CAPITULO XII
LA REALIDAD GOLPEA A TU PUERTA…
Todo había pasado muy rápido, los días, los meses, ¿quién lo hubiera dicho?, ya hacia un tiempo que me había fugado del reclusorio y ni hablar que ya no vivía con mi hermana, pero no podía quejarme hasta este momento había ganado otra familia, me querían y yo a ellos. No por esto, significaba que no extrañaba a mi padre e Israel todo lo contrario ellos estaban presentes en cada día, en cada sueño que tenía, pero por fin estaba teniendo un tiempo de paz y ellos estaban a salvo mientras yo estuviera fuera de sus vidas
Mi mochila no era tan pesada, Dennis me ayudaba a cargar con ella…no sé si era bueno que ella supiera mi secreto, la verdad yo jamás se lo hubiera contado pero dada las circunstancias si no hacía nada esa noche hoy no estaríamos contando el cuento.
En el bar tratando de disfrutar un poco de mi nueva vida, tratando de olvidar aquellas noches de miedo, y queriendo dejar atrás tanto sufrimiento y abandono, bailaba con las chicas, compartíamos risas tratando de no mirar hacia la barra porque allí se encontraba Jaread y con solo mirarlo un frio llenaba mi cuerpo imposible de controlar. Seguí bailando y en una vuelta con mis ojos cerrados termine en los brazos de alguien, con timidez, pero sin darme cuenta de quién eran esas manos suaves que tomaban mis brazos, levante mi mirada para encontrar los ojos de ese muchacho que con dulzura pasaba sus dedos acariciándome, tan lento, tan suave que era casi imposible de percibir que lo hacía. Al mirar por fin me topé con la sorpresa que era ni más ni menos que Jared, ¿qué estaba haciendo? Mis ojos fijos se centraron en los suyos con un poco de temor e incertidumbre. ¿Qué hago? me pregunte a mí misma sin apartar ningún momento la mirada. Su cuerpo se acercaba cada vez más al mío, haciendo que miles de sensaciones me invadieran. Hacía tiempo que no me sentía de esa manera, ni siquiera estando con Eliot lo había sentido, comencé a sudar de miedo, pero de un miedo tentador y confuso, porque en realidad deseaba que sucediera por más que me había penado no volverme a enamorar, bailamos al ritmo de la canción lenta que sonaba de fondo, el en ningún momento dejo de acariciarme con ternura y rozando de apoco nuestros rostros, nuestros labios casi provocando un beso y encontrando nuestras miradas perdidas en el uno con el otro, cada vez más y más cerca de mí, cuando sus labios rosados por fin iban a besarme, en ese momento abrí mis ojos, mire a mi alrededor, cayendo en la realidad. Sin darme cuenta de lo que sucedía, mi poder seria descubierto, yo sería descubierta todo por un beso, sin poder impedirlo había elevado todos los objetos que se encontraban en el lugar haciendo que todos quedaran pasmados, quietos yen silencio. De inmediato ordene a mi cabeza que los dejara caer el tremendo estruendo que sucumbió en el bar dejando perplejos a todos en el lugar. Todo sucedió modo cámara lenta, pude ver a Jaread con sus ojos aun cerrados intentando concluir con su beso, dándome el tiempo suficiente para salir del lugar sin demora.
Jaread abrió los ojos y yo ya no estaba, volteo hacia la puerta viendo como en el tumulto de gente me alejaba corriendo.
Me escondí detrás de los cajones vacíos de cerveza del bar, sabía que el saldría por mí, lo vi desconcertado buscando por todos lados, al no verme frustrado volvió a entrar al bar. Suspire profundamente, deslizándome por los calones eche mi cabeza hacia atrás, quizás nadie se había dado cuenta, quizás todos se estén preguntando que paso, y yo no sea la causante. Mi celular sonó sacándome de mis conflictos mentales _ ¿dónde estás? Preguntaba Dennis _tranquila nadie se dio cuenta...
Miré detenidamente sus mensajes y comencé a caminar hasta mi auto. El teléfono comenzó a sonar, era Dennis que seguía insistiendo _ si? Dije casi con un nudo en mi vos
_que pasa…dónde estás?
_afuera, por subir al auto
_pero… por qué?
_tu sabes porque… dije con tristeza
_no tienes nada de qué preocuparte. Contesto
_tengo todo porque preocuparme De!
_lo dices por mi hermano? Guarde silencio ya que no sabía que contestar, era demasiado con lo que tenía que lidiar. Por más que anhelara con todo mi ser besar los labios de Jared _está preocupado por la forma que desapareciste
_solo dile que es mejor así. Solo soy una niñita malcriada
_pero…tu mueres de amor por él, no entiendo
_yo, sí. Es mejor así. Yo no puedo estar con nadie. No puedo amar a nadie.
_no digas eso, son tan perfectos el uno con el otro.
_amas a tu hermano. Le pregunte con frialdad
_claro que si él y Sean son mi todo.
_si aprecias su vida, has que no se acerque. Todas las personas que amo y están junto a mi terminan lastimadas. Y solo corte la llamada. Encendí el auto y tomé rumbo a casa.
No podía creerlo, ¡es que acaso jamás tendría paz!!, al mirar la calle , de mi lado izquierdo se encontraba la furgoneta del reclusorio, estaba estacionada en la estación de policía, ver a Strauss bajar y acomodarse su cinturón hizo que un escalofrió me recorriera toda la columna. Acelere y vire en la esquina, llegando a toda prisa a la mansión. Subí las escaleras y me encerré en el cuarto. Como si eso pudiera solucionar algo de lo que se me avecinaba. Me deslicé sobre la puerta y abracé mis rodillas solo poniéndome a llorar.
Faith golpeaba la puerta al escuchar que sollozaba, pero que podía hacer ella por mí. Nadie podía ayudarme, no tenía a donde ir, ni quien me defendiera, de esto debía encargarme yo. Los golpes siguieron hasta que su esposo se unió a ella. _sea lo que sea que esté sucediendo, ten la certeza que voy a ayudarte. La vos gruesa de Connus se oía detrás de mi puerta.
_nadie puede hacerlo. Todos corren peligro si me sigo quedado aquí. Le dije entre sollozos
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Editado: 04.06.2021