Sombras del pasado

IV

Voten primero is free xD


 

Pov. Briana
 


 

Mi pelo cada vez se estaba poniendo con mechas rubias, casa vez me parecía más a mi padre.
 


 

Las últimas recomendaciones que me dio el médico eran que caminara mucho y si no podía que tuviera sexo.
 


 

Cuando me dijo eso mi cara era un cuadro. 
 


 

¿Quién tendría sexo con una embarazada soltera?
 


 

El papá del bebé me estaba llamando desde que se enteró que no estaría en Italia. Ahora quería saber de mí.
 


 

...
 


 

Me puse una mallas de color negro y un top deportivo. Hace calor y no se si aguantaría mucho tiempo con algo manga larga. 
 


 

Salí por todo New York. Al parecer no pasé desapercibida en la prensa rosa.
Ser hija de un abogado y una diseñadora es aveces algo tedioso. Lo bueno del caso es que no se dieron cuenta de mi mini barriguita. 
 


 

Mis pies ya lloraban así que tuve que volver.
 


 

Me pregunto sin Zac estará en su casa. Es un chico muy agradable y amable.
 


 

Cuando iba a tocar la puerta me sorprendió unos ojos azules increíblemente preciosos como los de aquella persona.
 


 

-Hola, soy Briana.. -El chico con barba de dos días no medió palabra conmigo. 
 


 

-Briana, disculpa a Abel. Está afónico y no puede hablar. 
 


 

-OH, lo siento. Pensé que lo conocía de antes. Pero no me suena ningún Abel. 
 


 

-¿Cómo llevas el día.? -Pregunta Zac nervioso. 
 


 

-Con mucho cansancio, estar con este bombo es algo incómodo. Si quieren pueden venir a cenar en mi casa y hablamos de todo lo ocurrido durante mi escapada a Italia. -Me rei tímidamente moviéndose con nerviosismo en mi lugar.
 


 

-Lo siento, pero tengo a un paciente y Abel me tiene que acompañar. 
 


 

-Bueno para otra será. 
 


 

... 
 


 

Todo muy extraño o me lo parece a mi. 
 


 

Primero Damian, después Zac y ese tal Abel. 
 


 

De que me suena... 
 


 

Me puse a mirar fotos en un álbum viejo. Si quiero poner un toque de mi en esta casa tengo que sacar varias. 
 


 

Mi teléfono empieza a sonar. 
 


 

-¿Si? 
 


 

-Desgraciada, ¿dónde te metes? 
 


 

-Camilo, cuanto tiempo. 
 


 

-Escucha, iremos en navidades y nos quedaremos cuando nazca Robin. 
 


 

¿Quién es Robin?
 


 

-¿Y el trabajo? 
 


 

-Me da igual, en verdad no, le pedí días a mi jefa y me los dio. Recuerda que dejé las vacaciones de verano para esto. 
 


 

-Faltan tres meses para verano. 
 


 

-Por eso trabajaré como esclavo y llenaré de caprichos a mi hijo. 
 


 

-Que idiota eres, Camilo. 
 


 

-¿comiste? 
 


 

-Si, comí por ahí. Oye, ¿te acuerdas si en algún momento mencionara el nombre de un tal Zac?
 


 

Camilo tarda unos segundos en contestar. -¿Sabes cuanto hablamos? 
 


 

-Lo se, cuando vengas acuérdate de algunas cajas que dejé. 
 


 

-Te las mandaré por mensajería.
 


 

-Gracias, mi bizcocho. 
 


 

-Mi media hora de descanso acaba, me iré a exhibir. 
 


 

Camilo y Julián son strippers en una discoteca de las más prestigiosas de Italia. 
 


 

Un día me llevaron y eso parecía un templo griego. Con todos esos cuerpazos, esas caras de hombres deseables... 
 


 

-Chao, salúdame a mi Julián. 
 


 

... 
 

Miré la nevera y casi no quedaba nada, de paso iría a la farmacia a comprar las cosas que necesito. 
 

Saliendo del edifico me topé con un policía que estaba hablando con Frank, el portero. 
 

-Señorita Davis, el inspector, quiere hablar con usted. 
 

-¿Algún problema? -Me acomodo el bolso. 
 

-Buenas señorita Davis, llevo tiempo intentando dar con usted. 
 

-¿Por? 
 

-La muerte de Jhon Lambert. -Un mareo repentino sacudió todo mi cuerpo. -¿Se encuentra bien? - Por instinto agarro mi barriga.
 

-Señorita Davis. -Franck intentó ayudarme. -Es mejor que se siente. 
 

-Muchas gracias, pero ya me siento bien. ¿Qué quiere? ¿Revolver el pasado?
 

-Quiero resolver un crimen que lleva tiempo abierto y usted, puede ayudar. 

-Yo... Yo... No se que... -Las palabras no salían de mi. Lágrimas empezaron a empañar mi vista. - ¿ Para qué quiere arreglar algo que ya no tiene remedio? ¿ me lo va a devolver?.-Mire al inspector.

-Señorita Davis es por el alma de esas personas que lo hago. Aún sigo buscando al chico...-Dijo en un susurro.

-¿Qué? -Mis ojos se agrandaron.

-¿No sabía que no se encontró el cuerpo del joven Lambert.

Negué frenéticamente.

No entiendo nada.

-Solo se encontró el cuerpo de los padres.

Un atisbo de esperanza ligado con tristeza hace acto de presencia.

-Le diré todo lo que sé.-Me sequé las lágrimas.Tenia mucha información.-Debo salir a coger aire.
 

-¿puedo ayudar en algo? - Zac apareció a mi lado con su amigo. Miré al tal Abel por un segundo.
 

Yo me fui casi corriendo fuera del edificio. Mis demonios se volvieron a despertar y no era consciente de ello. 
 

Volver aquí, mirar como todo el mundo me mira con lástima. Todos me recuerdan como la hija de los Davis, la loca. 
 




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