En medio de la terrible crisis por la que estaba pasando el Campus, Magnus y Sena salieron de la Facultad de Derecho, con el propósito de encontrar a Frank y averiguar más sobre los planes del maléfico grupo Anarquía, la organización oscura a la cual integraba uno de sus compañeros, Chechus, y de quien solo se conocía referencias acerca de su superior, el enigmático Tarso, y el supuesto ser al que denominaban como “Gran Líder”.
El tiempo pasaba y en la medida que el Portador de Luz y su polola buscaban pistas, la presencia encapuchada comenzaba a incrementarse drásticamente. Ya era habitual ver tanto a estudiantes muertos, como aquellos convertidos a la oscuridad, corroborando así el verdadero propósito de estos seres por medio de aquella caótica votación, que terminó por dividir más a los estudiantes y aumentar las filas de aquella peligrosa y siniestra secta, con nuevos elementos.
A pesar de ello, nuestros héroes confiaban en descubrir la verdad sobre aquel “Plan Final” de Anarquía, antes de que sus consecuencias llegasen a percibirse por todos, especialmente en Derecho, donde ya la oscuridad había brotado de nuevo, afectando a todos los leguleyos presentes y a dos de los suyos especialmente, por lo que ambos apuraron la causa de manera urgente.
— ¡Cielos! Han aparecido muchos encapuchados de color negro en el Campus. Las Facultades están casi vacías. —Decía Sena muy sorprendida.
— Seguramente aquel plebiscito no era más que la tapadera perfecta para comenzar a imbuir a nuestros compañeros con la Oscuridad. Percibo una gran cantidad de su energía por todo este Campus, mayor incluso que la de Silfer. —Afirmaba Magnus.
— Entonces no tenemos más opción. Debemos encontrar a Frank antes que lo hagan esos sujetos. Quien sabe a donde pudo haber terminado después de perseguir a Chechus. —Mencionó Sena.
— Tienes razón. —Agregaba Magnus—. Aunque conociendo a Frank, con lo exagerado y precavido que es a la vez, no creo que se arriesgue a enfrentarlos.
— Cariño, supieras lo tozudo que es ese idiota. Acostumbra meter la pata casi siempre. —Comentó Sena sobre Frank.
— ¿Más que yo? —Preguntó sorprendido Magnus.
— Sí amor, más que tú. —Afirmaba Sena—. La diferencia es que tú eres inocente y no te das cuenta, en cambio él lo hace ex profeso.
— Vaya, que conveniente ¿no? —Decía con cara de decepcionado Magnus.
— De cualquier modo es preferible encontrarlo y llevarlo de vuelta a la Facultad. Así podremos pelear tranquilos tú y yo contra esos sujetos. —Mencionaba Sena mientras se le acercaba coquetamente.
— Se ve que estás muy entusiasmada por pelear, cariño. —Dijo alegre Magnus.
— ¡Claro que sí! He estado entrenando mucho mis poderes desde que volviste a la Facultad. Siento que me he vuelto más fuerte que antes. —Exclamó animosa la joven.
— Me alegra escucharte decir eso. —Afirmó sonriente su pololo.
— Y además… —En eso ella le toma la mano—. Porque quiero protegerte. Casi siempre me salvas de aprietos, ahora me toca a mí corresponder ese gesto.
— Sena… — Dijo emocionado Magnus.
En eso la joven besó al Portador de Luz, a lo que este último se dejó llevar también, demostrando aún el amor que sienten el uno por el otro, y que se había fortalecido aún más después de los sucesos vividos hace tiempo.
Luego de unos segundos de intensa pasión, la parejita separó sus labios por un momento, mirándose fijamente a los ojos.
— Te amo Magnus. —Le dijo Sena.
— Y yo a ti. —Respondió este.
Sin poder evitarlo, quisieron volver a besarse nuevamente cuando de repente, Sena se detuvo de súbito, percatándose Magnus de la reacción de su polola. La joven comenzó a observar hacia un extraño punto ubicado detrás de la Facultad de Farmacia, aledaña a Derecho, cosa que le llamó profundamente la atención.
— ¿Qué sucede amor? —Preguntó sorprendido el Portador de Luz.
— ¡Hay algo extraño allá! —Respondió Sena indicándole aquel punto sospechoso.
— Vayamos a ver. —Dijo Magnus.
La joven asintió con la cabeza y acto seguido, ambos jovenes fueron hacia aquel misterioso hito. Se trataba de una extraña puerta en el exterior mismo de Farmacia que jamás habían visto. No sabían a ciencia cierta que había ahí, y ante el inminente peligro de encontrarse con los encapuchados, decidieron prevenirse en caso que las circunstancias así lo requirieran.
— Nunca había visto algo como esto. —Decía Magnus con algo de curiosidad.
— Yo tampoco. Esta puerta debe ser de algún tipo de refugio secreto. —Agregaba Sena.
— ¿Un refugio en Farmacia? Eso es raro. —Se preguntaba Magnus algo incrédulo todavía.
— De todos modos no perdemos nada con averiguarlo cariño. Voy a abrirla. —Afirmó Sena.
En eso la joven, con todas sus fuerzas, apretó el manubrio para, acto seguido, abrir la puerta hacia el exterior y descubrir que se trataba efectivamente de un particular y oscuro refugio, para colmo mayor fue su sorpresa cuando descubrieron quien estaba dentro, gritando del miedo tras el movimiento de la joven y aleteando los brazos.
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Editado: 28.06.2020