VI
Cuando regreso a la primera sala, busco a Bibi. Cuando no la encuentro desbloqueo mi celular para mandarle un mensaje, pero antes de siquiera sacarlo de mi bolsillo unas manos me cubren los ojos.
- ¡Oh! ¿Quién de todas las personas que conozco en Brasil podrá ser?
- ¡Aburrido! - se queja, aunque de todas formas suelta una risita.
Cuando me volteo para enfrentarla, ella levanta sus brazos y me acerca. Es un abrazo muy reconfortante. Y a pesar de lo cómodo que estoy, me separo enseguida al sentir sus brazos fríos.
- ¿No has traído una chompa?
-Lo olvidé. Pero estoy bien.
-Ujum- le digo mientras me saco mi chaqueta para dársela. Cuando se niega a aceptarla, intento ponérsela yo mismo. - Bianca, que no quiero que te enfermes.
-No exageres- dice riendo- Además, yo no quiero que tú te enfermes, mucho menos ahora. Venga que llegamos tarde.
Antes de poder preguntarle, se nos acerca Rafael.
-Hey, hola. –saluda- esta es mi mamá
-Hola. – exclama la señora con una gran sonrisa- que nervios, Dios mío. Mañana es un gran día, ¿verdad niños?
Conversamos un rato. O más bien escuchamos hablar a Teresa. Es linda, muy cariñosa y extremadamente sobreprotectora. Rafael se pone rojo un par de veces por sus comentarios y Bianca y yo intentamos disimular la risa.
-Nos vemos mañana. -Se despide Rafa. - Por cierto, ¿son pareja? Se les ve muy bien. – agrega su mamá
Casi en sintonía, respondemos: - No, somos mejores amigos.
Editado: 16.11.2020