Al día siguiente en la Facultad, un clima extraño se percibió tanto dentro como fuera del edificio, un ambiente de tensión y de misterio que no podría compararse siquiera con el guion de una película cutre de terror.
Magnus y sus amigos ya sabían que Josy había sido capturada por el grupo de Silfer y fueron tras ellos con el fin de enfrentarlos y rescatarla de las manos de aquel sanguinario estudiante. Guiados por el testimonio de Gaby y decididos gracias al incombustible deseo de Julius y la firme convicción del portador de Luz, tomaron acciones rápidas, aunque ello significara enfrentarse cara a cara con el Portador de Sombra y sus aliados dentro de los pasillos de la misma Facultad, con la consecuencia de provocar serios daños y arriesgar un grave peligro para el resto de sus compañeros, y quizás ser expulsados por terrorismo o algo mucho peor.
Sin embargo, algo ocurrió ese día que pospuso por algunos instantes el inminente encuentro, y eso era la calma previa a la tormenta que estaba a punto de desatarse sobre los leguleyos, y especialmente, sobre nuestros héroes.
Magnus y sus amigos iban a ingresar a las dependencias del edificio de la Facultad, cuando súbitamente todo el estudiantado salió en masa afuera del lugar, caminando a paso rápido, en dirección hacia el parque de la Laguna, asustados y desconcertados a la vez. Parecía que se trataba de un simulacro de evacuación, pero entre los mismos compañeros había incluso cierta confusión, pues no se sabía el porqué de dicha decisión tan abrupta, sin siquiera haber indicios de alguna situación de peligro. Se hablaba de una bomba, incluso de una predicción de terremoto, de un suicidio, en fin, rumores y rumores que circulaban como una gran bola de nieve y que solo propiciaban la tensión y el desconcierto entre todos los leguleyos, tanto alumnos como profesores y funcionarios.
— ¿Qué extraño? —Preguntaba Magnus—. ¿Por qué están todos saliendo de la Facultad?
— No lo sé. —Respondía Julius—. Pero con toda esta gente será difícil buscar a Josy, habrá que preguntar a cada uno si la han visto.
— Julius tiene razón. —Decía Sena—. La prioridad ahora es encontrarla y salvarla de Silfer y sus matones.
— Voy a preguntar a los compañeros si la vieron por aquí. —Dijo Gaby.
— ¡Bien pensado Gaby! —Afirmó Magnus.
De inmediato los cinco preguntaron a cada compañero que pasaba por entre medio si habían visto a la novia de Julius. Las respuestas fueron variadas, desde "No, no la he visto", pasando por "No me acuerdo si la vi" o "La vi en cierta parte pero después la perdí de vista", hasta el típico "No la ubico" o "No me suena" o simple y llanamente el clásico, “No la conozco”.
Debido al enorme movimiento de personas que salían de la Facultad hacia La Laguna, ninguno tuvo la gentileza de mencionar algo acerca de Josy, ni siquiera los profesores ni los administrativos, ni mucho menos los propios compañeros.
La preocupación por la causa de la evacuación era más importante ahora que la vida de una joven a quien pocos conocían o ubicaban de vista, excepto para su novio y sus mejores amigos, que estaban de por sí preocupados por su bienestar.
— ¡Rayos! ¡Mi novia está en peligro! ¿Alguien la ha visto? ¡Díganme donde está, quien sea! —Preguntó y exclamo al mismo tiempo desesperado Julius.
Pero nadie hizo caso a sus súplicas de ayuda y tras la negativa de todos el joven estudiante comenzó a desesperarse, pues ya presentía en su mente que algo terrible le había sucedido a su amada, lo que trajo consigo muchos estragos en el interior de su conciencia. Magnus, Sena y Flora lo apoyaron en ese difícil momento, al igual que Gaby, quien estaba tan preocupada como él de su situación, pues consideraba a Josy como su mejor amiga y también temía lo peor. La empatía se hacía evidente a estas alturas.
— Tranquilo amigo, la encontraremos. —Tranquilizaba Magnus a su mejor amigo.
— Eso espero viejo... —Decía con algo de nerviosismo Julius—. Si algo malo le llegara a pasar, yo…
— No pierdas la esperanza Julius. —Animaba Sena mientras tomaba del hombro a su amigo—. Recuerda que estamos contigo, te apoyaremos en esto pase lo que pase.
— Gracias Sena… —Agradeció el joven.
Ya instalados en la Laguna, el presidente del centro de alumnos de la Facultad habló por megáfono a todos los presentes para explicar la situación actual. Los leguleyos escucharon con detenimiento las palabras de aquél, inclusive el grupo de Magnus.
— "¡Su atención por favor! ¿Pueden oírme? Bien, en vista de que no sabemos las razones de por qué fuimos evacuados de nuestra Facultad, estamos investigando las causas de este incidente, y una vez que sepamos lo que realmente ha ocurrido, tomaremos las acciones necesarias en contra de quien o quienes resulten responsables de esta acción" —Eran las palabras del presidente.
— ¡QUEREMOS VOLVER AHORA! —Gritaron algunos estudiantes enojados.
Las pifias y abucheos de la mayoría se sintieron con fuerza, a tal punto que el propio líder estudiantil no fue siquiera capaz de controlar el enojo de todos sus compañeros. En eso intervino el jefe de carrera, para calmar los ánimos y el descontento que había en general por parte de los leguleyos.
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Editado: 28.06.2020