Magnus ya está dentro de la carrera de sus sueños, comenzando sus primeros estudios junto a sus nuevos amigos Julius y Josy. El segundo día fue como cualquier otro, empezaron las clases y los profesores, exigentes como siempre desde el principio, en fin, normalidad plena.
Sin embargo, a medida que transcurrían los días, Magnus seguía siendo presa constante de las miradas capciosas y poco agradables de sus propios compañeros. Desde aquel incidente en los campos verdes con Silfer y el extraño terremoto que se produjo tras su encuentro, casi todos los de su generación comenzaron a alejarse de él por miedo a salir lastimados. A Silfer eso no le importaba, pues ya era odiado por ellos desde antes, pero Magnus sintió el aislamiento a pesar de sus constantes intentos por ser educado y correcto. Después de todo, las miradas de enjuiciamiento eran inevitables tras la primera impresión.
Los únicos que estaban a su lado eran precisamente, Julius y Josy, pues ellos vieron el poder que tenía y no se asustaron por eso, a diferencia del resto, que no tenía la capacidad de ver más allá de lo que sus ojos observaban, naturalmente.
— ¡Viejo, no te preocupes por eso! Uno no puede ser amigo de todo el mundo. —Aconsejaba Julius.
— Sí bueno, en eso tienes razón. —Afirmaba Magnus.
— Lo importante es estar bien con uno mismo. — Decía Julius—. Recuerda, si proyectas seguridad en ti mismo, los demás se sentirán igual. Por cómo te ven es por cómo te tratan.
— Tú sí que eres bueno para los refranes Julius. —Decía con admiración Magnus.
— No es para tanto, solo es una forma de graficar las cosas. Josy me dice que soy muy bueno para dar ejemplos. —Afirmaba Julius.
— Se nota... —Daba la razón Magnus a su amigo.
En eso llega la joven polola de Julius, muy fastidiada desde la sala de clases del frente. Su cara era distinta también, de la dulce y sonriente chica, ahora se veía una mirada de rabia y frustración, quizás, por un mal rato que había experimentado anteriormente, cosa que causó la preocupación, tanto de su pareja, como del propio Magnus, pues era bastante extraño ver a Josy tan molesta y cabizbaja.
— Hola chicos... —Saludó algo desanimada la joven.
— ¡Hola! —Saludaron Magnus y Julius.
— ¿Qué pasó corazón? Te ves algo desanimada —Preguntó Julius.
— Nada cariño, es que tuve unos problemas con una compañera que se dice ser mejor que yo en todo. —Contaba Josy con tono serio—. Y yo no soy mejor que ella, solo soy así, como me ven.
— ¿En serio? ¿Y quién es esa tonta que te está provocando tanto? —Preguntó Magnus.
— Una tal Julie. —Respondía Josy—. Es una chica rubia, alta y flaca que se sienta adelante mío, toda así, moviéndose sensual por la sala. Tiene a todos los varones vueltos locos y más encima displicente con las chicas. ¿Quién se cree que es?
— Tranquila Josy, dicen que uno cosecha lo que siembra, y si ella siembra mal, cosechará mal. —Dijo Julius.
— Ay mi amor, me encanta cuando dices esas frases. ¡Te amo! —Decía con ternura Josy.
Por supuesto que cuando ambos se iban a besar, Magnus trató de alejarse para no ser metiche, silbando un poco para hacer como si no los observara, a lo que los tórtolos se dieron cuenta de aquello.
— ¡Ay Magnus, discúlpanos! Olvidamos que estabas con nosotros. —Decía Josy.
— ¡No no no, está bien! Yo ya me iba a alejar para no molestarlos —Afirmaba Magnus.
— ¡Viejo, de verdad eres muy considerado! —Exclamaba Julius.
— ¡Ya, no sigan, que me van a poner nervioso con tanto halago! —Exclamó sonrojado Magnus.
— ¡Vaya vaya! ¿Qué tenemos aquí? —Se escuchó de pronto una voz.
Los tres amigos voltearon hacia el pasillo de los lockers y vieron a la supuesta rival de la última en persona: Julie.
En efecto se trataba de una chica alta y flaca, de cabellos rubios, esbeltos y muy estilizados, con una sensualidad desbordante que dejaba boquiabiertos tanto a Magnus como a Julius, para molestia de Josy, quien por supuesto puso cara de celosa frente a su pololo tras la aparición de la provocativa joven, inflando los cachetes como las waifus del animé.
— ¡Ah, pero si es la señorita "perfección" en persona! ¿No te cansas de ser tan buena persona todo el tiempo? —Preguntó con sarcasmo la tipa.
— ¿Y tú no te cansas de ser tan insoportable, verdad? —Contrapreguntó Josy.
— ¡Ay que pesada! ¡Con razón eres tan perna! —Decía con despecho Julie—. ¡Hasta tu pololo es igual a ti, tan nerd!
— ¿Qué dijiste? ¿Nerd? —Preguntó atónito Julius.
— ¡Y más encima tonto, que desagradable! —Decía la rubia a Julius, para luego dirigirse a su rival—. Josy, tú sí que sabes cómo elegir pareja.
— ¡Deja en paz a mi pololo, Julie! ¿Quién te crees que eres? —Dijo furiosa Josy.
— ¡Soy la reina de esta facultad y tú...una asquerosa hormiga en mi zapato! ¡Confórmate! —Exclamó altanera Julie.
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Editado: 28.06.2020