Capítulo 1.

Sábado; 14:36.

Lo primero que hizo en el día fue mirar por la ventana, notando que el sol irradiaba con más fuerza que la habitual, estando seguro de que sí salía, terminaría con una insolación cojonuda en otro nivel. El clima sería molesto para alguien que conocía mejor que la palma de su mano; y ese era su mejor amigo Alessandro. La sensación de haber olvidado le invadió, no recordaba de qué trataba su pesadilla de esta madrugada pero tenía el presentimiento que estaba relacionada con alguien importante, no se permitió darle vueltas al asunto y no darle importancia a su extraña preocupación.

  Caminó hasta el baño para hacer sus necesidades y asearse antes de bajar en busca de su desayuno-almuerzo, encontrándose con una nota en la nevera.

“Voy a resolver unos asuntos, regresaré tarde, no tuve tiempo de cocinarte, prepárate algo.”

Papá.

 Florian no era el mejor cuando se trataba de cocinar, así que decidió sacar comida congelada y precalentarla en el microondas.

  Cuando ya tenía todo listo, tomó su celular y se sentó en la mesa a comer, revisando sus redes sociales. Para cuando ya había terminado de disfrutar su comida precalentada, llamó por teléfono a Willow. Hablaron por unos quince minutos, una charla rápida y después llamó a Simón Romain para preguntar sí podrían hacer algo a eso de las cuatro.

   Iría a pasar la tarde con dos buenos amigos.

   Todo estaba bien, era normal lo que estaba haciendo, podía decir que hasta rutinario pese a ello le estaba costando mantenerse tranquilo.

  ¿Por qué no podía relajarse?

  Abrió su última conversación por mensajes de texto con Alessandro. Leyó de nuevo el último mensaje, aquello le provocó un malestar inexplicable.

Idiota #1

[ Ver mensajes anteriores  Ý]

Martes, 11:56.  [Hey amigo!, no olvides que el viernes es noche de películas]

[Habrá hamburguesas esta vez?, la última vez Willow se encargó que nada de lo que hubiera fuera comida chatarra fue horrible, me dan ganas de vomitar solo con pensar en la ensalada que me obligó a comer :s] Martes, 12:17.

Martes, 12:19.  [Si…la ensalada fue lo peor viejo, tranquilo esta vez estoy a cargo de la noche de películas, compraré sólo botanas]

[Estaré allí en 20, RJ quiere que le haga un favor,  ya sabes que es un grano en el culo cuando se trata de su mierda, cuando esté en camino, te avisaré] Viernes, 22:03.

  Alessandro, no se apareció en toda la noche, ni siquiera le envió un mensaje. Tenía claro que su amigo era alguien reservado en cuanto se trataba de su familia, así era posteriormente de que la señora Miceli se fuese hace ya dos años antes. Ya no veía a RJ desde entonces, tampoco su amigo se molestaba en hablarle sobre lo que pasaba en casa. Florian intuía que no sucedían cosas buenas. Tenía sus razones para sospechar que la vida de Alessandro no estaba siendo agradable.

 Las situaciones en donde acababa con Alessandro, hablaban por sí solas; averiguaría lo que sucedía con su amigo de una u otra manera, con ese pensamiento en mente se fue a alistarse, le haría una visita a RJ tan pronto como desocupara con Simón.

14:43, Granja de los Gibbson.

—Le pedí a la corte de los cazadores el nuevo arsenal experimental. Es moderno y seguro, aún no lo han hecho oficial pero como las circunstancias lo requieren estará aquí mañana.

<<Me gustaría decirte que suena como una amenaza Augustus, pero eso no estuvo ni cerca de sonar amenazante, yo que tú, tendría cuidado al hablar, la gente puede malinterpretar tus intenciones>>, habló con un tono burlón el hombre a través de la línea telefónica.

—No es una amenaza, me parece que lo has entendido mal. Eso, es una declaración de caza.

  Una estruendosa risa se escuchó en el teléfono, <<Guao, los cazadores son unos rencorosos. Cazarnos no te traerá de vuelta al muchacho, sin embargo te puedo ofrecer algo mejor que nuestras cabezas, ningún padre puede soportar la muerte de su querido hijo, he estado de buen humor y con los brazos abiertos a quien lo necesite, yo puedo traer a Jake sano y salvo a casa>>

  La respiración de Augustus resonó a través del teléfono—Hacer negocios contigo es igual que vender tu alma al diablo, Harry. Nunca aceptaría hacer un pacto contigo incluso sí pudiera traer a mi hijo de vuelta.

<< ¿Tanta vergüenza te da pedirme un favor?, no te preocupes tengo paciencia cuando se trata de negocios, de igual manera conozco uno o dos trucos que podrían persuadirte…Espero que vuelvas a llamarme pronto, viejo amigo>>

  La llamada acabó, sin siquiera conseguir llegar a algo—como siempre—, el hombre salió del lugar sin más, sabiendo que las cosas no estarían tan calmas por el pueblo Virginia.

 Haría pagar a los Dankworth, uno de los lemas de la casa Gibbson era “Sangre por sangre” y estaba claro que tendría que aplicarlo con la familia maldita.