Frustrado tiro el libro de anatomía que cae al suelo en un golpe seco.
Uhg.
Desde esta tarde por mi cabeza solo pasan esas mismas malditas palabras.
"Me gusta alguien"
Reí sin gracia, no termino de creer en sus palabras.
¿Por qué ese "alguien" no soy yo? ¡¿Por qué?!
Mierda.
Frustrado me paso las manos por el cabello, como si eso fuese a ayudar a calmarme. Claramente no lo hará.
Yo solo...
Escucho vibrar mi teléfono, con rapidez lo tomo viendo la notificación, es un mensaje de Jackson quien me pide salir, escribo un "Dame 5" como respuesta antes de comenzar a buscar una camisa y una gorra para ponerme. Una vez listo tomo mis llaves y salgo de casa encontrándome con un Jackson sentado en la acera frente a mi casa, lo saludo con la mano mientras abro la reja del jardín y me acerco a él.
Me siento en silencio junto a él mientras observo el cielo despejado, no hay ni una sola nube o estrella. Pasamos unos minutos en silencio en donde yo observaba el cielo y Jackson solo miraba fijamente la entrada de mi casa.
–Ya lo sabes ¿Verdad? –me atrevo a hablar rompiendo el cómodo silencio.
Él no responde pero asumo el hecho de que asintió confirmando mi pregunta. Suspiré dejando de mirar el cielo para mirar el concreto de la calle.
—Sabíamos muy bien que esto pas–
—Sé que ella te gusta. –me interrumpe.
Mi cuerpo se tensa. Por mi cabeza comienzan a pasar muchas preguntas.
¿Cómo lo sabe? ¿Hanna también lo sabrá? ¿Alguna vez se lo confesé estando borracho?
—¿Qué harás? Ya sabes... Con tus sentimientos por ella si a ella le gusta alguien más.
Suspiro desviando mi vista a Jackson.
—No creo que pueda hacer mucho. —sonreí débilmente. —Si el tal Joshua es quien le gusta entonces la apoyaré.
Jackson se levanta de la acera para estirarse, luego se gira a mirarme.
—Mamá está preparando alitas picantes, vine para invitarte. –sonríe. —Tal vez o tal vez no… Le dije que las hiciera cuando me enteré del tal Joshua.
—¿Intentas levantar mi ánimo?
Él ladea la cabeza, me reí mientras me levantaba, negué con la cabeza. Él en verdad es un buen amigo, el mejor de todos.
—Por cierto ¿Cómo sabes que me gusta tu Hanna? —cuestione caminando, èl ríe.
—La miras de una manera diferente, como si fuese una joya a la que tienes miedo de dañar, pero hey, tu no dañas a las personas, me atrevo a decir que las reparas.
Ladeo la cabeza dudando de sus palabras. Tal vez eso sea cierto, tal vez no lo sea...
De igual forma no importa como vea a Hanna si a ella le gusta el tal Joshua, para mi lo único que importa es el hecho de que puedo estar cerca de ella. ¿No?
En silencio seguimos caminando hasta llegar y entrar en la casa de Jackson, todo se veía ordenado a excepción de los zapatos en la entrada, pero esos siempre están en desorden.
—¡Llegamos! —anuncia Jackson dejando las llaves en su lugar.
Veo como la señora Brooks se asoma por la puerta de la cocina, su sonrisa no tarda en aparecer al verme junto a Jackson.
—Hola señ. —ella arrugó su nariz mientras me miraba mal.—Lana, quise decir Lana. —me corrijo rápidamente.
—Dios Matthew me conoces de toda la vida y aún me sigues diciendo señora ¿Tan vieja me veo? —pregunta mientras estira la piel de sus mejillas, no puedo evitar reír por lo bajo.
—No, no, no, no es eso. –niego moviendo mis manos y mi cabeza. —Usted siempre se ha visto joven.
—Jum. –me mira como si no creyera mis palabras.
—Ya mamá, deja de molestarlo.
Giré la cabeza apenas escuché su voz, ella me sonríe mientras baja las escaleras, y mierda.
Eso debería ser ilegal.
Esa sonrisa es cruel, maravillosamente cruel. Cuando me sonríes de esa forma… mierda, creo que me volveré completamente loco.
—Matt solo es... muy ¿respetuoso? –dice abrazándome.
Mierda, mi corazón...
—¿Por qué hiciste tanta comida mamá? —pregunta Jackson saliendo de la cocina con un vaso de jugo en su mano.
¿Cuándo fue a la cocina?
—Porque quise, y ahora vayan a lavarse las manos, vamos a cenar. —aplaude dos veces mientras entra en la cocina.
—Fue por Matt verdad. —dice Jackson dándome una mirada rápida antes de seguir a la señora Brooks.
—Jackson deja tus celos.
Hanna ríe y mi estómago se retuerce ante las vibraciones que genera su risa.
Mierda.
¿Esas son mariposas? Porque, bonita, déjame decirte que sus alas son jodidamente grandes.
Me separo del abrazo y me doy media vuelta para ir al baño de invitados y lavarme las manos pero Hanna me abraza por detrás haciendo que mi corazón se acelere nuevamente.
Cada vez que haces eso mi corazón siente que no lo soportará.
Dios... Hanna por favor...
—Guíame señor pingüino. —ríe y me abraza más fuerte.
Mierda... ¿Cómo negarme?
Cubro sus pequeñas y delicadas manos con las mías mientras camino como un tonto pingüino al baño de visitas, una vez dentro, abro el grifo y comienzo a lavarme las manos, Hanna se sienta en la tapa del retrete y mira fijamente el lavabo.
—¿Sucede algo princesa? —pregunto mientras seco mis manos con una toalla.
Ella suspira y me mira a los ojos.
¿Sus ojos siempre han sido tan profundos...? Tan... ¿Cautivadores...?
No puedo evitar sonreír le.
—Jackson ya sabe lo de Joshua... –susurra. —Creo que está enojado conmigo.
—Princesa, Jackson no está enojado. –digo secándome las manos.
—¿Él te dijo algo? —niego con la cabeza ante su pregunta. —¿Entonces? ¿Cómo sabes que él no está enojado?
Si no está enojado con el hecho de que esté enamorado de tí, dudo que esté enojado contigo bonita.
#18778 en Novela romántica
#3343 en Chick lit
amornocorrespondido, amigos romance drama, novelajuvenil amor
Editado: 09.11.2024