Solo los Nombres Fueron Cambiados

CAPÍTULO 8: Point zéro (Kilómetro Cero).

Es temprano en la mañana y hemos estado viajando toda la noche. Tenemos suerte en que los miembros fundadores de esta banda (los hermanos y Steve) cada uno tiene su propio autobús, en especial cuando las familias también vienen al tour.

Los niños tienen un poco de jetlag así que se despiertan más temprano de lo usual, y como yo también estoy teniendo problemas para dormir, me ofrezco a cuidarlo para que los padres puedan seguir descansando. Luego de un desayuno ligero nos ponemos a colorear, la única actividad que los mantiene callados y sentados… y mi mente enfocada en algo más aparte de lo que ocurrirá esta noche.

De repente, escucho que Steve y Rosie se levantan.

“Oye, Zara, ¿Puedes venir un momento?” Me dice Steve,

“Seguro”.

“¿Puedes cuidar a los niños esta noche?” Me pregunta, en voz muy baja, “Quiero tener una cita con Rosie”.

Lo miro, mi expresión en blanco.

“Eh… Hmmm…” tartamudeo, “Lo siento, no puedo”.

“¿Por qué no?” Me pregunta sorprendid.

“Tengo… planes”, le digo, “Me voy a encontrar con… una amistad”.

“¿Tienes amistades en París?” Me pregunta. “Cierto, tienes amigos en todas partes”.

Asiento. “Más o menos”. En realidad no.

“¿Segura que no puedes?” Me pregunta otra vez.

“No puede, Steve”, escucho a Rosie decir detrás de nosotros. “Podemos cenar todos, antes que se vaya a encontrarse con su amistad”, me dice, con un guiño.

Me encojo de hombros y sonrío, y despyés recuerdo que debo informarle a Steve de algo muy importante.

“¡Casi lo olvido!” exclamo. “Isabella viene mañana, ¿podrías ponerla en la lista, por favor?”

“Demonios”, dice Steve, un poco molesto. “¿Y dónde se va a quedar?”

“Conmigo, por supuesto”, le digo.

“Está bien. Tú encárgate de ella. No quiero que nuestra tía se moleste”, gruñe. Nuestra tía Natalia, la madre de Isabella, es la hermana de nuestra madre.

“Steve”, volteo los ojos, “Isa tiene mi edad, puede cuidarse sola”.

Isabella tenía fama de desaparecer de la vista de la gente para luego mágicamente reaparecer, siempre con una historia que contar y nuevas aventuras vividas.

Más tarde, luego de una cena temprana con mi familia, me marcho a mi habitación para empezar a prepararme. Me encontraré con James en más o menos hora y media, y todavía no sé qué ponerme. Estoy nerviosa y tengo la mente bloqueada, pero mientras decido qué hacer, escucho un golpe en mi puerta, que me asusta

“¿Quién es?”

“¡Soy yo!” Escucho la voz de Rosie desde afuera y corro a abrir la puerta.

“Sentí que necesitabas ayuda”, me dice al pasar.

“Dios mío, gracias, seguro que sí…” río nerviosa, “estoy medio desesperada por aquí”.

“Okey, para que estés tranquila, alerta de spoiler: todo va a estar muy bien”.

Rosie me ayuda a escoger mi atuendo: un lindo vestido corto por delante, más largo por detrás (había olvidado que lo traía en mi equipaje), mi confiable chaqueta de cuero negro (la única que traje, por ser verano), y decido ponerme mis botitas tobilleras ya que son súper cómodas para caminar.

Mi cuñada me mantiene entretenida conversando mientras me maquillo, para no pensar tanto y ponerme más nerviosa, y me ayuda con mi cabello: unas cuantas ondas aquí y allá con un rizador.

No tengo una hermana mayor, pero tengo a Rosie, que es mucho mejor.

James y yo nos encontramos a la hora acordada (por fin no llego ‘elegantemente tarde’), y él se ve increíble, de nuevo todo de negro pero esta vez lleva también una chaqueta de cuero negro. Es verano, pero hace un poco de frío. Luego de saludarlos, me muestra un mapa que imprimió más temprano, con los lugares que podemos visitar a pie. Aunque me gusta ser espontánea, aprecio que haya tomado la iniciativa, porque no tengo ni idea a donde ir o qué hacer más allá de ‘pasear’.

“Esto fue una idea grandiosa, París de noche es completamente diferente”, dice James mientras apreciamos nuestro alrededor.

“Igual que Londres, y Nueva York, pero yo prefiero Londres de día”, le digo.

“Yo también, debo decir”, James está de acuerdo. “En especial cuando está soleado. La gente piensa que Londres es un lugar muy sombrío pero supongo que nunca han estado allí en primavera o verano”.

Asiento y sonrío. Mientras caminamos lado a lado, tomados de la mano camino a nuestro próximo destino, hay momentos de silencio que no son incómodos. En vez de eso, los tomo como momentos de disfrutar la compañía del otro.

“¿Sabes de qué me acabo de dar cuenta?” le pregunto a James, de la nada.

“¿Qué cosa?” pregunta sonriendo.

“No sé cuál es tu canción favorita”, le digo, “y eso es como súper importante”.



#46034 en Novela romántica
#30295 en Otros

En el texto hay: amor, viajes, musica

Editado: 18.02.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.