A la mañana siguiente Violeta se despertó a las 6:00 a.m, se levantó, se bañó y se alistó para ir a la preparatoria, su uniforme consistía en una camisa de botones blanca, con un lazo de color rojo rodeando el cuello, una falda tableada de color azul oscuro, chaqueta elegante azul oscuro, zapatillas negras y medias blancas hasta las rodillas, Violeta baja a desayunar, sus padres ya habían desayunado y ya estaban por irse al trabajo.
-bueno hija, me voy, a las 6:30 p.m vendrá un chofer por ti, para que te lleve a la empresa, donde será la cena- le dice su padre.
-esta bien papá, te veré allá-
-me voy, adiós-
-adiós papá-
El señor Garcia se va al trabajo, la señora Garcia aún permanecía en la mansión, pero tampoco tardó para irse a trabajar, Violeta se despidió de ella y también se fue a la preparatoria, al llegar se dirigió a su respectivo salón, obviamente la preparatoria era para personas ricas, por mandato de su padre tuvo que estudiar ahí, era muy buena para enseñar, pero los estudiantes que estudiaban ahí tenían una actitud diferente a la de ella, y eso la incomodaba mucho, realmente no tenía amigas todas se ocupaban de su apariencia o alardeaban las cosas que se habían comprado en el fin de semana, las clases comenzaron normal, hasta que llego el director y dio un anuncio importante.
-buenos días alumnos, ha venido un nuevo estudiante a esta preparatoria, sus calificaciones son buenas y por eso merece estar aquí...puedes pasar-
Detrás de la puerta aparece un chico de cabello azul oscuro, ojos del mismo color y piel blanca, todas las chicas quedaron sorprendidas, era realmente guapo, pero para Violeta sólo era un estudiante más, sabía que tenía la misma actitud de los demás.
-hola, mi nombre es Suzaku Satoshi y tengo 18 años, espero llevarme bien con ustedes-
-bien, puedes tomar asiento- le dice el director.
Suzaku se sentó detrás del puesto de Violeta, ella no pasó desapercibida a los ojos de él, Suzaku había notado que era una chica diferente a las demás, le interesaba Violeta, ella podía ser una de sus presas, ninguna chica se resistía a su encanto, y ella no sería la excepción, desde que entró y la vió, la empezó a desear y haría todo lo posible para conquistarla.
Las clases siguieron hasta que llegó la hora del descanso, Violeta salió y se dirigió al patio central, donde generalmente permanecía debajo de la sombra de un árbol observando el cielo, que ahora le recordaba a unos hermosos ojos azules claros, no importa si no conocía su nombre, su mente automáticamente recordaba su rostro, su cálida sonrisa, todo lo recordaba, sus recuerdos fueron interrumpidos por el chico nuevo, Suzaku, quién se acercaba con una sonrisa confiada.
-hola, tu debes ser...Violeta, ¿cierto?-
-si...y usted es, Suzaku, ¿no?-
-por favor no me digas de usted, sólo dime Suzaku-
-de acuerdo...¿en qué le puedo ayudar?-
-ah, no en nada, sólo la observaba un poco, es usted muy hermosa-
-si así lo cree, entonces gracias-
En ese momento Suzaku se dió cuenta que efectivamente era una chica diferente a las demás, al parecer le iba a resultar difícil conquistarla pero aún así no se rendiría, Violeta tenía que ser de él a como de lugar.
-si sólo era para decirme eso, entonces puede retirarse- le dijo Violeta con seriedad.
-no sea modesta Violeta, sabe que le digo la verdad, pero quiere hacerse la difícil conmigo-
-¿qué es lo que pretende conmigo?-
De un movimiento rápido Suzaku la encierra con sus dos brazos en el tronco del árbol, Violeta no tiene salida.
-escúchame bien, me interesas así que no te pongas difícil, desde que puse mis ojos en ti te he deseado, y no importa que hagas eres mía ahora-
Violeta estaba enojada, ¿cómo podría llegar una persona a decirle que ella era de su propiedad?.
-¡que cínico eres!, nunca seré tuya...así que sueltame y déjame en paz-
Violeta comenzó a forcejear con Suzaku, él trataba de retenerla.
-¡sueltame...!, Suzaku, ¡déjame ir!-
-te dejaré ir por el momento, pero que te quede claro, que eres mía, no importa lo que hagas te conquistaré-
Suzaku la soltó, y ella temerosa corrió hacia otro lugar donde pudiera estar a salvo, él sonrió cínico, tarde o temprano Violeta caería a sus pies, y la tendría en sus brazos muy pronto, en otro lugar se encontraba Violeta muy nerviosa, su respiración era agitada y su corazón latía muy rápido, de verdad tenía miedo de lo que Suzaku le pudiera hacer, toco el timbre para volver a clases, ella va a su salón un poco fastidiada, ya que Suzaku era de su mismo salón, al llegar él ya estaba en su puesto, la miro con sus ojos predominantes y con una sonrisa decidida, Violeta aparta sus ojos temerosa y se sienta en su puesto correspondiente, sintiendo que él la observaba seguidamente, las clases siguieron normales, hasta la hora de salida, Violeta rápidamente recoge sus cosas y sale para irse a la mansión, le incomodaba demasiado la mirada perturbadora de Suzaku, muy pronto llegóel chofer por ella, Violeta suspiro un poco aliviada, el chofer la nota un poco nerviosa y le pregunta.