Solo Mia

Trece:

Caden:

Salí de la casa de mi padre a las 7pm, estaba preocupado, Mia no contestaba mis llamadas y ya hacia mucho tiempo la había dejado sola. Me subí a mi camioneta y conduci lo mas rapido que pude, cuando llegue a la casa de Mia estacione en el garage y corri hacia la puerta , un pañuelo rojo estaba atado en la puerta, por lo que entre rápidamente y al ver que no había mas que desorden en la sala de abajo, corrí hasta la habitación de Mia, vi un charco de sangre en la habitación y me asuste como la mierda, la sangre me hervía en el cuerpo.

—Mattew, la tienen a Mia.—escuche a Matt gruñir y decirle algo a Steven.—Nos vemos en la carretera.—hablo con voz segura.

—Estoy saliendo.—Corte y fui a mi mochila por la Glock calibre  40, pero no estaba.

Maldita sea Mia, espero que no hayas hecho nada. Cuando llegue a la carretera tuve que esperar por 10 minutos, estaba desesperado como la mierda, pero el pulso bajo un poco cuando vi la camioneta de mi hermano pasar por adelante, por lo que acelere para seguirle el paso. Cuando llegamos al galpón de T Shirt Black, Mattew bajo del auto y tras el bajaron Steven, Mark y los mellizos.

—¿Trajiste a los mellizos?—gruñí, ellos apenas sabian usar un arma.

—No tuve opcion, me escucharon hablar y quisieron venir.—frunció los hombros.—Ademas no nos vendria mal un poco de apoyo.

—Como sea, entremos, quiero a Mia de vuelta.—Sentí un escalofrió correrme por el cuerpo, el tan solo pensar en Mia lastimada, me daba pudor.

Los chicos tomaron sus armas y Mattew, Steven  y yo nos pusimos al frente, respire hondo y golpee la puerta de una patada, nos movíamos con cautela y en silencio, cuando vemos que en el centro del lugar estaba Mia, atada, con un pañuelo en la boca, sangre en la pierna y los ojos hinchados. Corrí hacia ella sin pensar que podía llegar a ser una trampa, en realidad no me importaba, ella al verme abrió los ojos y se le llenaron de lagrimas. Le saque el pañuelo de la boca y ella gimió mi nombre.

—Cuando termine de desatarla, se acerco a mi y me beso.—Mierda, Caden, esos hijos de puta…los odio.

—Esta todo despejado.—susurro Steven mientras abrazaba a Mia.

Nos vamos ya y después de asegurarme que todo esta bien, voy a ir y  voy a romperles el cuello a esos hijos de puta.—Mia se acerco a mi y me beso, en cierto modo su beso me calmo, pero cuando introduzco su lengua en mi boca, la tome por la cintura, acercándola a mi.

—Vas a quedarte conmigo, porque estoy asustada como la mierda.—susurro cerca de mis labios. Asentí mirándola como idiota. Mia sonrío y me tomo de la mano, siguiendo a los chicos que después de mirar el fogoso beso, empezaron a salir.

—Estaba preocupado como la mierda—bese su frente.Ya estábamos en casa, ella había salido de la ducha y estaba con su pijama.

—Yo estaba asustada, le dispare a alguien y me secuestraron.—Sonrío sin humor y negó.—todavía no lo creo.

—No entiendo porque sonríes.—fruncí el seño y ella se acostó a mi lado.

—Si yo estuviera en los Black Phanters esto no pasaría.—me pare del sillón y la mire enojado.

—¡Mierda Mia, esto no es un puto juego! esto no es otro de tus libros o alguna película, puedes morir, tu familia mas que segura va a estar en peligro ¡Entiéndelo!—no me había dado cuenta que estaba gritando, ella me miraba seria, sin expresión.

—Bien, lo entiendo.—su voz sonaba firme.

Suspire y mire para abajo para intentar calmarme, ella se paro del sillón y entro a su cuarto, no se porque ella estaba empeñada en entrar a esta mierda. Espere por lo menos 20 minutos, para que se calmara y cuando subí escuche que sollozaba.

—También te extraño mama.—ella trataba de no llorar, pero no estaba logrando mucho.—Claro, todo esta bien con Caden…Mama te dije que solo somos amigos, no, no me gusta.—Fruncí el seño y me apoye en el marco de la puerta.—Tampoco le gusto mama…porque simplemente lo se, Mama disfruta tus vacaciones…¿En dos semanas? Bien, te amo, adiós.—ella cortó y se tiro en su cama, entre y me quede mirándola de brazos cruzados.

—¿No te gusto?—ella se sentó en la cama, y con la mano cerrada en un puño se limpio las lagrimas, me miraba con odio.

—No.—Se paro y antes de que pudiera dar otra paso la tome del brazo.—Odio que me griten, odio los gritos, me ponen histérica, no se si lo sabes o no, pero odio los gritos, así que en tu puta vida vuelvas a gritarme, no soy tu maldito perro para que me levantes la voz.

Lo siento.—mi voz sonó firme, por lo que para ella sonó como si yo no lo hubiera sentido.

Jason me engaño y tal vez no me valoro, pero jamás me grito.—dicho eso me dejo solo y entro al baño.

Estaba enojado como la mierda, con tan solo la mención de ese imbecil, daban ganas de golpear a cualquiera que pasara por enfrente mío. El muy estupido había desvirgado a mi chica, la había engañado y tenido para el durante mucho tiempo, era razón para odiarlo. Antes de salir de su habitación golpee tan fuerte la pared, haciendo un agujero en esta.  Recuerdo haberme dormido en el sillón y al despertar Mia no estaba. Tome mi teléfono y la llame. Ella no contesto, pero a la segunda vez que llame contesto después del tercer timbre.



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En el texto hay: accion, chicomalo, pandilla

Editado: 05.07.2018

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