Solo un poco retorcido ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XIV

El primo de Jeongin, Taehyung, vivía en una parte menos que segura de la ciudad. Fue en parte la razón por la que Jeongin no lo vio tanto. La otra razón era que su primo había estado extraño como el infierno después de haber sido liberado de la cárcel hace seis meses: parecía deprimido y distante, como si no estuviera realmente allí. Al principio Jeongin lo atribuyó a la muerte de su tía — ella había muerto, mientras Taehyung todavía estaba en la prisión — pero no parecía ser el caso. En lugar de mejorar, su primo sólo parecía más deprimido al pasar el tiempo. Jeongin se preocupaba por él, por supuesto, pero la verdad sea dicha, tenía problemas más acuciantes en que pensar a su alrededor y no tenía tiempo para visitar a su primo.

Pero dado que había tenido que dejar a las niñas en casa de la señora Kang antes de su turno nocturno, Jeongin decidió hacer un pequeño desvío y averiguar cómo Taehyung lo estaba haciendo.

Su primo le saludó con una sonrisa.

—Hola, vamos pasa.— le dijo abriendo más la puerta.

Tomó a Jeongin un momento para recuperarse de su sorpresa. —Te ves bien—, dijo palmeándole el hombro y entrando en el departamento. Taehyung se veía genial de hecho; él siempre había sido el más apuesto de los dos. Podrían compartir el cabello negro y los ojos marrones de sus mamás, pero era donde terminaban las similitudes. Los rasgos de su primo eran mucho más masculinos— infiernos, francamente exquisito. Si Seungmin hubiera visto a Taehyung, nunca llamaría a Jeongin princesa de nuevo.

En realidad, hizo a Jeongin preguntarse, y no por primera vez, si algo… le habían hecho a su primo en la cárcel. Si los rumores sobre lo que pasaba en la prisión eran ciertos, con una cara como esa… Jeongin se estremeció.

—¿Cómo están las chicas?—, preguntó Taehyung, alejándolo de sus pensamientos.

—Bien. Tengo el turno nocturno esta noche, así que acabo de dejarlas en lo de su niñera.—

Taehyung se sentó en el sofá, con las piernas cruzadas, y palmeó el lugar junto a él.

Sacándose la chaqueta, Jeongin tomó asiento.

—Realmente no puedo quedarme.— dijo mirando su reloj. —O voy a llegar tarde al trabajo. Sólo quería chequearte y ver cómo lo estabas haciendo.

La puerta se abrió y un hombre entró en el departamento.

Al ver a Jeongin, se detuvo y se quedó mirando.

Jeongin le devolvió la mirada fija. El hombre era alto y muy guapo.

—¿Quién es este?—, preguntó el hombre.

—Es mi primo, Jeongin—, dijo Taehyung, más bien a la defensiva. —Jeongin, él es Jungkook.

Jeongin esperó una explicación, pero no hubo ninguna.

Pero cuando Jungkook se acercó, inclinó la cabeza de Taehyung y le dio un beso, las explicaciones ya no eran necesarias.

El beso siguió y siguió, y Jeongin sólo podía mirar. Había estado bastante seguro de que Taehyung era completamente heterosexual.

Bueno, al parecer, no.

Su primo de hecho gimió, y Jeongin miró hacia otro lado, más allá de incómodo. Se puso de pie y se aclaró la garganta.

—Um, será mejor que me vaya.— Él se rio entre dientes. —Tú claramente estas muy bien.

Detrás de él, los besos se detuvieron.

—Mira—, dijo Taehyung, sonando avergonzado. —Yo…

—Tú no tienes que explicar nada—, dijo Jeongin rápidamente y encaró hacia la puerta. —Me voy.

—Espera—, dijo Taehyung. —Ya está oscuro. No es seguro caminar solo por aquí. Jungkook te llevará a tu casa.

—¿Lo haré?— Jungkook murmuró.

—No, en realidad no es necesario…

—Él lo hará—, dijo Taehyung.

—Supongo que lo haré—, dijo Jungkook. Dio a Taehyung un breve y duro beso. —Tú mejor estarás desnudo y listo cuando yo regrese, cariño.

Sonrojándose, Taehyung empujó a Jungkook hacia la puerta.

—Voy a ir la próxima semana—, dijo a Jeongin. —Yo no he visto a las niñas en décadas.

Jeongin asintió y se deslizó en su chaqueta.

Jungkook pasó junto a él.

—Vámonos. ¿Cuál era tu nombre otra vez?

—Jeongin—, dijo, inseguro de cómo hablar con el tipo.

—¿Dónde vives?

Jeongin le dijo, y Jungkook le llevó a una muy antigua, oxidada Ford Pinto. Jeongin lo miró con recelo.

—¿Estás seguro de que esta cosa es segura?

—No—, dijo el tipo, alcanzando el asiento del conductor.

—Eso no es… no es muy tranquilizador.

—¿Quieres que te mienta?—, dijo Jungkook con un toque de impaciencia, claramente con ganas de acabar de una vez y volver a su primo.

Jeongin subió al coche y se fueron.

—No hay cinturón de seguridad.— Jeongin murmuró. —¿Por qué no me sorprende?

Jungkook no se dignó contestar.

—Entonces.— dijo Jeongin después de un rato. —¿Tú eres el novio de mi primo o algo así?

—O algo así—, dijo Jungkook.

—Pensé que era heterosexual.

Jungkook se rio, como si hubiera dicho algo gracioso.

—Pero me alegro de que tenga a alguien, sabes.— dijo Jeongin. —Yo estaba preocupado por él. Él estaba deprimido después de que salió de la cárcel.

—¿En serio?— Jungkook murmuró.

—Sí. Espero estar equivocado, pero creo que… Creo que alguien le hizo algo a él en la cárcel.

—Tú no estás equivocado: yo lo hice.

Jeongin abrió la boca y la cerró sin decir una palabra. Digirió la información por unos pocos momentos.

—¿Tú eres un ex convicto?

—Sip.

Excelente. Se encontraba en un oxidado Ford Pinto, sin cinturón de seguridad, y con un ex convicto al volante.

—¿Por qué estabas en prisión?

—Maté a ocho personas en un centro comercial.

Jeongin soltó una carcajada.

—En realidad no esperas que crea eso, ¿verdad?

—Tú primo lo hizo, por un largo tiempo.

Jeongin sonrió, sacudiendo la cabeza. Taehyung era un poco ingenuo. A pesar de que era más joven que su primo, Jeongin a menudo sentía que él era el mayor.

—Entonces, ¿qué hiciste realmente?



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En el texto hay: hyunjin, straykids, jeongin

Editado: 01.06.2023

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