Sombras de la noche

Capitulo 19

 

—¿ Y esta va a ser nuestra casa de juguete ? —pregunto Julinda al entrar mirando hacia todos lados y entonces me sorprendí de ver a la cabaña toda limpia y reluciente, ya no parecia mas la cabaña abandonada de la otra vez.

 

—Si, pero no es de juguete es de verdad y es mía... —dije al mirarla y ella me quedo mirando —solo que como ahora vivimos lejos no la puedo cuidar, pero de ahora en adelante vendremos cuando tu quieras.

 

—De afuera no se nota que hay una cabaña aquí.

 

—Es por la enredadera que durante estos ultimos años creció y prácticamente la cubrió toda.

 

—Iré a ver que hay alli —dijo la niña dando grandes zancadas con su muñeca en mano yendo hacia la habitacion y al entrar de un salto enseguida se tiro sobre la cama y empezo a saltar —esta si que es una cama grandototota —dijo riendose.

 

—No saltes que ese colchon ya esta bastante viejo y aplastado —dije mientras estaba parada en el comedor mirandola y ella enseguida se detuvo y se quedo sentada al borde de la cama.

 

—Pues no se nota que esta viejo... —dijo mientras palpaba el colchón viejo pero que aun estaba en condiciones solo que le dije eso porque no queria que tuviera esa costumbre cada vez que la trajera a la cabaña —es como la de la tia... —me miro con tristeza y entonces casi empiezo a lagrimear, y ella enseguida cambio su semblante al ver algo —¡ ah ! ¡ mira ! ¡ son juguetes ! —rápido se levanto y fue hacia un rincón casi serca de la puerta donde había una caja llena de juguetes para nenas y Julinda enseguida lo abrio y los volco en el suelo.

 

Estaba el juego de la cocina, de cubiertos, muñecas, pony, rompecabezas y un montón de juguetes mas que reconocí enseguida, porque todos ellos eran míos de cuando tenia la misma edad que ella.

 

—¡ Mira, Ludmila ! ¡ es como el pony de la tele ! —dijo al mostrarme uno de color rosa con el cabello del mismo color y los ojos de color celeste.

 

—Si, es igual —dije y luego me gire y al levantar la cabeza vi en la ventana que daba hacia afuera, un cuervo que estaba parado de lado. Era igual a Black, y para mi era Black que nos miraba y esta vez no lo hacia con una mirada sugerente o con una perturbadora, el precía mas bien que estaba tranquilo y hasta muy enternecido por como movía la cabeza de un lado a otro y luego miraba a Julinda como ella jugaba con los juguetes.

 

—Así que Black, es tu nombre... —dije al asercarme lentamente a el y el cuervo enseguida me miro clavando sus ojos oscuros en los míos y me detuve por un momento porque entonces ya no parecia mas estar tranquilo —no es tan difícil imaginarse porque tu dueño te puso ese nombre y vaya mascota para un vampiro —dije al girarme yendo hacia la cama y luego me sente alli.

 

—¿ Que es un vampiro ? —pregunto de repente Julinda y me quede sin saber como responderle. La mire para ver si ella se olvidaba la pregunta y se entretenia con el pony que tenia en la mano pero no, ella seguia a la espera de mi respuesta —dime... ¿ que es un vampiro ? —abri la boca dispuesta a decirle que no iba a poder contestarle por el momento pero entonces fui interrumpida.

 

—Es lo mejor que te puede pasar en la vida, claro... si tenes sentido del humor —dijo Drago al entrar con cara alegre.

 

—¡ Drago ! —dijo ella al levantarse muy feliz y luego para mi sorpresa salto a sus brazos y el, la recibió como si fuera alguien muy preciado para el, lo cual me extraño mucho.

 

Si bien sabia que Karen odiaba a los niños, también sabia que Drago no pero si que era indiferente con todos ellos, y solo recuerdo que cuando yo era una niña y tenia entre unos 5 y 11 años de edad, el conmigo no fue indiferente porque yo le insistía para que me hablara y jugara algun juego conmigo aunque sea solo un rato y ya después al ir creciendo deje de hacerlo. Me sentía un poco grandecita como para seguir jugando con los juguetes, los ponys, las barbie y Ken y ademas algo muy importante que me sucedio es que me había dado cuenta que Drago me gustaba pero mas que a un amigo como lo era para mi en ese entonces Tyler.

 

—¿ Y esa cara ? —dijo el al sacarme de mis pensamientos mientras todavía tenia a Julinda alzada entre sus brazos y ambos me miraron con curiosidad.

 

—Nada, no pasa nada —dije seria y cortante y luego mire hacia la ventana viendo que el cuervo seguía allí.

 

—Fui hasta tu casa después de la reunión, porque me tocaba a mi cuidarlas y como no las veía salir al patio y adentro era un total silencio, entre para asegurarme de que estuvieran bien y vi que no estaban... —me miro con desaprobación y rapido mire hacia un costado mientras echaba mi cabello hacia atras. Yo no tenia porque darle explicaciones de el porque me fui de mi casa sin avisar. No me importaba que el estuviera asignado por mi hermano para cuidarnos, yo solo... ya no quería estar serca suyo —y entonces Black me ayudo a encontrarlas... —dijo animado y luego bajo a Julinda al suelo.

 

—No me digas... ¿ y como fue ? ¿ llamaste por telefono al cuervo o es telepático lo de ustedes ? —me reí para no sonar tan mala onda y el me quedo mirando serio.

 

—Si, se puede decir así, pero yo prefiero decir que los ojos del cuervo son los míos y que cuando hay cosas que yo no puedo hacer, el las hace por mi —levante una ceja mirandolo inquisitiva y entonces comprendí todo.

 

—¡¿ Mandaste al cuervo para que me espiara cuando me estaba vistiendo en el gimnasio del colegio ?! —el no parecia sorprendido y solo se sonreia de lado.

 

—No... el cuervo es independiente y solo hace lo que yo le digo cuando es algo muy necesario —dijo y luego miro hacia la ventana donde seguía estando Black —yo no pierdo mi tiempo espiandote —no le creía nada ya que vi que al decirlo se sonrojo muy rapido.



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En el texto hay: vampiros, romance, brujas

Editado: 10.04.2020

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