Hanna.
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Pasaron los dias, dias en los que estaba castigada sin teléfono, sin televisión, sin computador, en pocas palabras sin tecnologia, mamá incluso cambio mi reloj digital por uno de los que utilizan los ancianos, ella creía que eso me iba a detener de esta en contacto con Johs, pero estaba muy equivocada.
Jackson me recoge sin falta todos los días, Matthew no volvió a aparecer frente a mi luego de ese día, diría que me dolió, pero realmente no, era lo que merecía, solo eramos mejores amigos y él quiso sobrepasar ese límite.
—Bebé ¿En verdad no vendrás a la fiesta? –preguntó Josh besando mi mano, me sonrojé.
—Sigo castigada, lo sabes.
—Aaaaw, el pequeño ratón asustadizo está castigado. –esa chica seguía llamándome de esa forma aunque sabía bien que me irritaba. —Pobre, ratón, sus padres no la dejan respirar.
—Al menos mis padres se preocupan por mi. –dije tajante, los chicos dejaron escapar un “uuuuuh”, luego comenzaron a reír.
—Vaya… ¿Ya estás viendo como funciona el mundo real? –preguntó Easton encendiendo un cigarro, uhg. —Uhm… Todavía puedes volver a tu nube rosa.
Ignoré a Easton, es un chico raro, miré a Johs.
—Es hora de volver, Jackson no tardará en llegar.
Él suspiró cansado, aun así no dijo nada, solo tomó mi mano y me guió a la entrada de la escuela, el camino estaba siendo extrañamente silencioso por lo que me arriesgué a hablar, no quería que Josh estuviese enojado conmigo.
—¿Hice algo mal Josh? –él negó con la cabeza. —¿Entonces? ¿Por qué no dices nada?
Suspiró, se detuvo y me miró fijamente.
—No sé si pueda seguir saliendo con una niña que no demuestra que me ama.
—Pero yo te amo. –dije tomándolo de la mano, él se soltó.
—Demuestramelo Hanna, demuéstrame escapándote para verme en la fiesta de mañana ¿Si? –me miró con aquellos ojos color marrón que hacen que me derrita. —¿Lo harías por mi?
—Si… –dije cautivada por su mirada. —Por ti haría lo que fuese Josh… –susurré.
—¿Incluso dejarías de prestarle atención a tu madre? –rei.
—Desde que se pusieron en tu contra no estoy siguiendo ninguna de sus reglas Josh.
—¿Es así? –asenti. —Bien, entonces debes de revelarte, demostrarle que ya no eres una niña a la que puede controlar. –besa mis labios dejándome deseando por más. —Vamos.
Toma mi mano y esta vez el ambiente es más relajado que antes, llegamos a la salida y busqué a Jackson con la mirada rápidamente pero no lo veía, entonces repentinamente Josh me tomó del brazo, me giró y me besó de manera repentina, me dejó sin aliento.
Me giró nuevamente y fijó mi vista en un enojado Jackson, lo escuché reír detrás de mí, su risa me causo un hormigueo en la oreja.
—Es hora de irse bebé…–besó mi cuello y me dejó ir. —Oh, bebé… ¿Podrías adelgazar un poco? Siento que estas un poco… Uhm, ya sabes.
—¿Tu…?
—No me entiendas mal bebé, sabes que aún estando gorda te voy a amar.
El calor en mis mejillas se hizo presente cuando lo escuché decir que me ama, caminé hacia Jackson quien estaba visiblemente molesto, solo lo ignoré en cuanto y caminé rumbo a casa.
¿Cuantos años se supone que tengo como para que me sigan viniendo a recoger? Tengo 17, no 10 o 7.
El trayecto a casa fue silencioso, por ambas partes, por lo que fue incómodo, solía hablar siempre con Jackson cada vez que venía por mi, pero por la actitud que él y mamá han tomado la casa se siente con un ambiente pesado, siempre debo de caminar con pies de plomo.
Llegamos a casa y subo directo a mi habitación, me cambio el uniforme y me acuesto en mi cama a leer un libro de romance que tomé prestado de la biblioteca.
—Hanna baja, mamá hizo el almuerzo. –dijo Jackson abriendo la puerta repentinamente, lo miré mal. —¿Qué? ¿Harás una huelga de hambre?
—Tal vez si me devolvieran mis cosas no lo tendría que pensar.
—Tal vez si maduras y terminas con tu fantástico novio. –empleó un tono sarcástico. —No estuvieras castigada, ahora baja a comer si no quieres tener que calentar las sobras en el microondas. –con esto dicho cerró la puerta de mi habitación.
Suspiré cansada, planteándome la idea de la huelga de hambre, tal vez de esa forma papá venga y convence a mamá a levantarme el castigo y dejarme ser feliz con Joshua.
Bajé a la cocina encontrándome a mamá y a Jackson hablando alegremente hasta que me vieron y se quedaron en silencio, los ignoré. Me senté en la mesa frente a un plato de estofado de carne y otro plato de arroz con vegetales cocidos al vapor.
Josh me dijo que adelgazara, aunque esté gorda me amaría, pero si estoy delgada ¿No me amaría el doble?
Con ese pensamiento comencé a comer vegetales, dejando de lado el estofado y el arroz.
—¿Ahora no cocino bien? ¿O por qué no comes? –preguntó mamá dejando de comer.
Estoy gorda por tu culpa.
—¿En verdad vas a tomarme la palabra de hacer una huelga de hambre? Solo lo dije de manera sarcástica.
—Si cocinaras bien no estaría como una cerda. –respondí a mamá, giré a ver a Jakson. —Estoy comiendo ¿No tienes ojos? –me levanté de la mesa enojada.
—¿Cerda? ¿Huelga de hambre? –preguntó mamá a la par que se levantaba de la mesa. —Hanna, puedo tolerar tus berrinches, pero no tolerare mas faltas de respeto hacia mi o tu hermano.
—¿Berrinches? No son berrinches, es la verdad. ¿Respeto? –dije sarcástica. —Desde el momento en el que no respetaron ni aceptaron mi relación con Josh dejé de tenerles el mínimo respeto.
—¡Hanna no más! –gritó sorprendiéndome a mí y a Jackson, era la primera vez que la escuchaba gritar de esa forma. —¡Soy tu madre te guste o no! Tú a mi me respetas.
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Editado: 09.11.2024