ERIK
Un mes había transcurrido desde que me mudé buscando un sin sentido, sin forma o color como la figura difusa de una ilusión.
¿Que quería?, ¿que era lo que no me dejaba dormir?, ¿que buscaba?.
Otra vez caminaba sin rumbo por aquel pasillo siguiendo como un acosador al chico de enfrente exigiendo una respuesta al
destino, al karma o al dios que me había puesto en este camino.
¿Que estaba haciendo?.
No se como o porque había llegado aquí, lo había echo sin estar consciente como respirar guiado por algo mas fuerte como elinstinto de supervivencia.
Desvíe mi camino sintiéndome enfermo de ser un desastre al verme descubierto encontrando su mirada acusadora frente a mi
que evite dirigiendome a la siguiente clase algo avergonzado.
El sonido del reloj arriba de la puerta era lo único que mis oídos podían escuchar dejando lo demás en segundo plano
volviendome consciente de la tortuosa eternidad que faltaba para que acabará la tediosa clase.
Inquietó y estresado pedí permiso de ir al bañó buscando tomar un poco de aire pero termine ahogando me.
No se quién o que estaba moviendo los hilos necesarios para colocarme en frente de esa puerta con un dilema moral que meobligaba a intervenir, que me obligaba a salvarlo.
Creía que solo debía tratar de ayudarlo pero eso no era suficiente.
El creer y el saber van separados por un muro de concreto.
Resople rendido abriendo la puerta en un intento de guardar la compostura y no tirarla encontrando un escenario detestable.
Lian ahogaba al chico de enfrente sumergiendo su cabeza al retrete mientras los demás observaban tal escena con diversión.
—Discúlpate fenómeno.
De su boca sólo salían jadeos en un intento de recuperar el aire siendo atacado por una tos que lo obligó a caer al
suelo casi sin fuerzas.
—¿Ya estas mejor? —se burló Adam.
Apartó unos mechones de su rostro recibiendo un manotazo por parte del chico de enfrente que desvío su mirada encontrando
la mía en el proceso.
Esa mirada tan parecida a la fosa de un cadáver.
Los recuerdos de Miriam otra vez se hacían presentes hundiendome más en la impotencia de no haber echo nada.
—Déjalo en paz.
Todos voltearon a verme recibiendo una clara advertencia que ignore acortando la distancia, terminando en medio de una jauría de perros hambrientos buscando algo que devorar pero aún en ese momento solo el era dueño de toda mi atención con sus torpes intentos de ponerse de pie.
Esa imagen patética de alguien derrotado, resbalando un par de veces antes de pararse sujetandose de la pared con dificultad,era la misma imagen que tenía de Miriam en los vídeos que habían subido sus agresores.
—Veo que estas muy interesado en nuestro pequeño fenómeno —expresó con mofa Kenny.
—Acaso eres uno de los clientes de esa zorra—añadió Adam.
—Deberias usar esa boca para algo más productivo y chuparmela —respondí altivó.
—Jodete —espeto con bravura.
Adam lanzó un golpe que esquive fácilmente aprovechando su desequilibrio para empujarlo cayendo al suelo de manera
ridícula.
—Será mejor que mantengas la boca cerrada.
Una mirada furibunda era el inició de mi deleite personal, disfrutando con morbo la humillación que reflejaba en su rostro.
Di una media sonrisa terminando con el encuentro por ahora, enfocandome en inspeccionar con la mirada aquellas paredes de
baldosa beige asegurandome que el chico de enfrente ya se había marchado.
Continúe mas tranquilo saliendo sin voltear atrás en un desesperado intento de escapar ahora que la razón se hacia presente.
No puedes tirar la piedra y esconder la mano.
Suspire cansado sabiendo que había echo lo correcto pero no lo razonable y ahora Adam y su pandilla serían mi nuevo
problema.
¿Tenia miedo?, no.
Me recargue en la pared algo abrumado con una sensación en la columna que me obligaba a encorbarme arrastrado por el
agujero negro que se había apoderado de mi estomago.
Sabía que todo estaba en mi cabeza pero el dolor de sentir todos mis órganos siendo arrastrados como metal frente aun imán iba en aumento.
Me deslice por la pared deseando que la tortura acabará, respirando acompasado pero el sonido del receso me obligó a ponerme de pie.
Continue con mi camino con la mirada en el suelo aun afectado por el dolor errático que me sugería buscar algo de tranquilidaden la soledad de mi casa.
—¿Coincidencia?.
Es tan silencioso que siempre pasa desapercibido para todos, ¿porque conmigo es diferente?.
Me detuve frente aquella figura que irradiaba miedo como una fiera atrapada dentro de una jaula.
—Destino.
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Editado: 07.11.2023