Sombra y Ceniza: El Sublime Encuentro de Flora y Silfer
La paz volvía nuevamente al Campus tras un año de oscuridad reinante, y los albores de la luz comenzaban a manifestarse nuevamente al compás del canto de las aves y un sol radiante que iluminaba a quienes circulaban por sus calles y senderos, testigos presenciales de la increíble victoria de cinco jóvenes héroes leguleyos frente a un terrible y despiadado estudiante que casi estuvo a punto de destruirlo todo.
Aquellos chicos eran Magnus y sus amigos, los legendarios 5 de la Luz de la Facultad de Derecho, salvadores de los leguleyos y símbolos del Campus por su valor y sacrificio en pos de la protección de todos los estudiantes y comunidad académica. Tras la terrible batalla contra Silfer, el Portador de Sombra, la Facultad había quedado en ruinas, fisurada y malograda a consecuencia de las intensas batallas libradas por nuestros héroes. De inmediato las autoridades académicas y estudiantiles se pusieron a trabajar en la reconstrucción del lugar, no solo con el fin de devolver a Derecho a su antigua gloria, sino también de reconstruir las confianzas, las lealtades, y por qué no, el compañerismo.
Con la partida de Silfer, Derecho descansó de la tensión y el estrés que había sufrido tras los atropellos de aquel cruel ser y sus lacayos endemoniados, quienes hoy prácticamente ya no están entre los leguleyos, quedando solo como únicos elementos fuertes en la Facultad, Magnus, Sena, Flora, Julius y Josy, los nuevos líderes de esta nueva era para aquella escuela. Sus hazañas eran consideradas un ejemplo de superación para los novatos que llegaban a sus aulas tras la crisis leguleya, y para quienes la vivieron en carne propia, una oportunidad para aprender el significado de la humildad y la solidaridad verdadera entre compañeros de carrera.
A pesar de ello, este grupo sabía que su misión no terminaría después de la batalla con Silfer. Aún quedaba la enorme responsabilidad de apoyar a quienes sufrieron con esta crisis y entregar a las nuevas generaciones las herramientas necesarias para no volver a caer en el mismo círculo de oscuridad por el que pasaron antes.
Por otro lado, entre los mismos el vínculo de amistad había vuelto a nacer. Tras el retorno de Magnus a Derecho, Sena volvió a ser su polola, reiniciando su relación tras haber estado cruelmente separados por la oscuridad del año anterior. Julius y Josy prácticamente se veían a menudo con el Portador de Luz, tanto en los estudios como en el quehacer cotidiano, y Flora era el alma del grupo, la unificadora no solo de aquellos, sino también del resto de los leguleyos. A pesar de lo ocurrido con Silfer, sus compañeros siguieron buscándola para pedirle consejos sobre estudio o sobre otras cosas, y aunque al principio ella fue reticente por prudencia tras los sucesos pasados, poco a poco fue recuperando la confianza y accedió a ayudar como lo hacía antes a sus compañeros, sin perjuicio de que su energía estaba enfocada principalmente en apoyar a su hermana mayor y a sus amigos, los cuales ella quería y estimaba como si fueran su familia.
Sin embargo, la joven de cabellos rojos tenía en su interior un profundo sentimiento de tristeza, a pesar de la felicidad por volver a encontrarse con los suyos. Dicha emoción era causada por sus confusos sentimientos hacia Magnus, quien a pesar de no haber logrado su cometido de enamorarse de él, tenía cierto arrastre todavía por su presencia. A pesar de que ella sabía disimular muy bien sus emociones en momentos de relajo, su corazón no estaba del todo calmo. La congoja la tenía muy tocada desde hacía tiempo, sobre todo por el hecho de ser la única del grupo quien no tenía pareja, en comparación a su hermana y cuñado, y también a los tórtolos.
A pesar de ello, Flora decidió no darle demasiada importancia al asunto para no preocupar a sus amigos y continuar como si nada hubiera pasado.
— ¡Viejo, no puedo creer que hayas sacado un 7 en Procesal, con lo difícil que es entender los procedimientos especiales! —Exclamó sorprendido Julius al ver el resultado de su mejor amigo.
— Y eso que estoy atrasado un semestre y sin embargo ya logré esta nota. ¿No es grandioso? —Decía sonriente Magnus.
— Sí, supongo... —Respondió medio decepcionado Julius.
— A lo mejor si sigo así puedo superarte en notas, ¿no crees? —Dijo medio sarcástico Magnus.
— ¡Eso ni soñarlo viejo! —Exclamó furioso Julius.
— ¡Ya deja de molestar a mi pololo con eso del 7, ya sabes cómo se pone cuando se lo echan en cara! —Le llamó la atención Josy a Magnus.
— ¡Vamos Josy, ni que fuera tan terrible para él! —Afirmaba Magnus—. Además, no siempre a uno le va bien, a lo mejor este es mi momento para brillar.
— ¡Qué presumido eres viejo! La verdad no te conocía ese lado tuyo. —Decía algo fastidiado Julius.
— ¿Qué dices? Eso no es cierto. —Respondió Magnus.
— ¡Claro que sí! De hecho, no has dejado de alardear tus calificaciones desde que regresaste a la Facultad. Está bien que vayas mejorando, pero no es bueno actuar como zonzo. —Decía Josy.
— Sí, y en este caso particular se te da bastante. —Afirmó Julius.
— ¡Ay por favor! ¿Alguna vez he actuado como zonzo antes? —Preguntó Magnus a los dos.
— ¡Varias veces! —Respondieron ellos.
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Editado: 28.06.2020