V
-No volteen
- Esta bien, haremos lo que digas.
- Yo no hare…
- Silencio, Bianca. Silencio.
-Pero…
La miro tratando de que entienda que estamos en un jodido asalto. Pronuncio su nombre lentamente.
-Bi, cállate. Enserio
Pero Bianca se vuelve a reír.
Ya está, nos van a matar.
-No los voy a matar ni nada
Maldición, gracias
Volteo despacio ante el tono tranquilizador del ladrón.
-Bueno no pareces un espía novato. – comenta Bianca, luego se acerca más a mi para susurrar: - Ni siquiera parece espía, la verdad.
- Silencio. – ordena el chico con voz tímida.
Me fijo con atención en su cara. No lo conozco de nada, pero puedo jurar que lo he visto antes. Tal vez en la universidad.
Uff… probablemente sea un fiestero perdido.
Aunque…
- ¿Cómo has entrado? La puerta estaba con seguro.
-La he abierto con una horquilla para el cabello. Llevo practicando desde hace un par de días cuando me enteré que darías una fiesta en tu casa.
Es un loco. Si nos va a matar.
-Está bien, y… ¿Qué buscas?
A mi lado Bianca se tambalea hacia la cama. En el acto se le vuelve a subir la falda, miro al ladrón que también está mirando.
Idiota
Cojo mi sabana y la extiendo sobre Bianca. Ya está completamente dormida ajena al posible escenario de su muerte a manos de un loco.
Lo escucho aclararse la garganta antes de volver a hablar. Yo sigo concentrado en que Bianca este cómoda.
-Soy Alonso, por cierto. Estudio contigo. Bueno no contigo, por Dios, tú estudias medicina, jamás podría estudiar eso.
Me congelo en mi sitio otra vez.
Caray, si está loco.
Miro hacia la puerta. Está cerrada. Si gritara, nadie escucharía porque la fiesta sigue en pleno apogeo.
-Así que… ¿estas son todas las habitaciones?
Me volteo hacia el ladrón. Si es que es un ladrón, hasta donde sé debería llamarlo acosador.
- ¿A qué te refieres?
- Bueno… es que, digo, ¿solo hay cuatro habitaciones en tu casa?
Casi parece cohibido. Es más bajo que yo, eso está a mi favor. Si no tiene un arma lo puedo noquear fácilmente.
-No, hay un par más en el primer piso. – digo acercándome.
Parece que eso le alegra. Abre la boca con sorpresa y su rostro toma una expresión emocionada.
- ¡Eso es estupendo!
Se lleva las manos al pecho y da pequeños saltitos. Aprovecho para fijarme si lleva algún arma a la mano.
Parece que no. Pero no puedo arriesgarme.
Si me llega a lastimar Bi quedaría totalmente indefensa.
Piensa, piensa, piensa.
- ¿Te interesa ver los otros cuartos?
- ¿Qué si me interesa? ¡No veo la hora!
-Bien, te llevaré
- ¿Enserio harías eso? ¡Gracias, gracias, gracias!
-Claro, eh… vamos. Solo salgamos de aquí.
Salimos de mi habitación. La fiesta sigue como si nada, voy mirando detenidamente los rostros de las personas, pero ninguna parece percatarse de mi situación. Pero ya no importa, Bianca está durmiendo en mi cuarto y además creo que el chico es más loco que peligroso.
Me volteo y cojo su brazo para pasarlo por detrás de su espalda. Cojo su otro brazo y ejerzo fuerza para obligarlo a arrodillarse. La gente voltea hacia nosotros y en menos de un minuto ya se ha armado un gran circulo de espectadores. No faltan los que empiezan a gritar “¡Pelea, pelea, pelea!”, pero eso no pega con la escena porque el chico cede de inmediato, ni siquiera intenta defenderse.
Me agacho un poco para que me escuche. - ¿Quién eres y que buscas en mi casa?
Dice algo, pero no logro escucharlo. A mi lado se acercan mis amigos.
- ¿Qué pasa Bruno? - pregunta Luca
-Lo voy a llevar afuera, talvez tengamos que llamar a la policía
El chico parece entrar en pánico ante eso, niega con la cabeza y se resiste a caminar, pero soy definitivamente más fuerte que él.
Afuera hay unos cuantos carros estacionados. Caminamos un poco. La calle está oscura. La música en mi casa se escucha como un eco lejano.
- ¿Qué paso? - pregunta Maritza
-No soy delincuente, lo juro. No iba a lastimar a nadie
El chico tartamudea un poco.
¿Sera que está fingiendo?
- ¿Qué querías entonces?
-Yo solo… quería encontrar el cuarto de tu hermana.
- ¡Pervertido! – grita Maritza saliendo de su escondite detrás de Mateo para darle un manotazo.
- ¡No, no! ¡Yo soy su fan!
Mis amigos y yo compartimos una mirada antes de mandarnos a reír.
- ¡Ahh! -exclamamos a coro comprensivamente.
-Ustedes los fans obsesivos sí que están mal. - comenta Luca
-Soy Alonso. Enserio lo siento, es solo que Tefi… es mi gran amor.
Si supiera que a veces ni se baña.
Alonso continúa disculpándose por un rato. Quería lo típico, algo de Tefi, entrar a su cuarto y si se producía un milagro a su favor, conocerla.
Cuando Tefi se volvió famosa, nos mudamos a esta zona residencial con seguridad reforzada. Los fans no pueden entrar. De todas formas, Tefi no vive más con nosotros, aunque claro sigue teniendo su habitación y llega de visita en las fiestas.
En comparación con mi antigua casa, esta se ha visto irrumpida por fans en contadas ocasiones. Cuatro, más precisamente. Cinco con el chico aquí, Alonso. Y todas ellas han sido por medio de mí.
Editado: 16.11.2020