge.—Damián a veces hacía papel de muchacho amanerado que me causaba gracia, pero era todo un hombre que daba mucho gusto oírlo en ese papel de muchos.
Richard hizo acto de presencia en el salón de clases y todas suspiraban, excepto yo que me tragaba los suspiros por que prefería mantener a raya de los muchachos, a raya de todo.
— Mishelle, como estas.— Por qué hoy, que ando más deprimida ne habla. Nunca lo hace a menos que necesite apuntes, de algo que muy rara vez no entiende.
— Todo bien Richard, se te perdió algo?
Siempre tan metido como siempre Damián, no me dejó ni responder al saludo que Richard nos miró con confusión al quedarme muda como siempre.
— Claro sigue tu camino, igual nos volveremos a cruzar belleza.
Este chico si que me gustaba hacerme pasar penas.
—Damián, ahora entiendo por qué no te eh votado de mi silla. Eres la persona que pasa sin ser vista y es lo que me agrada.
Mi mejor amigo el sarcasmo, siempre salía en estas ocaciones y amaba que D no se lo tomara a mal.
— Me amas nena, es por eso y por que soy muy popular, INCLUSO MÁS GUAPO QUE EL JOVEN RICHARD.— Atraer la atención de los compañeros de clase era lo que menos me gustaba y D era el mejor en hacer lo contrario.
Hood y todos solo ponían la más mínima atención al verlo y yo solo pedía que me trague el averno.
— Saliendo de clases iremos por unos helados y más vale que no te escapes esta vez.
No me quedaba de otra más que seguirlo, sabía que cuando había helado de por medio era por que la cosa estaba interesante.
*****
Al final todo era por que Damián había escuchado a los integrantes de volleyball decir que Richard tenía un gusto por mi, solo que era demasiado tímido en ciertas cosas y por eso no me confesaba sus sentimientos.
— Cariño, llegamos.— Tía Spencer llegaba con su esposo.— hemos traído la cena y espero tengas mucha hambre por que tus primos también vienen.
Eran los únicos que alegraban mis noches cada tres días. Mi madre solía desaparecer por hasta más de un mes y sola muchas veces terminando de hacer mis deberes entraba en pánico y no paraba hasta que una vez ella llegó y me encontró llorando en la casa ese día ella y mamá discutieron muy feo puesto que Tía Spencer no sabia que mayormente estaba sola como un pino.
— Genial, sabes que la comida es lo que más me gusta.— Los saludé mientras cogia las bolsas con comida. Olí un poco y pude diferenciar que eran canelones con jamón y queso.
Amaba los canelones, aunque mayormente solo los comíamos cada mes esta vez fue más seguido y estaban dejando secuelas.
— Cariño, la niña cualquier rato va rodar y nadie se casará con ella.— Mi tía le dio un golpe leve en la nuca de su esposo.— ¡Nena, eso dolió!
—Eso te pasa por tus comentarios fuera de lugar Roger, mi sobrina esta cada día más bonita y si hablamos de rodar, ese eres tú por que no te agrada ni caminar.
— A pero luego dices que mi panza es la más cómoda. Mira ahora, resulta que no te gusta... Ya decía yo que era puro chantaje para irte a la peluquería.
Nosotras nos reímos por sus quejas de marido sentimental. Pero todo era puro juego ya que ellos se amaban incondicionalmente y tenían sus momentos divertidos siempre. Los adoraba por ser tan estables y unidos.
— Bueno, bueno yo creo que papá tiene razón aquí todos tenemos panza y mamá nos juzga cuando la hacemos enojar. Me siento herido.