La luz del sol vuelve a brillar sobre el imponente Campus mientras se alzan majestuosas las seis estatuas, que representan una por una a los grandes héroes que salvaron este sitio de la terrible amenaza de aquellos por cuya ambición y poder pretendían destruirlo. Hoy aquellos terribles días de miedo y dolor se esfuman con la vertiente predominante de nuevas generaciones estudiantiles, crecidas desde las renovadas y gloriosas Facultades.
Poco después de la derrota de Rivius, Magnus y sus amigos lideraron a los supervivientes para reconstruir no solo a Derecho, sino también a todo el Campus, reedificando nuevamente aquellos ilustres edificios que habían sido dañados y destruidos a la vez por la batahola sanguinaria de Anarquía y el ambicioso poder destructivo de su siniestro lider, el ahora olvidado “Leguleyo Legendario” de quien nadie recuerda ni mucho menos se menciona, para evitar caer en el miedo de aquellos lejanos tiempos tenebrosos. Durante poco más de un año, la mitad Norte del Campus que había sobrevivido a la fatídica guerra, logró levantarse y continuar con sus actividades normales, mientras la mitad Sur era reconstruida lentamente y con varios contratiempos.
Los supervivientes de las otras carreras, a pesar de las dificultades iniciales, rindieron homenaje a sus compañeros caídos, y recibieron con mucho entusiasmo a los recién llegados en los años posteriores, con el fin de instruirlos en las nuevas consciencias que surgieron tras la terrible crisis del Campus. Esta vez no había ideologías ni tampoco conflictos, solo unión, compañerismo y paz entre todos, amistad plena y sacrificio compartido, sin importar el lugar de procedencia, el género o las diferencias de opinión. Todos eran compañeros integrantes de una gran familia, que es y seguirá siendo, este Campus.
Pero de todas las Facultades, Derecho era quien llevaba la batuta en cuanto a acontecimientos se trataba. Después del fin de la guerra, Monty y el resto de los leguleyos condecoraron a los 5 de la Luz por sus actos heroicos durante los 5 años que permanecieron como estudiantes, siendo Magnus el más honrado con los beneméritos recibidos, y aplaudido por todos los presentes con el título de “Leguleyo Legendario”. Sin embargo, el Portador de Luz rechazó aquel titulo y en su lugar, lo cedió a su mejor amigo, Julius, quien emocionado por esta gran distinción lo abrazó, recibiendo así los vitores de todos sus compañeros. Mención especial recibió Silfer, quien fue perdonado por toda la Facultad aunque quedaban todavía muchos reticentes a aceptarlo nuevamente por sus horribles actos, pero a pesar de ello, fue premiado como el estudiante honorífico por sus acciones en pos de salvar al Campus de la destrucción final desatada por Rivius y Anarquía
Desde entonces, la vida en la Facultad siguió su curso en forma ya más calmada y tranquila, pues la misión de los 5 de la Luz había terminado y sus servicios ya no serían más requeridos para proteger a los leguleyos y al Campus. Sin embargo, aquello no significó en absoluto el fin de sus hazañas como héroes estudiantiles, pues siguieron apoyando al resto de las otras Facultades con el propósito de reconstruir los edificios que habían sido destruidos, instruyendo también a los recién llegados por medio de testimonios acerca de sus batallas y la gran unión que los mantiene hoy por hoy muy ligados entre ellos, inspirando así a las nuevas generaciones que llegaban a sus respectivas carreras y como no, a aquellos que egresaban para salir al mundo laboral.
Respecto de los mismos, Magnus terminó su carrera casi sin contratiempos dando su examen de grado, y a pesar de las dificultades iniciales, logró finalmente salir de la carrera airoso con una buena nota, del mismo modo que Sena y Flora, quienes lograron sacar sus respectivos exámenes. Antes de aquello los tórtolos, Julius y Josy, poco después de la batalla final, se metieron de lleno otra vez en el estudio sacando el primero la máxima distinción, y la segunda, una gran nota de aprobación. El último en salir fue Silfer, quien a pesar de sufrir varios obstáculos tras su reincorporación, logró terminar sus estudios rindiendo un buen examen, gracias al apoyo incondicional de Flora y del grupo de Magnus. De esta forma, los héroes que salvaron a Derecho y a todo el Campus eran despedidos emotivamente por sus compañeros, iniciando así una nueva era.
Años después de su partida, se levantaron las seis estatuas en la explanada del imponente Foro, uno de los tantos escenarios donde se libraron grandes batallas. Por delante de aquel corredor de agua se colocaron los cinco primeros monumentos tallados de un intenso color dorado, que simbolizaban a los 5 de la Luz, mientras que el último fue colocado a un costado de aquellos, hecho de mármol puro, y con una pequeña inscripción que decía:
“El Salvador del Campus”
A pesar de que muchos estudiantes nuevos desconocían la identidad de aquel joven simbolizado en la estatua, los más antiguos todavía lo recuerdan por su identidad como Portador de Sombra, de quien se cuentan muchas historias y leyendas, entre verdaderas y falsas, acerca de su origen y sus actos, tanto malos como buenos, dignos de una epopeya única e irrepetible, pero no por ello desconocida para los individuos que circulan hoy en día por los senderos del imponente Campus.
En cuanto a sus relaciones, Magnus y Sena permanecieron juntos después de titularse como abogados, manifestando su amor a los cuatro vientos con más fuerza que nunca. Julius y Josy también se mantuvieron como buena parejita de tórtolos y ya tienen planes para un posible matrimonio, mientras que Flora y Silfer ya formalizaron su relación al finalizar la carrera, siendo ambos una pareja profundamente feliz.
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Editado: 28.06.2020