— ¿Que QUÉ? ¿Trataste de hacer las paces con Silfer? —Preguntó sorprendida Sena.
— Sí... —Afirmó Magnus.
— ¡No puedo creerlo! ¿Cómo pudiste hacer algo tan estúpido? ¡Te advertí que Silfer no iba a cambiar y aun así trataste de arreglar la situación sabiendo que ese infeliz intentaría matarte! —Exclamó furiosa Sena.
— ¡Viejo, esta vez hiciste algo demasiado peligroso! —Exclamó Julius.
— ¿Qué querían que hiciera? Ese infeliz me persuadió con su buen trato y al final, después de que ocurrió lo de los poderes, mostró sus garras. Nunca imaginé que caería en su trampa. —Dijo Magnus.
— ¡Pero caíste de todos modos Magnus! —Exclamó Josy—. ¡Esta vez cometiste un error que casi te pudo costar la vida! ¿Qué hubiera pasado si no estábamos allí para salvarte? ¡Silfer te habría matado y nadie se habría dado cuenta!
— Josy tiene razón viejo, esta vez te arriesgaste demasiado y por poco terminas casi muerto. —Afirmó Julius.
— ¡Ya, está bien, ya entendí! ¡Me equivoqué con lo de Silfer, debí haberlos escuchado antes! ¡No volveré a caer en ese truco de nuevo! —Exclamó fastidiado Magnus.
— ¡Pues entonces sé consecuente con tus palabras y deja de comportarte como un niño! ¿No te das cuenta que por ser ingenuo caes fácilmente en este tipo de errores? —Increpó Sena a su novio.
— ¡Sena! —Intervino Flora—. ¡No seas tan duro con Magnus! ¡No es su culpa que sea así!
— ¡Sí Sena, no es para tanto tampoco! —Exclamó Josy.
— Pero lo que dice es cierto... —Afirmó Julius.
— ¡Julius! —Llamó la atención Josy a su novio.
— ¡Qué! Solo decía... —Justificaba el joven.
— Chicos, está bien. —Intervino Magnus—. Sena tiene razón. Soy demasiado ingenuo como para darme cuenta de ciertas cosas, eso me jugó en contra.
Magnus se deprimió y sintió que había cometido un error más o menos grave. Sena, que en principio fue dura con él, se sintió algo mal por ser tan brusca en sus palabras, por lo que trató de ablandar un poco su discurso.
— Cariño, lo siento por ser tan dura, pero esto lo hago por tu bien. —Decía Sena—. Si no aprendes esto ahora, no podrás avanzar.
— ¿Cómo quieres que avance si no confías en mí? —Dijo Magnus con algo de enojo en su rostro.
— ¡Claro que confío en ti, de eso no hay duda! —Exclamaba Sena—. Pero no puedes negar el hecho de que sigues siendo inocente en muchas cosas.
— Pues lamento ser así, no puedo evitarlo. Es que... —Se cortaba Magnus—. ...no puedo actuar con resentimientos ante nadie, ni siquiera con Silfer.
— Lo sé cariño. —Decía Sena mientras abrazaba por detrás a Magnus—. Por algo eres el Portador de Luz, porque no tienes maldad en tu corazón.
— ¡Es cierto cuñado! —Exclamaba Flora—. No te preocupes tanto, ya verás que aprenderás algo bueno de esto.
— ¡Sí viejo! ¡Tú siempre estás un paso adelante de nosotros, así que puedes hacerlo! —Apoyaba Julius a su mejor amigo.
— ¡Todo estará bien Magnus, confía en nosotros! —Exclamó Josy.
— ¡Gracias amigos! —Agradeció Magnus—. ¡Y también a ti Sena!
— ¡De nada! No sería tu polola si no me preocupara por ti. —Decía coqueta la joven.
— ¡Es verdad! —Dijo risueño y sonrojado Magnus.
Al final todos rieron y volvieron a hacer grato el ambiente tras un momento de extrema tensión. Tras lo acontecido en la sala de clases con Silfer, Magnus y sus amigos salieron de la Facultad. El y Sena fueron juntos a tomar algo de café en algún local conocido del centro para disfrutar su tiempo, juntos como pololos, mientras Julius fue a dejar a Josy a su casa en otro punto de la ciudad, y Flora fue a la suya para estudiar y esperar así a su hermana mayor. La noche caía lentamente y la Facultad poco a poco cerraba sus puertas hasta el amanecer de un nuevo día...excepto para aquellos que seguían fieles a la Sombra.
En efecto, en los misteriosos subterráneos de la Facultad, estaban reunidos Silfer, Marcus, Sans y Aivi, junto a Gaby, la mejor amiga de Josy, quien se encontraba técnicamente secuestrada por ellos, pero que al parecer, decidió voluntariamente colaborar con Aivi, sin necesidad de ser manipulada mentalmente como ocurrió con su mejor amiga el año pasado por medio del poder mental de Julie, quien ahora no estaba con ellos. Para Silfer, la presencia y disposición de Gaby eran fundamentales para la realización de su plan y dado que ella desconfiaba de Magnus, ese factor le era más que favorable al Portador de Sombra, pues necesitaba un catalizador para llevar a cabo los acontecimientos que facilitarían la destrucción interna de los 5 de la Luz, y especialmente, de Magnus.
— Déjame ver si entendí bien niñita. —Decía Sans—. Tú quieres entrar a nuestro grupo porque sientes que en el de tu amiga no hay cabida por culpa de Magnus, ¿estoy en lo correcto?
— Sí —Afirmó Gaby.
— Y quieres proteger a tus amigos Julius y Josy del susodicho ese porque lo consideras una amenaza para la Facultad, ¿correcto? —Preguntó Marcus.
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Editado: 28.06.2020